Carmen Linares, su premio en los Latin Grammy y su conexión con Rosalía
- La cantaora ha recibido el Latin Grammy a la Excelencia Musical en Sevilla
- El programa Imprescindibles le rinde homenaje en Carmen Linares, cantar con verdad, en RTVE Play
- Así ha sido la actuación de Rosalía en los Latin Grammy con homenaje a Rocío Jurado
Dice Carmen Linares que la jondura es cantar con verdad, un rito con el arte. A los 72 años y tras cuatro décadas sobre los tablaos, la cantaora se ha convertido en una leyenda viva del flamenco. Una figura, aclamada dentro y fuera de nuestras fronteras, referente para innumerables artistas, a quien la Academia Latina de Grabación ha reconocido con el Latin Grammy 2023 a la Excelencia Musical. Es la primera vez que este premio se concede a una artista flamenca. Para celebrarlo el programa Imprescindibles estrena de Carmen Linares, cantar con verdad (2023), un documental que ahonda en la herencia de una cantaora que ha roto moldes en el cante.
Su padre le transmitió su pasión por el flamenco. Guitarrista autodidacta, ella se convirtió desde muy pronto en la voz que respondía a sus punteos de guitarra. "A mi padre le gustaba muchísimo el flamenco y le parecía un orgullo que me dedicase a cantar", cuenta en Cantar con verdad. Junto a él, participó en numerosos concursos radiofónicos desde muy niña. Creció profesionalmente junto a otros grandes, como Paco de Lucía, Enrique Morente o Juanito Valderrama. Fue estando con ellos y con su padre que surgió su nombre artístico. Ella se llamaba Carmen Pacheco, pero a Valderrama no le convencía ese nombre. "¿Tú de dónde eres niña?", le preguntó. "De Linares", respondió ella. Y así surgió el nombre que la convertiría en leyenda: Carmen Linares.
Los dos hombres de su vida
Estando en Ávila, ciudad a la que se trasladó su familia, cuando su padre comienza a trabajar en la estación ferroviaria de la localidad, conoce a Miguel Espín en Ávila, era periodista de TVE y divulgador del flamenco. Ella tenía 13 años y él 17. La artista pone en valor el apoyo de dos hombres que han sido cruciales en su vida. "He tenido el apoyo de mi padre primero y de mi marido". Cuatro años después, la familia se trasladó a Madrid y Linares decide apostarlo todo al vivir del cante. En los templos del flamenco, como El Café de Chinitas o El Charlot, dónde conoce a artistas como Camarón o Enrique Morente, del que terminará siendo madrina de su hija Soleá.
Su revolución en el flamenco: prodigarse en su libertad
Como ocurrió con la irrupción de Rosalía en 2017, la de Linares también tuvo que hacer frente a su condición de paya en un mundo gitano. El flamenco, además, era un tablao masculino. Cuando Carmen debutó en 1974 en el famoso Café de Chinitas, de Madrid, en un homenaje a Manuel Machado, convirtiéndose en una de las pocas mujeres en actuar allí. No fue siempre fácil para ella. La juzgaron, la cuestionaron los más puristas, pero ella no cesó en su empeño. Pasó por todas las etapas que había que pasar en el flamenco. Canto, bailó, palmeó, cantó para otros y su versatilidad la hizo tocar todos los palos del flamenco con soltura.
Les chocaba, sobre todo, su estética, alejada de los faralaes flamencos de las mujeres y su imagen de chica yeyé. "Sin yo saberlo, siempre he hecho un poco lo que he querido, he mandado en mí", cuenta en el documental. "De mi físico llamaba la atención que tenía los ojos verdes, era muy delgadita, el pelito liso, era más de canción yeyé. No parecía flamenca, me decían que qué guapa y yo no me lo tomaba a mal. Pero es verdad que de los cantaores no decían si eran guapos, pero lo decíamos nosotras. En el mundo del flamenco por supuesto que ha habido machismo, pero como en todas las profesiones", contaba en otra entrevista en Atención Obras.
Reivindicar las voces femeninas del flamenco
Comenzó a cantar profesionalmente en 1980, acompañada a la guitarra de Juan y Pepe Habichuela, y a mediados de la década de los 90, se reivindicó y llegó a un público más amplio gracias al éxito de su álbum Antología de la mujer en el cante, trabajo que está considerado uno de los 10 mejores álbumes de la historia del flamenco y en el que se apoyó en su marido, Miguel Espín. “Fue un trabajo que yo tenía en mente, para los cantes de las mujres, aquello era una reivindicación, pero no lo hice con la bandera del feminismo. Que luego lo hayan considerado así, estupendo, porque yo me considero feminista”.
Ha grabado más de una docena de álbumes y ha hecho importantes colaboraciones musicales, con artistas como Joan Manuel Serrat, Miguel Poveda, Dorantes, Carlos Núñez o Luis Pastor. "He tenido la suerte de conocer a los mejores y he tenido la suerte de trabajar con los mejores". Carmen Pacheco y Carmen Linares, la mujer y la artista, son solo una. No hay dos mundos separados y los sentimientos son los mismos.