Blanca Portillo: "El teatro tiene una labor social, porque ayuda a los corazones de las personas"
“No podría renunciar nunca al teatro, es una forma de militancia”
Cargar las palabras de emoción, la magia de la interpretación
La actriz, directora de escena, productora y gestora Blanca Portillo ha visitado Escena y Cena, en el Teatro María Guerrero, en Madrid, en la sala Margarita Xirgu, para hablar sobre su vida dedicada al teatro, un arte al que jamás renunciaría.
Madrileña de nacimiento, reconoce que adora su ciudad y que “podría vivir en cualquier ciudad pero morir me gustaría en Madrid”. Supo que quería actuar y ser actriz de forma inmediata. En su casa son ocho hermanos y recuerda que solían jugar a hacer personajes e inventar historias. Algo que ahora puede reconocer como el germen de todo, pero en su día no sabía y cuya decisión vino de la mano de un profesor.
“Yo estaba estudiando para ser azafata de congresos y él tenía un grupo de teatro. Me invitó a participar y yo dije que sí solamente por estar cerca de él. Y recuerdo que un día estábamos ensayando una obra que él había escrito y alguien vino a verlo y me dijo: “Me he emocionado muchísimo con lo que has hecho. Y entonces dije: esto es lo que yo quiero hacer, contar historias que me emocionen a mí, y si encima pueden emocionar a los otros…”, explica Blanca.
La madre de Frankenstein
En el mismo teatro donde tiene lugar la conversación entre Blanca Portillo y Paloma Zuriaga, el Teatro María Guerrero de Madrid, es donde la actriz ha estado representando La madre de Frankenstein, interpretando precisamente a la madre, Aurora Rodríguez Carballeira. Una mujer que para Blanca Portillo no estaba loca, sino que vivía con la convicción de estar siendo perseguida por potencias internacionales que quieren acabar con ella. “Es una mujer con un problema mental importante, y creo que hemos conseguido una mujer que muestra un montón de facetas interesantes más allá del asesinato que cometió y de su demencia. Es un personaje fascinante de hacer, cansado pero fascinante”, afirma la actriz.
“El teatro es una forma de militancia”
Alumna desde la Escuela de Arte Dramático de Pepe Estruch, para Blanca sus enseñanzas son algo muy especial. “Él tenía un compromiso con su trabajo enorme. Me lo inculcó desde bien pequeña, desde jovencita, el esfuerzo, el trabajo. Me decía: “Olvídate del talento y trabaja. Si tienes talento, mejor, pero si no lo tienes, tienes que trabajar. Y si lo tienes, pues más todavía para desarrollarlo”, cuenta. Además recuerda con emoción que fue la única alumna a la que puso matrícula de honor.
En cuanto a su visión sobre el teatro, reconoce sigue siendo la misma que cuando empezó. “Para mí es una forma de militancia, es un trabajo en el que tienes que creer profundamente, tener muy claro por qué y para qué lo haces. Porque el teatro es infinitamente más duro que el cine o la tele. Alcanzas a mucha menos gente. No tiene esa proyección que tienen otros medios. Trabajas para personas que han pagado un dinero por sentarse ahí, que le cuentes una historia que le conmueva y le haga pensar y sentir y soñar y reír. Y requiere un esfuerzo inmenso, mucho más grande que el que haces en otros medios”, argumenta.
“Sé que no puedo vivir sin él. Me cuesta mucho imaginarme sin hacerlo. No podría renunciar nunca. Y creo que eso es una forma de militancia, tiene una parte de labor social. Yo me considero una trabajadora social porque ayudas a los corazones de las personas y llegas a lugares donde otras cosas no llegan. Yo quiero hacer una sociedad mejor. Desde donde estoy, que es mi tribuna y mi púlpito, desde el que puedo contar lo que pienso y lo que siento e invitar a otros a que piensen y sientan. Es un acto de fe”, añade.
El principio de todo
La actriz considera que el teatro es “como la placenta donde me crié, el principio de todo”.
Para Blanca Portillo lo primero que le debe seducir para coger un papel es el propio texto, cuál es la historia que va a contar. También es importante para ella con qué director o directora va a trabajar, quiénes van a ser sus compañeros o compañeras y eso con el tiempo también se va eligiendo. “Con la experiencia tienes más capacidad para elegir. Es verdad que yo en el 99 creé mi productora y eso ha significado un plus porque he podido hacer las obras que yo he querido hacer con quien he querido hacerlas, que era la razón por la que creé la productora, para no esperar a que suene el teléfono y para no tener que coger cualquier cosa”, asegura la actriz.