El vínculo madre-hija: Página Dos habla de maternidades
- Recomendamos algunas aproximaciones literarias recientes a la figura materna
- La escritora y periodista Blanca Lacasa publica el ensayo "Las hijas horribles" (Libros del KO)
Blanca Lacasa leía Apegos feroces de Vivian Gornick cuando casi tuvo que parar a media lectura: ¿cómo es posible que una escritora de otra generación, otro país, otro credo y otro modo de vivir se hiciese las mismas preguntas que ella sobre la relación madre-hija? En la escritura del ensayo se propuso huir de estereotipos: madres sumisas o santas, hijas malas o egoístas. «Las relaciones están hechas de grises.» Objetivo: liberar a las madres del yugo de la perfección y ayudar a las hijas a entenderlas. Es un tema que lleva décadas en la literatura: Amy Tan, Elizabeth Strout, Annie Ernaux, Amélie Nothomb, Deborah Levy, Gillian Flynn, Avni Doshi...
Escribía Jeanette Winterson en ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal? (Lumen): «Mi madre era una depresiva extravagante; una mujer que guardaba un revólver en el cajón de los trapos y las balas en una lata de abrillantador. Una mujer que permanecía toda la noche en vela preparando tartas para no tener que dormir en la misma cama que mi padre. Una mujer con prolapso, problemas de tiroides, insuficiencias cardiacas, una pierna ulcerada que nunca sanaba y dos juegos de dentaduras postizas: una mate para ponerse a diario y otra perlada para las ocasiones». El título del libro es la pregunta retórica que le soltó su madre cuando a los dieciséis años Winterson le contó que se había enamorado de una chica.
Terry Tempest Williams recibió como herencia de su madre su diario personal. La sorpresa fue encontrarse con los cuadernos totalmente vacíos. La autora le dio voz en Cuando las mujeres fueron pájaros. Por su parte, en la novela Mi madre es un río, Donatella Di Pietrantonio nos muestra a una hija que reconstruye la historia de una madre que está perdiendo la memoria. En Cómo amar a una hija, de Hila Blum, habla la madre. Reflexiona sobre los errores en las relaciones familiares, los pequeños engaños, los límites entre la protección y la posesión, la dificultad del perdón.
En La maternidad era eso, de Noemí Trujillo Giacomelli, la escritora y poeta crea un trayecto literario extraordinario sobre la maternidad, de Proust a Joyce y de Brecht a Mistral pasando por Woolf, Némirovsky o Rodoreda. «No analizo la maternidad como una identidad, como una institución ni desde el punto de vista del psicoanálisis, sino como una representación literaria. El concepto madre no es solo biológico: es una idea cultural.»