La bióloga Tamara Pazos y Enfermera Saturada nos explican el impacto negativo de vivir con prisas en nuestra salud
- La bióloga Tamara Pazos y Enfermera Saturada nos explican el impacto negativo de vivir con prisas en nuestra salud
- Parece que hoy día tenemos que vivir con prisa: aprende a controlar tu ansiedad
Vivimos con miedo a llegar tarde, a no tener suficiente tiempo para relajarnos o incluso para hacer deporte… y eso manda una señal al cuerpo para protegernos, que se traduce en forma de hormonas relacionadas con el estrés como el cortisol o la adrenalina.
Estas hormonas desencadenan una serie de efectos negativos en nuestro organismo, y afectan desde el metabolismo de las grasas, hasta la función cerebral y el sueño. Así nos lo han explicado la bióloga, neurocientífica y divulgadora Tamara Pazos y el enfermero Héctor Castiñeira, alias 'Enfermera Saturada', en el programa de 'Saber Vivir'.
Las prisas no son buenas
"El cerebro lleno de esas hormonas de estrés entorpecerá nuestro funcionamiento. Estaremos más despistados, olvidadizos, con problemas de memoria, y en el trabajo no funcionaremos bien", explica la bióloga Tamara Pazos.
"El impacto a nivel físico del cortisol también es grave", ha incidido Héctor Castiñeira, aludiendo a algunos efectos como la subida de la presión arterial y el infarto en el cerebro, el ictus.
Metabolismo del azúcar y las grasas: el reflujo y la acidez
Las prisas nunca son buenas: nos hacen engordar, nos dan malas digestiones, y ¡nos generan hasta reflujo! El estrés de nuestro día a día afectará a hormonas que tienen que ver con el metabolismo de las grasas. Así, los altos niveles de cortisol de un estrés sostenido sumados a una dieta alta en azúcar dará lugar a 'cortisol + insulina', un combo que impidirá acceder a la movilidad de las grasas, generando un efecto inflamatorio.
"Cuando el cerebro percibe el estrés se la manda a nuestro intestino y la hormona gastrina actúa en el estómago segregando ácido y generando gastritis o reflujo", apunta el enfermero Castiñeira.
"Trágame despacio que tengo prisa"
los expertos apuntan a que cada año fallecen por atragantamiento más personas en España que por accidentes de tráfico, por lo que es importante tener consciencia de cuánto tiempo tardamos en comer y cómo masticamos los alimentos.
Lo ideal es tardar en comer unos 20 minutos que es el tiempo que el estómago se llena y llega la señal de saciedad al cerebro; si tardas menos, al final comes más. “Comes más porque comes más deprisa y cuanto más comas, más trabajará el estómago. Además, si no masticamos bien, vienen otros problemas, como atragantarse", recalca Enfermera Saturada.
Alteración del sueño: cefalea tensional
Las prisas tienen que ver con el insomnio tanto como con el dolor de cabeza. Las hormonas del estrés le dicen al cerebro que hay peligros y las ideas desagradables o pensamientos en bucle incontrolables empiezan a surgir, algo que "perpetúa a su vez esa secreción de hormonas del estrés y no se puede conciliar el sueño", asegura Tamara Pazos
Además, afirma Héctor, “ la tensión muscular es incompatible con el sueño, y las prisas favorecen tensión especialmente en zona de la cabeza, las conocidas como cefaleas tensionales", el tipo más frecuente de dolor de cabeza.
Frenar el reloj y el ritmo de la vida nos evitará los disgustos que nos dan las prisas. Relajar cuerpo y mente, nos ayudará a “Saber Vivir”.