Así es la '5 Zero Energy' del crucero científico que surca el Lago de Sanabria, primer catamarán eólico-solar del mundo
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A 1.000 metros de altitud, al noroeste de la provincia de Zamora, entre las sierras de Cabrera y Segundera, se encuentra el Lago de Sanabria, el mayor lago natural de España y el mayor de origen glaciar de toda Europa, excavado durante la última glaciación.
Hace 100.000 años, en el pleistoceno superior las lenguas de hielo glaciar de más de 20 kilómetros de largo que descendían por lo que hoy son los ríos Segundera, Cárdena y Tera, se juntaban en el lugar que hoy ocupa el lago. Al estar el hielo en movimiento, fue horadando el terreno hasta formar una enorme perforación. Derretido el hielo, el enorme agujero quedó inundado por las aguas que hoy forman este espectacular lago de 370 hectáreas.
Sus aguas permanecen a lo largo del año a una temperatura relativamente constante de alrededor de 10 grados, especialmente en las zonas más profundas. Aunque en los últimos años, una excesiva proliferación de fitoplancton, sumada a las altas temperaturas registradas durante los veranos, ha elevado la temperatura de la superficie a un máximo histórico de 24 grados centígrados, lo que supone un riesgo para este ecosistema.
Al cambio climático, se le suman la presencia de residuos y el impacto del ser humano, como principales amenazas de esta joya declarada Reserva de la Unesco en 2015, que recibe, junto al pueblo de Sanabria, cerca de un millón de visitantes al año.
Primer catamarán eólico solar del mundo
Con el fin de estudiar sus características, los factores que le afectan, su evolución a medio y largo plazo y crear conciencia ecológica en los visitantes, en 2015 nació un proyecto pionero que en “Reduce tu huella” tuvimos la suerte de conocer muy de cerca: el primer catamarán eólico solar del mundo, un crucero científico, ecológico y turístico desde el que se vela por la conservación de este ecosistema tan vulnerable.
Con 16 metros de eslora, 6 de manga, una capacidad para 80 pasajeros y un coste superior a un millón de Euros, fue bautizado Helios Cousteau, en honor a Pierre-Ives Cousteau, hijo del mítico explorador francés Jaques Cousteau, que apadrinó el proyecto.
Una experiencia científico-turística
Nos subimos a bordo para formar parte de esta experiencia científico-turística, en la que los visitantes que lo deseen pueden acompañar a los expertos en una de sus investigaciones de campo. En este caso, tuve la suerte de sumergirme con los buzos para una de sus habituales recogidas de muestras, parapetada con un traje semiseco que me protegía de las frías aguas de las profundidades.
El equipo que permaneció a bordo pudo seguir toda la operación gracias al sistema de comunicación que llevábamos, que incluso permite realizar preguntas a los investigadores cuando aún están bajo el agua. Las muestras de limo que recogimos fueron posteriormente analizadas en el laboratorio de a bordo.
Desde el inicio del proyecto, se planteó la necesidad de construir un crucero que tuviera el mínimo impacto posible en el entorno. Para lograrlo se abordó su reducción desde 5 ángulos, por lo que el catamarán ha sido certificado como “5 Zero Energy”.
Zero emisión gases contaminantes
El barco se mueve mediante energía limpia y renovable que logra gracias a las 20 placas solares de silicio y los 4 aerogeneradores que lleva a bordo. Además posee baterías de litio para acumular los excedentes de energía que son utilizados cuando el sol o el viento escasean. Esto permite al barco moverse por el lago sin generar emisiones contaminantes, como podría ser el CO2 producido por los combustibles fósiles.
Zero efluentes
Al carecer de motor de combustión, el barco no produce líquidos, como aceites o derivados del petróleo, que pudieran acabar en el lago. Las aguas residuales procedentes de los aseos de a bordo, se acumulan en un tanque que es vaciado en tierra y tratado debidamente después.
Zero residuos
En el barco se aplica una política de separado y reciclaje de los residuos sólidos, que son desechados en puntos limpios de la zona. Por supuesto, está totalmente prohibido echar nada por la borda. Además la actividad científica que se realiza no produce tampoco residuos que pudieran acabar en el agua.
Zero oleaje – erosión
El barco alcanza una velocidad máxima de 10 nudos (aproximadamente 18 km/h), una velocidad relativamente lenta lo que sumado a los bulbos que posee en la proa, elimina por completo el impacto del oleaje en las orillas.
Zero emisiones sonoras
A una velocidad máxima de 5 nudos, el Helios Cousteau garantiza un nivel Zero de emisiones sonoras. Esto es especialmente importante para salvaguardar el bienestar de las colonias de aves que viven en el entorno, y facilitar su observación desde el barco. Para cumplir con este punto, cuando se encuentran en cubierta, tanto los visitantes como los científicos deben hablar en voz baja.
Además el barco, completamente pintado de verde, está diseñado para producir un mínimo impacto visual. Todos los visitantes que se animen a subir al Helios Cousteau podrán participar de una jornada científica real.
El ticket turístico es fundamental para la financiación de la investigación que realiza el equipo de este barco, dirigida por la Estación Biológica Internacional y ratificada por los Ministerios de Exteriores de España y Portugal. Una experiencia que recomiendo al 100%.
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