Teresa se lanza y besa a Miguel en 'La Moderna'
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Teresa le ha echado el ojo al librero y, a pesar de los mareos de este, ella no deja de insistir en su intento de conquista. Miguel ya no sabe cómo esquivar la bala, pero lo que desconoce es que este juego apenas acaba de empezar.
Miguel llegó a la galería de ‘La Moderna’ escondiendo un secreto: enfrente de su nueva ocupación, trabaja su esposa, Trini. Ella ha mantenido en secreto su matrimonio desde que entró a trabajar en el salón de té. En aquella época las mujeres no podían trabajar si estaban casadas, pero Trini y Miguel no podían permitirse que uno de los dos o los dos se quedaran en casa. Por eso, se vieron obligados a guardar el secreto.
Notas con error en el destinario
El problema llegó cuando Teresa se fijó en Miguel. Poco a poco la encargada de La Moderna se ha ido acercando a Miguel entre pausas del mentolado y excusas tontas para acercarse a la librería, pero ahora todo ha pasado a otro nivel porque Teresa ha decidido, animada por Esperanza, tomar las riendas del asunto. La encargada le ha escrito varias notas de amor al marido de Trini. Cartas en las que se sinceraba y le explicaba lo que sentía, pero desafortunadamente esas cartas nunca han llegado a estar en manos de Miguel. Han sido las manos de Elías las que han acabado cogiendo esas notas y ahora, Elías anda buscando a su admiradora secreta por el salón de té.
Elías busca a su admiradora, pero Teresa también anda buscando con ansias una respuesta de Miguel y cansada de esperar, ha decidido visitar la librería para pedirle explicaciones. “Le confieso que me tiene usted un poquito despistada”, le ha dicho la encargada antes de reconocer que no ha recibido respuesta a sus propuestas. “Mucha miradita, mucha charleta, pero a la hora de la verdad parece que le ha comido la lengua el gato”, un reproche que ha dejado estupefacto al librero, que seguía sin entender nada de lo que le decía Teresa.
“¿Qué pretendes humillarme? Que yo soy una mujer decente y todo esto me sonroja”, ha seguido reprochando la encargada. Poco a poco, gracias al atrevimiento de Teresa, Miguel ha comprendido al fin que esas notas de las que habla Teresa, son las mismas que ha creído recibir Elías y Teresa no ha podido sentirse más avergonzada. Menos mal que no las firmó, si no, habría sido peor para la pobre Teresa, que habría tenido a Elías detrás de ella mañana y tarde.
Teresa se deja llevar y besa a Miguel
Una vez entendido el error, Teresa no comprendía cuál era el problema y se ha atrevido a preguntarle por sus sentimientos por Trini. La encargada sospechaba que los intentos de Trini por alejarla de la librería eran precisamente porque le gustaba el librero, y, aunque tiene algo de razón, todos sabemos que no es ese el motivo. Ya que la principal preocupación de la pareja es que descubran su relación y Trini pierda el trabajo. Miguel ha negado todo y le ha explicado que no hay ninguna mujer, pero Teresa no se ha conformado con esa respuesta: “Si no es Trini y no hay ninguna otra mujer, ¿qué pasa? ¿Le parezco fea?”.
Miguel se ha visto acorralado una vez más entre Teresa, a quien no quiere hacer daño, y Trini, con quien tiene que mantener el secreto. “No, no, usted me parece una mujer muy atractiva. Cualquier hombre con ojos en la cara se daría cuenta”, le ha contestado sintiéndose entre la espada y la pared. Una respuesta que ha servido para que Teresa se sienta con alas para darle un profundo beso al librero. Miguel se ha quedado sin palabras, y más cuando Teresa se ha separado al fin y se ha ido, no sin antes pedirle perdón. Tendremos que ver qué sucede el lunes, pero algo está claro, si Trini se entera, se va a enfadar y mucho con Teresa y los propios seguidores de la serie lo han comentado en redes sociales.
Cañete sigue intentando conquistar a Trini
Mientras tanto, Cañete sigue intentando conquistar a Trini y más desde que ha escuchado que su amada ha dicho que él es su tipo. Aunque parezca una locura es verdad, pero todo tiene su explicación. Trini trataba de esquivar las preguntas de Teresa, que seguía insistiendo en que a la dependienta le gustaba el librero y, viéndose acorralada, no le quedó otro remedio que reconocer que a ella quien de verdad le gustaba era Cañete. “No hay hombre que me parezca más guapo ni más atractivo en todos los sentidos. Ese sí que me atrae, no el librero”, confiesa Trini sin saber que Cañete está escuchando todo desde la barra del salón de té.
Una alegría para Cañete, pero también una decepción. Ya que, en ese mismo instante, Teresa le recuerda a Trini que no se pueden emparejar, y ella reconoce que es plenamente consciente de ese problema y que, por eso, eso siempre será un “amor platónico”. Pero, a pesar de lo que dice Trini, sabemos que Cañete no lo va a dejar estar y menos ahora que sabe que Trini también siente lo mismo que él.