Toni Alcántara: verdad, pasión y revolución en 'Cuéntame cómo pasó'

• El hijo mayor de Antonio y Mercedes ha sido el encargado de contarnos cómo pasó
• Los líos de faldas siempre han traído de cabeza al periodista
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Cuéntame cómo pasó - Pablo Rivero habla de las tramas de Toni Alcántara

Sin ninguna duda, Toni siempre ha sido el hijo más pasional de los Alcántara. Pasión por su trabajo, por las mujeres y por una revolución que finalmente llegó con una democracia que él no se quiso perder, y que nos ha ido contando cómo pasó gracias a su labor como periodista. Siempre en búsqueda de la verdad, su vida ha corrido peligro en más de una ocasión, desde el Congreso de los Diputados a la guerra de Irak. Toni ha sido el reflejo de toda una generación. ¡Repasamos la evolución del personaje de Pablo Rivero en 22 años de emisión!

El testigo: de Pueblo a La Moncloa pasando por un despacho laboralista

Todos los Alcántara han sido testigos de números hechos importantes de nuestra historia reciente, pero si hay uno que los ha vivido desde dentro, desde la noticia, ese ha sido Toni. Gracias a su trabajo en distintos medios, ha podido vivir en primera persona momentos como el 23F desde el Congreso de los Diputados, la revolución de los claveles en Portugal, la boda de Lolita, o el referéndum a favor o en contra de la OTAN, entre otros.

Toni comenzó derecho en la universidad, pero su vocación siempre fue la de periodista. Así empezó a informar de los casos jurídicos en el diario Pueblo, hasta que poco a poco se fue haciendo un sitio en el periódico, cubriendo noticias como el atentado a Carrero Blanco o la enfermedad de Franco antes de morir.

Tras hacerse cargo de la imprenta durante la enfermedad de su padre, y pasar por un despacho laboralista dedicándose por fin a la abogacía, el hijo de los Alcántara volvió a lo que realmente le apasionaba: el periodismo. Por su trabajo, Toni estuvo a punto de morir al investigar la trama de los GAL.

Con el tiempo, Toni se convirtió en la cara del Telediario de la noche en TVE, para más tarde pasar a ser jefe de comunicación de la Moncloa con el gobierno de Felipe González. Un puesto que casi le cuesta la vida en más de una ocasión.

Una revolución que luchó desde dentro

A raíz de conocer a Marta, Toni empieza a meterse en temas de política en un momento histórico en el que era mejor no pronunciarse si no querías terminar en la DGS. Y ahí es donde ambos dan una noche que se escondían de la policía. Desde entonces, Toni siempre ha tenido problemas: estaba fichado y fueron varias las ocasiones en las que tuvo que esconderse o huir de su casa.

Toni creía en el cambio, en que había que preparar la revolución para cuando Franco muriera, y así es como entra a formar parte de la Liga Comunista, un partido político del que se alejó con el tiempo. Pero nunca dejó de ser el más revolucionario de todos los Alcántara, hasta que finalmente la revolución llegó con la transición, aunque no como a él le hubiera gustado.

De Marta a Deborah: Los líos de faldas de Toni

Toni ha sido siempre el más ligón de los Alcántara. La primera chica de la que se enamora es Marta, una estudiante de la universidad que puso su vida patas arriba involucrándole en temas políticos. La joven desapareció tras el aborto que tuvo, pero siempre ha regresado a su vida ha sido para complicarla más todavía, incluso para romper otras relaciones que ya tenía como la de Mila.

Juana sería otro gran amor de Toni. Compañeros de trabajo en Pueblo, esta fotógrafa cautivó al Alcántara y llegaron a casarse en Gibraltar. Fue su primera pareja estable, pero el aborto que tuvo rompió la relación. Eso sí, no sin antes tener una despedida de la que nacería Santi, su hijo mayor.

Una argentina, una famosa, y una chica involucrada en un caso fueron otros ligues del Alcántara antes de conocer a Déborah, una inglesa con mucho carácter que ha sabido mantenerle a raya, y con la que tiene una hija, Sol. Aunque Toni siempre tiene que meterse en problemas, y lo volvió a hacer con Juana. Sin ninguna duda, las mujeres siempre han sido el punto débil de Toni Alcántara Fernández.