Repensando el Black Friday: La teoría del decrecimiento para una consumo más sostenible
- Se prevé un gasto medio de 196 euros por persona para esta campaña Black Friday 2023
- La Asociación Española de Consumidores insta a consumir de forma responsable y no impulsiva
Por un lado, oímos discursos de pensadores, científicos y medios de comunicación sobre el colapso planetario. Pero, por el otro, las empresas se unen a campañas como el Black Friday, el Cyber Monday o la propia Navidad, incitando a la población a consumir mucho más de lo que haría normalmente. Este tipo de eventos tienen un coste medioambiental. La sobreproducción hace que las materias primeras se vayan agotando y, a la vez, se acentúan las emisiones de CO2 para su transporte. Entonces, ¿cómo se supone que debemos actuar ante estos mensajes contradictorios? ¿Se puede encarar el reto ecológico dentro de un sistema que nos invita a consumir frenéticamente?
El término Black Friday se originó en Filadelfia, Estados Unidos, en los años 60, a manos de los agentes de policía encargados de regular el tráfico. Este hacía referencia al caótico escenario en las carreteras abarrotadas en el centro de la ciudad al día siguiente de Acción de Gracias, cuando la población aprovecha las rebajas del pequeño comercio para salir a comprar. No obstante, en esta sociedad globalizada, esta celebración no ha tardado en cruzar el charco y se ha convertido en toda una oportunidad de negocio.
196 euros de media por persona
La campaña dará el pistoletazo de salida el viernes 24 de noviembre y finalizará el siguiente lunes, apodado ya desde hace años como Cyber Monday. En este corto plazo de tiempo, la Asociación Española de Consumidores Asescon, prevé que los españoles invertirán unos 196 euros de media en artículos que los productores venden como “chollos”, a un precio inferior al habitual. En este sentido, insisten en la importancia de consumir “solo lo necesario”", en no comprar como forma de ocio y no dejarse llevar por impulsos.
El planeta no lo podrá soportar
La forma en la que consumimos tiene una repercusión directa en la salud del medioambiente. Pero esto es algo que queda en segundo plano, por detrás de los intereses de las empresas productoras, cuyo objetivo suele ser el crecimiento económico. El informe del Club de Roma sobre los “límites del crecimiento", llegó ya en 1972 a la drástica conclusión de que el planeta no podría soportar este continuo crecimiento, tanto económico como demográfico. Este documento, junto a corrientes de pensamiento anti-industriales que databan ya del siglo XIX en EE. UU., sentaron los fundamentos, de la que, años después, sería la teoría del decrecimiento.
El 'Escarabajo Verde' entrevista a expertos de diferentes ramas de conocimiento para que desgranen las bases de este modelo organizativo, social y económico: Antonio Turiel, Yayo Herrero, Pablo Gil, Giorgos Kallis y Francisco Doblas comparten sus ideas para hacer frente al reto ecológico que el capitalismo tiene por delante.
¿Qué dice la teoría del decrecimiento?
El decrecimiento es una corriente que propone reducir la dependencia del crecimiento económico constante como motor principal de la sociedad, enfocándose en la redistribución de la riqueza, la reducción del consumo material y la búsqueda de una mejor calidad de vida sin necesariamente incrementar la producción. Una propuesta que requiere un cambio estructural, que replantee la forma de relacionarnos entre nosotros y de medir la prosperidad y la riqueza. Porque, para los 'decrecentistas', es la única forma de buscar un equilibrio más sostenible entre las necesidades humanas y los límites del planeta.
"La lógica del caracol”, un reportaje de Marta Sánchez Rosado y Gonzalo Bello.