Galileo Galilei al rescate de la estatua a caballo de Felipe IV
- ¿Qué relación existe entre la primera estatua ecuestre rampante y una lata de refresco vacía?
- 3 curiosidades sobre el vacío que quizás no sabías. ¿Está vacío el vacío?
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La estatua ecuestre que preside la plaza de Oriente de Madrid, y que se ha convertido en todo un símbolo de capital, es el resultado de la unión del arte y las matemáticas. La figura de Felipe IV a caballo tiene una historia que pocos conocen. Nos remontamos al siglo XVII cuando el monarca realiza el encargo de una estatua especial que le represente sobre un caballo en corveta.
Se trata de una figura ecuestre pionera, todo un reto para los cálculos de la época, y que fue construida por el escultor italiano Pietro Tacca a partir de un cuadro de Diego Velázquez: Felipe IV a caballo. La novedad de esta obra se encuentra en que es la primera estatua ecuestre en la que el caballo se apoya únicamente en sus patas traseras.
La ayuda de un genio
El problema a la hora de realizarlo era que, al tener como único apoyo las patas traseras, la parte delantera de la estatua pesaría demasiado y vencería. Ante este problema, Tacca recurrió al asesoramiento de una de las mentes más aventajadas de su tiempo: Galileo Galilei. ¡Ahí es nada!
Fue el físico-matemático italiano quien calculó con precisión las toneladas de bronce necesarias y el ángulo de inclinación del caballo que han permitido a la estatua mantenerse en pie hasta hoy. Desde su instalación en el parque del Retiro en 1642, ha aguantado en equilibrio sus múltiples traslados hasta su ubicación actual demostrando que los cálculos de Galileo fueron correctos.
Latas equilibristas
El centro de masas, que tan acertadamente calculó Galileo hace casi cuatro siglos, es lo que hace posible el equilibrio de la estatua y que la arquitecta Nuria Moliner explica fácilmente con unas latas en 'Curiosity´, un experimento que todos podemos probar en casa.
Es sencillo: probamos con una lata vacía y tratamos de ponerla en equilibrio, como si de la Torre de Pisa se tratase, la lata cae. Esto es porque el centro de masas está situado en el centro de la lata y “para que se mantenga estable, su centro de masa debe estar directamente sobre su punto de apoyo”, indica Moliner. ¿Cómo hacemos la magia? Es más sencillo de lo que imaginamos. Si llenamos la lata aproximadamente un tercio de su capacidad, el centro de masa se desplaza hacia abajo, justo por encima del punto de apoyo de la lata inclinada y conseguimos que quede en equilibrio.
Para seguir experimentando con el equilibrio y con muchas cosas más, no te pierdas todos los miércoles 'Curiosity´ a las 22:00 en La 2 y cuando quieras en RTVE Play