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Las verdaderas 'Aguas oscuras' y el escándalo químico que inspiró la película

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Cine - Aguas oscuras

Si echamos un vistazo alrededor, lo encontraremos en todas partes. Está presente en el teflón de las sartenes antiadherentes, en la ropa resistente al agua de nailon, en envases de alimentos o en la espuma contra incendios. Son los PFOAS, también conocidos como “químicos para siempre”, no se descomponen en el medio ambiente y se acumulan en el cuerpo humano. Numerosos estudios vinculan la exposición a este material con casos de cáncer, problemas de tiroides y desajustes en el desarrollo en los niños. En 2016, en una pequeña localidad estadounidense llamada Parkersburg, la noticia sobre la repentina muerte de cerca de 200 vacas en extrañas circunstancias sin que nadie pudiera darle una explicación hizo saltar las alarmas en Estados Unidos. Un caso que se trasladó a la gran pantalla con la película, Aguas oscuras.

Alertado por algunos vecinos de la zona, un abogado, llamado Robert Bilott, comienza a investigar el caso y se plantea analizar las aguas de consumo de ganado y de toda la población local. Es entonces cuando descubre un producto químico que lleva años contaminando la zona rural y arranca un complejo litigio que salta a los medios de todo el país. Inspirado por aquella noticia, el director Todd Haynes comienza a idear el guion de Aguas oscuras (2019), para la que quiere contar con Mark Ruffalo, un actor que sabía muy bien lo que era llegar una historia periodística a la gran pantalla tras su papel en Spotlight, película con la que fue nominado al Oscar.

Planteado como un thriller de terror, Aguas Oscuras, película ya disponible en el catálogo de cine de RTVE Play, relata un caso real sobre como la corporación de gestión de residuos, Dupont, atentó contra la salud de más de 70.000 personas en el pequeño pueblo de Parkersburg, en el estado de Virginia Occidental.

Anne Hathawey y Mark Ruffalo en 'Aguas oscuras'

Anne Hathawey y Mark Ruffalo en 'Aguas oscuras'

Dinero envenenado, aguas turbias

Convertida en la principal fuente de ingresos de la localidad desde hacía más de 50 años, todo un símbolo de progreso en la zona, nadie sabía que desde los años 90, la compañía Dupont se había deshecho de 7100 toneladas de residuos de PFOAS. En un revés casi histórico, el abogado Bilott, que durante años se había dedicado a defender a industrias químicas como las de Dupont, decidió cambiar las tornas, en un impulso absoluto de limpieza de conciencia.

Durante la película podemos ver una escena que ayuda a entender muy bien en qué consiste este químico y por qué es tan peligroso. En ella, el protagonista se reúne con un experto que le comenta las características del PFOA. Cuando el abogado le pregunta qué pasaría si alguien lo consumiera, este se muestra completamente incrédulo. Aunque solo saber que miles de personas pudieran estar expuestas a este químico ya resultaba escandaloso, el auténtico reto supondría relacionar la exposición continuada a este producto con graves enfermedades como el cáncer.

Las consecuencias del desastre

Lo mismo ocurriría con las deformaciones faciales, que se habían convertido en una constante entre los hijos e hijas de extrabajadoras de Dupont. En una misión casi suicida contra la gran corporación, que se alargaría durante más de 20 años, Bilott lograría desvelar toda la información oculta de Dupont.

Una historia llevada a la gran pantalla en una impecable adaptación cinematográfica en la que el director, apoyado en el gran talento interpretativo de Ruffalo, logra hacer comprensible una trama llena de enredos y rincones oscuros. Aguas oscuras, que fue nominada en los Premios César a la Mejor película extranjera también cuenta entre su reparto con Anne Hathaway y Tim Robbins. ¡Ya disponible en RTVE Play!