El Conquistador | La picaresca de Agus, el mas espabilado, en la final: así se la lió a Mati
- El concursante se las apañó para encontrar el banderín cuando su brújula dejó de funcionar
- ¿Quién ha ganado El Conquistador?
Fue el concursante que menos hambre pasó de todos y tampoco tuvo que enfrentarse a ningún desafío hasta la unificación. Su estrategia fue pasar desapercibido y conseguir llegar en las mejores condiciones a la final de El Conquistador para ganar. No logró su objetivo, pero estuvo a punto de hacerlo, por eso podemos decir que Agus ha sido el concursante más espabilado de toda la edición.
Cuando le dieron el saco de comida arrasó con él, mientras sus compañeros lo iban dosificando poco a poco. Cuando Guyo se fue le dejó alguna de sus latas, algo que estaba terminantemente prohibido. Como castigo, la organización del concurso decidió quitarle lo poco que le quedaba de comida. Entonces sus compañeros se apiadaron de él para que tuviera algo para llevarse a la boca.
Dentro del equipo no destacaba como uno de los más fuertes, tampoco estaba entre los más débiles. Además, se llevaba bien con sus compañeros, por eso ni ellos ni tampoco sus contrincantes le llegaron a nominar. Esto le ayudó a conservar las fuerzas, mientras que otros como Gorka, David Seco o los gemelos, Miguel y Daniel, se desgastaban cada vez más. Todos ellos se ofrecieron en algún momento a defender a su equipo Yocahu en las pruebas decisivas. Agus veía los toros desde la barrera, muy cómodo en su posición.
El primer desafío al que tuvo que hacer frente fue 'El laberinto'. Se jugaba su expulsión. La orientación no era su punto fuerte y, aún así, se las apañó para llegar hasta su banderín. Escuchó a uno de sus compañeros que ya estaba en el centro del recorrido y solo tuvo que seguir su voz. De nuevo, esa picardía que le ayudó a llegar a la final.
Agus se la lía a Mati en la final
La primera parte del reto final era encontrar un banderín en el mar, con la ayuda de un rumbo y una brújula. A Agus se le estropeó por el agua, dejó de funcionar y tuvo que arreglárselas para dar con él. Encontró uno, pero no era el suyo, sino el de Mati, por eso se acercó a preguntarle cuál era su rumbo. Obviamente, sin darle ni siquiera una pista de dónde estaba su banderín. Le hizo la pregunta disimuladamente y Mati, inocentemente, le dio la respuesta que estaba buscando. Esto le sirvió a Agus para volver a orientarse y encontrar su banderín.
Finalmente, quedó en cuarta posición. Esto se lo confesó a su compañero después de que terminara la prueba. Lo cierto es que haberle ayudado podría haber supuesto un cambio en el desenlace del concurso, aunque en ese momento Miguel y Joana estaban demasiado avanzados. Esto hizo que Agus quedara por delante en la clasificación final. Mati no le reprochó nada a su compañero, ya que entendió que se trataba de la competición más importante y que tenía que encontrar su banderín por sus propios medios y sin ayuda.