Esta semana Metrópolis se adentra en el universo de Javier Pérez
- Metrópolis ha viajado a San Sebastián, Barcelona y Ginebra
- Javier Pérez emplea materiales orgánicos, vidrio, porcelana, bronce y mármol
- Su obra explora conceptos opuestos, como natural y cultural, vida y muerte
- “Javier Pérez” se emite el martes 12 de diciembre a partir de las 00.50h en La 2
Metrópolis dedica un capítulo monográfico a Javier Pérez (Bilbao, 1968), uno de los creadores españoles más internacionales, que cumple treinta años de trayectoria.
Buscando trazar un retrato visual del artista, el programa le ha acompañado desde 2022, en momentos clave de su práctica. Hemos viajado a San Sebastián (a su muestra antológica “Ausencias Presencias” en Kubo Kutxa), comisariada por Alfonso de la Torre; y a Ginebra (a la presentación de la exposición “Polaridad” en la prestigiosa galería Wilde Gallery). Además, nos adentramos en la intimidad del estudio, situado en Barcelona, revisando junto al creador sus primeras obras y grabando en los parajes naturales cercanos a su taller, que inspiran las célebres series de elaborados dibujos, realizados en los últimos años.
Javier Pérez (1968) nació en Bilbao y en la actualidad vive y trabaja en Barcelona. Tras su paso por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts de París (ENSBA), ciudad donde vivió entre los años 1992-97, desplegó un potente proyecto en su primera muestra individual en la Galería Chantal Crousel de París en el año 1996 y un año más tarde, una primera exposición museística, en el Musée d'Art Moderne et Contemporain de Strasbourg. Desde entonces, no ha cesado de concebir ambiciosos proyectos expositivos.
Su trabajo ha sido exhibido en numerosas galerías y museos, entre los que destaca el Centro Pompidou, París; Museo Guggenheim Bilbao; Palais de Tokyo, París, entre otros. En 2001 Javier Pérez representó a España en la XLIX Bienal de Venecia (Un pedazo de cielo cristalizado supone un hito importante en su trayectoria). En 2004-2005 tuvo una gran exposición individual en el Palacio de Cristal del Museo Nacional Centro De Arte Reina Sofía.
Multiplicidad de técnicas y materiales
Las obras de Javier Pérez se caracterizan por el sincretismo, tanto en los procedimientos como en los materiales: escultura, fotografía, dibujo, vídeo y performance se usan de manera independiente y en conjunto para crear instalaciones en las que la interacción y la exploración son esenciales.
A lo largo del capítulo veremos piezas realizadas sobre todo tipo de soportes: materiales orgánicos (como intestinos, cueros, crines, pergaminos, látex y crisálidas); frágiles (como vidrio y porcelana) y sólidos como bronce y mármol. Todos ellos son utilizados por el artista exigiéndoles situaciones de elevado riesgo técnico, pero que le permiten moverse con absoluta libertad en su proceso creativo.
La instalación es uno de los formatos habituales en los proyectos del artista. Fue el caso de la emblemática instalación concebida en 2001 para la 49th Bienal de Venecia.
Indagando en la condición humana
La práctica artística de Javier Pérez reflexiona sobre la condición humana, utilizando un lenguaje metafórico. Su obra indaga en la frontera entre conceptos opuestos como natural y cultural o vida y muerte. “Me gusta tratar los puntos de encuentro entre lo espiritual y lo carnal, entre lo puro y lo impuro, entre lo bello y lo horrible, entre la atracción y la repulsión”- declara el artista.
La idea de los ciclos temporales y la aceptación de la impermanencia son temas recurrentes
“Presencias Ausencias”
La exposición antológica “Presencias Ausencias” (2022), comisariada por Alfonso de la Torre, que pudo verse en Kubo Kutxa (San Sebastián) supuso una aproximación a los últimos quince años de trabajo del artista. Las obras se organizan en cuatro capítulos: Caminos, Presencias Ausencias, Pulsiones, que iremos recorriendo a lo largo del capítulo.
Una de las piezas emblemáticas es El carrusel del tiempo, una instalación cinética y sonora que recrea un salón de baile circular. Diecisiete parejas de zapatos danzan sujetos por hilos, mientras suena la música, en un ambiente de eterno devenir, con un tono de melancolía y nostalgia. De gran complejidad, la instalación formó parte del Festival de Salzburgo de 2012. Evoca la ópera Die Soldaten, de Bernd Alois Zimmermann (1965) y el argumento del libreto basado en la homónima de Jakob Michael Reinhold Lenz (1776).
Junto a El carrusel del tiempo (2012), otras obras ahondan en la temporalidad y la espesura del tiempo: el conjunto de esculturas Infinito privado, El espacio que nos separa y En el filo. A ellas se une el ciclo de dibujos Lapsus, la pieza de videoarte Sombra, y la videoinstalación En puntas, desplegando su dominio de diversos formatos artísticos.
Junto a la serie de dibujos Under Currents (2021). (Tinta y acrílico sobre imagen fotográfica) y Night Currents I – VII (2018), impactan las siete esculturas de la serie Nightmares, 2018, que solidifican en mármol de Carrara, las huellas del cuerpo durante el sueño, sobre formas de almohada. Por otra parte, en Somnia In Somnia, treinta y tres dibujos describen pesadillas y terrores nocturnos.
Ramas eternas
Lo efímero y lo permanente conviven en obras escultóricas que cristalizan y hacen eternas ramajes y vegetaciones. Es el caso de Doble latido, Brotes o Vida latente; piezas que remiten al mundo vegetal. Estas esculturas de ramas de árboles se solidifican en bronce. Entre ellas, Médula impacta por la metamorfosis que sufre una columna vertebrar en su fusión con raíces y ramas. Unas transformaciones que también se expresan en la tríada Híbrido (2006-2007).
Caminos
La serie de doce dibujos: Caminos (2021–2022), es una de las protagonistas del programa. Realizada metódicamente a lo largo de meses de esmerado trabajo, a lápiz de color, pastel y carboncillo sobre cartón negro, expresa el surgimiento de la luz en la oscuridad, y el dilema de la elección. Cada camino encontrado en el bosque abre sendas distintas, metáforas de nuestras elecciones vitales.
En palabras de Alfonso de la Torre: “Pérez había dibujado secularmente la naturaleza (gotas, paisajes, neuronas, animales-vegetales, flujos, pieles, capilares o vidas en desarrollo), mas ahora, con sus Caminos —grandes formatos sobre cartón negro, pintados al pastel—, pareciere poblada su obra por la tentativa de expresión de la tiniebla, un tiempo de plomo representado como un tejido, la red de una noche incesante”.
En la última parte del programa, viajamos a Ginebra acompañando al artista con motivo de su última exposición, “Polaridad” (2023) en Wilde Gallery. En este proyecto, surgen nuevas series que desarrollan la dicotomía entre razón e intuición, geometría y formas orgánicas.
La obra de Javier Pérez nos invita a la meditación, el silencio y la reflexión.