Casas de paja: por qué la elección del cerdito vago no era tan mala idea

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La construcción de casas de paja va en aumento en países como Alemania, Holanda, Italia, Francia y España. En nuestro país se calcula que ya superan las 500.

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Acostumbrados como estamos a construir con ladrillo, cemento y hormigón, lo de las casa de paja puede que a muchos les suene a fábula. Y es que cuántas veces hemos escuchado el cuento de “Los tres cerditos” en los que la apuesta del hermano pequeño se asociaba a la holgazanería y la falta de recursos. Quién nos iba a decir que a esa casa de paja sólo le faltaba un poco de técnica para convertirse una económica y sólida vivienda, que no sólo le protegiera del lobo, también del viento, de la lluvia, del frío y del calor con un mínimo gasto energético y contaminación.

A medida que ampliamos nuestra consciencia sobre los problemas medioambientales que nosotros mismos provocamos con nuestra forma de vida y el planeta nos lanza señales de socorro en forma de cambio climático, agotamiento de los recursos y destrucción del paisaje, crece la inquietud y la necesidad de encontrar soluciones más sostenibles y con menor impacto en el medio ambiente.

En todo el mundo crece la apuesta por la bioconstrucción, la arquitectura bioclimática, la biomímesis y la eficiencia energética como respuesta a los problemas que generamos. La construcción de casas de paja ha ido en aumento especialmente desde la pandemia, sobre todo en países como Alemania, Holanda, Italia, Francia y España.

Ecoaldea Los portales, está junto a Sierra Morena, a unos 50 Km al norte de Sevilla. RTVE

En nuestro país se calcula que ya superan las 500. Su construcción es relativamente sencilla y en algunos casos son los propios dueños los que deciden formarse para construirla con sus propias manos.

En 'Reduce tu huella' visitamos la ecoaldea sevillana Los portales, donde he tenido la oportunidad de ayudar a construir una casa de paja y conocer sus muchas ventajas de primera mano.

¿Cómo se construye una casa de paja?

Los cimientos y la base de la vivienda se realizan con materiales que eviten que la paja entre en contacto con la humedad. Una vez hecha la base, la estructura de la vivienda se realiza con vigas de madera colocadas a una distancia un poco inferior a la largura de las balas de paja, de forma que estas entren a presión.

Las balas se colocan una sobre otra hasta alcanzar la altura necesaria. Una vez colocadas las instalaciones de agua y electricidad, se pueden utilizar planchas de madera contrachapada para sellar las paredes, comprimiendo aún más los bloques de paja y aumentando así su capacidad de aislamiento y resistencia al fuego.

Casa de paja, más sostenibles y con menor impacto en el medio ambiente. RTVE

El techo se construye también con madera y paja, terminándose en el exterior con materiales indicados como pizarra o tejas de barro. El revestimiento de las paredes puede hacerse con mezclas de yeso, arcilla o cal.

6 motivos para construir una casa de paja

Por qué son más económicas: Las casas de paja se construyen principalmente con paja y madera. La paja es un recurso barato, que se puede conseguir en la mayor parte de España como producto de kilómetro cero. En zonas rurales hay incluso un excedente por lo que apostar por la construcción de casas de paja permite convertir un residuo en un recurso, favoreciendo así la economía circular.

Las paredes se hacen con madera y paja y se rematan en el exterior con materiales como pizarra o tejas de barro. RTVE

Por qué ahorran energía: Tanto la paja como la madera son materiales aislantes de primera calidad, lo que permite mantener el calor en el interior de la vivienda en invierno y evitar que entre en el verano. De esta forma la necesidad de recurrir a sistemas de climatización es mucho menor con el consiguiente ahorro energético que esto supone.

En las casas de la paja como la madera son materiales aislantes de primera calidad. RTVE

Si se aplican técnicas bioclimáticas en la construcción, cuidando factores como la orientación, procurando sombras para el verano y evitando los puentes térmicos, el ahorro energético de la vivienda para su climatización puede reducirse en un 70%.

Por qué son ecológicas: Salvo por los materiales que se utilizan en la base de la vivienda, los cables y las tuberías, prácticamente toda la casa está construida con materiales naturales que tienen una mínima contaminación asociada a su producción, no contienen compuestos químicos y no suponen un riesgo de contaminación para el medio ambiente una vez agotada su vida útil.

Por qué son sólidas y seguras: Las balas de paja al ser comprimidas y prensadas unas con otras mejoran enormemente su resistencia al peso y al fuego. Son un material flexible y ligero lo que las convierte en adecuadas para zonas con riesgo sísmico.

Casa de paja. RTVE

Por qué son tan confortables: La confortabilidad de las viviendas de paja es superior a la de las viviendas tradicionales hechas con hormigón porque debido a su capacidad de aislamiento permiten mantener una temperatura más constante a lo largo del año, así como en las distintas zonas de la casa. Además, la baja conductividad térmica de los materiales que utilizan, favorece que no haya puentes térmicos ni el desagradable efecto de pared fría, que además de generarnos disconfort, puede producir problemas de condensación y la aparición del temible moho, tan perjudicial para la salud.

Por qué son más sostenibles: Si las comparamos con las construcciones tradicionales, las viviendas de paja son más sostenibles por muchas razones: utilizan materiales naturales con menor huella de carbono, no utilizan materiales contaminantes, permiten convertir un residuo en recurso, reducen las necesidades de consumo energético de la vivienda, favorecen la gestión de residuos al no generar a penas deshechos contaminantes cuando termina su vida útil.

En la construcción de una casa de paja se utilizan materiales naturales con menor huella de carbono. RTVE

¿Nos podemos fiar entonces de las casas de paja como viviendas económicas, sostenibles y ecológicas? A juzgar por el resultado yo diría que sí. Ahora sólo falta cambiar mentalidades para evitar las posibles reticencias que las casas de paja y otras apuestas por construcciones más sostenible puedan provocar. Quizá viniera bien escribir un nuevo cuento de “Los tres cerditos”.

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