La escritora francesa Lola Lafon escribe sobre Ana Frank
- Lola Lafon pasó una noche en el lugar donde se escondió dos años y medio Ana Frank
- Cuando escuches esta canción (AdN) es un ensayo sobre este símbolo del Holocausto
Lola Lafon (París, 1974) es novelista y también música, y procede de una familia franco-ruso-polaca. Ha escrito seis novelas, la más reciente de ellas Cuando escuches esta canción (AdN), ganadora de los premios Décembre y Les Inrockuptibles. En su ensayo reconstruye los últimos meses de vida de la familia de Anne Frank en un espacio de 40 m2.
La directora de una institución francesa que reúne a todos los museos le dio a Lafon la oportunidad de pasar una noche en el que quisiera. Eligió el dedicado a una adolescente expresiva y observadora que se convirtió en símbolo del Holocausto. Durante el nazismo, los abuelos judíos de Lafon huyeron de Europa del Este y encontraron refugio en Francia.
«El 18 de agosto de 2021 pasé la noche en el Museo de Anne Frank. ¿Cómo calificar su célebre diario, que todos los escolares han leído y que ningún adulto recuerda de verdad? ¿Es un testimonio, un testamento, una obra literaria? La de una muchacha que no va a poder más que subir y bajar unas escaleras, menos de cuarenta metros cuadrados por recorrer durante setecientos sesenta días. Esa noche me la figuraba semejante a un retiro, a un silencio. Imaginaba esa noche propicia para acoger la ausencia de Anne Frank. Me equivoqué. La noche está habitada.»
La escritura de este libro trajo a la escritora recuerdos de su propia familia que había preferido olvidar. Durante la adolescencia abrazó otras identidades, pero en su vida adulta se convirtió en una activista contra el auge del antisemitismo en Francia.
«Igual que a muchos niños, mis padres me regalaron el Diario; empecé a escribir para imitarla. Mi madre, de niña, estuvo escondida durante la guerra. Soy judía. Pero creo que todo esto no tiene importancia, o al menos no basta para explicar la voluntad de escribir este texto. Cito a Marguerite Duras: Si supiéramos algo de lo que vamos a escribir antes de hacerlo, nunca escribiríamos. No valdría la pena».
Durante los meses que estuvieron escondidos, los Frank no podían hacer ruido. No podían hablar alto. Escribir era la única libertad. Anne pasaba la mayor parte de su tiempo leyendo y estudiando, al tiempo que anotaba en su diario. Noticias, creencias, sentimientos, dudas, ambiciones de futuro. Su última entrada fue la del 1 de agosto de 1944. Tres días más tarde fueron delatados y detenidos.