'Robot Dreams', así se hizo la joya de animación de Pablo Berger que compite por el Oscar
- También es una de las favoritas de los Premios Goya 2024
- La película de Pablo Berger aspira al Oscar en la categoría de Animación
- Robot Dreams (2023), participada por RTVE, está en cines
Antes de Robot Dreams, Pablo Berger ya tenía alma de director de animación. Su condición de artesano del séptimo arte, le hizo concebir todas sus películas a partir del storyboard. Todas sus películas han comenzado con imágenes plasmadas a lápiz sobre el papel. Así ocurrió con sus tres anteriores trabajos, Torremolinos 73, Blancanieves y Abracadabra. Fueron una especie de entrenamiento para este nuevo proyecto. Robot Dreams, aspirante al Oscar a la Mejor película de Animación, es un nuevo giro formal en la carrera del cineasta. Adaptación de la novela gráfica de Sara Varon, es un trabajo hecho a fiego lento, desarrollado a lo largo de cinco años y para el que Berger ha combinado su equipo de siempre con grandes profesionales de la animación.
“Me enfrenté con miedo, con respeto, con ilusión, mucho desconocimiento, pero muchas ganas”, confiesa el director. Exigente y detallista, Berger explica en este vídeo exclusivo para RTVE Play algunas de las claves del proceso creativo de la película. "Tienes los ingredientes comunes a todo mi trabajo: emoción, sorpresa y mucha música", cuenta. Adaptación de la novela gráfica de la norteamericana Sara Varon, Robot Dreams cuenta la historia de Dog, un perro solitario que vive en Manhattan. Un día decide construirse un robot, un amigo. Su amistad crece, hasta hacerse inseparables, al ritmo de Nueva York en los ochenta. Una noche de verano, Dog con gran pena, se ve obligado a abandonar a Robot en la playa.
“La única razón para lanzarme a hacer mi primera película de animación es que me enamoré de la historia de Robot Dreams, de su planteamiento y de la temática, porque habla de la amistad, de su importancia, de las relaciones, de cómo superar la pérdida… pero con mucho humor e imaginación. Y también conectaba mucho con mi mundo y mis anteriores películas. Por eso decidí embarcarme en esta loca aventura”, explicaba el autor en una entrevista en RTVE.es.
Una joya que ha sorprendido a la crítica
Estrenada en el Festival de Cannes, ha sido reconocida como mejor película de la sección ContreChamp del Festival de Annecy 2023 y el premio de la Academia del Cine Europeo a la mejor película de animación, además de recibir una mención especial de la Asociación de Críticos de Los Ángeles. Está nominada a cuatro premios Goya -película de animación, guion adaptado (Pablo Berger), música original (Alfonso de Vilallonga) y montaje (Fernando Franco). “Para mí una de las particularidades de Robot Dreams es que es una animación, pero cuyos planos parecen rodados como una película de imagen real y creo que es porque Pablo ha planificado cosas de esta película como planificó cosas de Blancanieves”, cuenta Fernando Franco se encargó del montaje.
Robot Dreams está llena de alma. El director recrea su amor por Nueva York, la ciudad en la que vivió más de 10 años con su mujer durante los 80 y 90. El espíritu de esa época y su paisaje (Torres Gemelas incluidas) es el escenario de su mundo animado. “Es la ciudad que me vio crecer como cineasta y donde me convertí en adulto. Es un Nueva York, que ya no existe. En aquella época era el centro económico, el centro cultural, la ciudad donde había que estar. Y de ahí que hay una cierta nostalgia”, explica. “Hay mucha gente que no conoció el Nueva York de entonces porque ahora es otro Nueva York. La globalización ha hecho que todas las ciudades se parezcan entre sí y ya no hay que estar ahí si quieres ser creador. Hasta en Soria puedes sentirte que estás en Nueva York”.
Como las buenas películas infantiles, Robot Dreams esconde lecciones difíciles que enganchan rápidamente con el público adulto. Berger cita al estudio Ghibli y películas europeas como Ernest & Célestine como algunos de sus referentes. “Me gusta pensar que es una película abierta, que no excluye a ningún tipo de espectador, sino que invita. La puede ver un niño, sus padres, un cinéfilo gafapasta o dos jubiladas que van todas las semanas al cine. Habla de temas universales como es la soledad, la amistad, la pérdida y cómo superas esa pérdida”, resume Berger.