'Arrebato', la película maldita y considerada de culto, ahora gratis en RTVE Play
- Vanguardista, retorcida, considerada una cinta de culto de nuestro cine
- Dirigida por Iván Zulueta, es cine en carne viva
- Arrebato (1979) ahora puede verse completamente gratis en RTVE Play
En 1979, en plena transición, Iván Zulueta rodó Arrebato una película difícil de definir. Su estreno en carteleras paso desapercido. Proyectada únicamente en los desaparecidos Cines Azul de Madrid, apenas duró trece días en cartelera. Un fracaso comercial que, sin embargo, logró fascinar a la crítica. "Instante oscuro del pesimismo", "cine en carne viva, turbador, doloroso", fueron algunas de las palabras que le dedicaron a esta historia, protagonizada por Eusebio Poncela, Cecilia Roth y un desconocido Will More. Directores como Pedro Almodóvar, que tuvo una pequeña participación en la película, o Jaime Chávarri alabaron la película, preguntándose qué se puede rodar después de haber dirigido una obra tan potente como Arrebato.
Una película de shock. Una película vanguardista. De fracaso comercial pasó a película rara, y con los años se convirtió en una obra de culto, pero también fue considerada una película maldita. El argumento se mueve en dos terrenos: el cinematográfico y la droga. Así lo definía el propio Zulueta. La historia sigue los pasos de José Sirgado, un director de cine que vive una crisis profesional y personal junto a su ex pareja. Es entonces cuando recibe unas cintas de Pedro, un joven inquietante obsesionado con el super-ocho. La relación con la heroína y la necesidad de descubrir la esencia del cine atrapan al protagonista.
Heroína, maldición y colapso
Ficción y realidad se funden en el relato construido por la mente de Zulueta. Diez años antes de Arrebato, Zulueta había rodado Un dos, tres, al escondite inglés (1969), escrita junto a José Luis Borau. Tras aquel rodaje, el cineasta donostiarra parecía haber desaparecido del mapa, rodó varios cortometrajes y estuvo presente en proyectos de cine y televisión, pero su entrada en espiral en el consumo de heroína -una droga muy común en aquella época- le convirtió en una persona inconstante y vulnerable. Aún así, terminó por levantar un proyecto experimental y vanguardista como Arrebato.
"Arrebato es un enfrentamiento con sus fantasmas de una brutalidad como pocas veces he visto en el cine", apuntaba Jaime Chavarri en el coloquio especial de Historia de nuestro cine. La adicción de Zulueta y el bloqueo que vivió a consecuencia (que tocó techo durante el rodaje de la película) provocan un largo retiro en San Sebastián. No importó que, tras Arrebato, Zulueta se hubiese convertido en una leyenda viva de nuestro cine, ni que surgieran muchos productores y buenos amigos dispuestos a trabajar con él. Zulueta nunca volvió a rodar un largometraje. Entró en colapso absoluto y pasó el resto de sus días recluido en la casa de su madre, en San Sebastián, como si el terrorífico fotograma rojo de la película le hubiera vampirizado de verdad.
Una historia de dependencia con la imagen
Una película adelantada a su tiempo, con un universo interior y profundo, que refleja la mente de una persona que vivía por y para el cine, tal y como apunta la crítica de cine, Marta Medina. "Viendo los cortos inéditos e investigando sobre su figura te das cuenta de que era una persona dependiente de las imágenes y la cámara, lo rodaba todo", apunta.
Tal y como dice el personaje al que da vida Eusebio Ponce en Arrebato: "No es a mí a quien le gusta el cine, sino el cine al que le gusto yo". Una pasión bidireccional, visceral y tan arrebatadora como su gran obra maestra. Una cinta que tiene uno de los mejores finales de la historia del cine, lleno de magia y originalidad.