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Marta Arce, medallista paralímpica: "No estoy todo el día pensando que no veo porque tengo muchas cosas que hacer"

  • Marta Arce Payno, judoka ciega, ha conseguido tres medallas paralímpicas para España
  • ¿Se puede ser modelo e influencer con más de 70 años? Camino Villa es un ejemplo fiel de que nunca es tarde para emprender una pasión

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De seda y hierro - Vivir el momento

Marta Arce Payno suda talento cada vez que pone un pie en el tatami. Esta judoka ciega (tiene un resto visual de un 10%) ha conseguido tres medallas paralímpicas para España, tiene tres hijos, es fisioterapeuta y conferenciante .”Yo no estoy todo el día pensando que no veo porque no tengo tiempo para eso, tengo muchas cosas que hacer”, afirma en el programa 'De Seda y Hierro'. Marta es el vivo ejemplo de que con ilusión y esfuerzo las metas se alcanzan. El deporte y, concretamente, el judo, le ofrecen las herramientas para disfrutar del éxito a pesar de los obstáculos que le impone su discapacidad.

Su entrenadora, Marina Fernández, destaca entre las cualidades de Marta “la diversión” en el capítulo ‘Vivir el momento’ del programa ‘De Seda y Hierro’, disponible en RTVE Play. Ese disfrute le ha llevado a ser una de las judokas ciegas más brillantes del panorama internacional. En su palmarés, tres medallas paralímpicas: plata en Atenas 2004 y Pekín 2008 y bronce en Londres 2012.

“Cuando llegué al mundo del judo lo que me enganchó fue el ambiente que había en el club de judo porque allí había más personas con discapacidad visual entrenando y me acogieron y yo creo que fue la primera vez en mi vida que hice algo en verdadera inclusión”, explica la deportista paralímpica. El caso de Marta no es como el de otros deportistas que, desde pequeños, han ido entrenando sus habilidades para alcanzar la alta competición y convertirse en atletas de alto rendimiento. Esta mujer todoterreno se inició en el judo con casi 20 años. Asegura que cuando empezó a practicar este deporte se le abrió un mundo nuevo y que el judo le salvó: “tuve la sensación de capacidad, el ir sintiéndome capaz de hacer lo que había que hacer” y no “darle a una cosa redonda esférica que no sabía ni por dónde me venía”.

Modelo e influencer a la tercera edad

Otro ejemplo fiel de que nunca es tarde para hacer aquello que te apasiona es el de Camino Villa. Asesora de moda, modelo e influencer con casi 170.000 seguidores en su cuenta de Instagram, esta mujer ha conquistado a la comunidad silver con más de 70 años. Dos crisis en su vida: una enfermedad ya superada y el fallecimiento de su marido le llevaron a la reinvención. “El sufrimiento te transforma, yo creo que los fracasos más que el éxito y por eso hay que recibirlos con gratitud porque encierran una lección importante”, afirma la influencer.

Su plan de jubilación no pasaba por convertirse en un referente para toda una generación de mujeres que exigen visibilidad. Las arrugas y las canas ya no están reñidas con la elegancia gracias a mujeres como Camino Villa. El mundo de la moda empieza a percibir la importancia de las personas mayores y comienza a darles hueco en pasarelas de gran prestigio como París, Nueva York o Madrid. La diversidad empieza a normalizarse también en el mundo de la moda y el éxito en redes sociales de Camino Villa es un claro ejemplo: “En Instagram yo tenía claro que quería buscar trabajo, mi idea era que esto era una herramienta de trabajo y no se trataba de hablar de mi vida ni de exponerme, sino de encontrar un camino nuevo”. Y así fue como resurgió una Camino que se ha convertido en una exitosa embajadora de marcas, analista de tendencias y asesora de moda en la tercera edad, cuando la mayoría se retira.

Marta y Camino, ambas van a contracorriente. Las dos se han atrevido a romper moldes y explorar caminos que, en un principio, no eran los “predestinados” para ellas. Y, además, el éxito las ha abrazado no sin antes luchar y esforzarse por conseguir aquello que les apasiona y les hace felices.