El estilo de Nino Bravo: un icono de la moda muy actual
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Puso voz a los primeros años de la década de los 70 y, sin saberlo, marcó estilo. Nino Bravo es un icono de la música española y ahora, de repente, se nos revela como un icono de estilo. Estéticamente hablando, los 70 fueron años atrevidos, los artistas de la época vestían como las estrellas internacionales gracias a la televisión, la ventana al mundo para muchos españoles durante años. Se empezó a dejar atrás la androginia y el estilo futurista de los 60, para abrazar aires nuevos: lo hippy está de moda (e incluso el estilo Jesucristo) y este estilo se versiona para conseguir otros como el boho, el folk (ensalzado por Yves Saint Laurent y Kenzo Takada) y el 'háztelo tú mismo'.
Camisas estrechas y pantalones anchos
El vaquero unisex es la prenda clave y las camisetas sirven como lienzo o pizarra para expresarse con mensajes reivindicativos. En invierno lo 'petan' los tabardos, las chaquetas de ante y los abrigos de paño, a ser posible con espiguilla. En verano, las prendas de punto, las camisas con estampados llamativos, las camisetas estrechas y los bañadores reducidos a la mínima expresión: todo muy pegado, marcando músculo y bíceps o tripa y flotador.
Del armario al Museo de Nino Bravo
Otra de las corrientes más potentes, y quizá más influyentes, es la estética disco: arrasaron los trajes blancos con camisas negras o los negros con camisas de chorreras. Sean Connery, el James Bond de esos años, es el espejo en el que muchos se miran. Los pantalones se ensanchan y los bajos caen hacía el suelo, son los pantalones de campana o de pata de elefante. A la vez, las camisas encogen y se aferran al cuerpo como una segunda piel. Los cuellos se disparan -¡Cuánto más grandes, mejor!- y los botones se abrochan lo justo, dejando el pecho y el ombligo a la vista.
Iconos de estilo
Ali MacGraw y Ryan O'Neal, protagonistas de Love Story, marcan tendencia a ambos lados del Atlántico y en España nos fijamos en los looks de Camilo Sesto, Karina, Raphael, Massiel y Nino Bravo. Irrumpen Formula V y Los Diablos, y los programas de televisión son más instructivos, en cuanto a moda se refiere, que las revistas.
El look de Harry Styles en el Festival de Venecia, con una camisa de cuellos sobredimensionados, y el de Paul Mescal en la gala de los Oscar, ambos firmados por Gucci, podrían haber salido del armario del artista. Su vestuario se puede ver en el museo que lleva su nombre, un espacio creado en 2006 en el lugar en Aielo de Malferit, donde el 3 de agosto de 1944 nació Luis Manuel Ferri Llopis, conocido en el mundo entero como Nino Bravo.
Como decía en una de sus temas más famosos, Nino Bravo no podía separarse del hogar en el que el cielo se unía con el mar. Rompiendo la norma de la mayoría de artistas que se trasladaron a la capital de Madrid para desarrollar su carrera musical, optó por quedarse en su Valencia natal. Una decisión que le mantuvo cerca de los suyos, pero que le obligó a pasar media vida en la carretera. En un año, el cantante podía recorrerse cerca de 115.000 kilómetros. Siempre a borde de aquel BMW 2800 de segunda mano, el mismo coche en el que perdería la vida y en el que, sin saberlo, encendería la chispa de una melodía arrolladora que jamás se pudo escuchar y de su gran canción póstuma.
Ocurrió aquel 17 de abril de 1973 en el que Nino Bravo perdió la vida. Junto a él, en su último trayecto Valencia-Madrid, viajaban los músicos Fernando Romero y Miguel Ciaurriz, del dúo Humo, y su camarada musical Pepe Juesas. La idea era grabar algunos coros para el que iba a ser el quinto disco de estudio del valenciano. Un elepé del que ya se habían comenzado a grabar varios temas en Londres y en el que se incluían canciones como América, América o Vivir, la única canción conocida en cuya composición participó el cantante y que quiso dedicar a su esposa, Mary.
The Beatles y Serrat sonaron en su último viaje
La historia la cuentan el propio Juesas y Romero en Nino Bravo, Vivir (2023), el documental producido por el programa Imprescindibles con el que se rinde tributo a uno de los artistas más importantes de la historia musical española, que se estrenó coincidiendo con el 50 aniversario de su fallecimiento y se ha recuperado para su debate en Lazos de sangre. En él, los dos músicos relatan aquel las horas previas al fatídico accidente de tráfico en el que Nino Bravo perdió la vida. Un viaje, entre Valencia y Madrid, muy diferente al que puede hacerse hoy día, mucho más largo y cuyo trayecto se hacía por viejas carreteras secundarias.
Habían salido muy temprano, a las 7 de la mañana ya estaban en marcha. Con Nino al volante, los cuatro dejaron pasar las horas con lo que más les apasionaba: la música. Los Beatles, Serrat… sonaban a todo volumen en el reproductor de casettes del coche. También hablaron de la producción del disco que tenían entre manos. Poco antes del accidente, me llamó a casa y me dijo que había compuesto unas notas”, cuenta Juesas. Nino se refería a la canción Vivir, que tuvo que terminar de arreglarse en estudio, de forma póstuma. Inicialmente, la letra de aquel tema decía “Mary”, en vez de “vivir”, en referencia a su mujer, a quién quiso dedicar la canción.
Vivir, un himno a la vida tras la muerte de Nino
Hablar sobre aquel “tremendo himno a la vida”, como lo define Juesas, poco antes del momento de su muerte es algo que marcó para siempre al Juesas, que, junto a Romero y Ciaurriz, sí salieron del accidente con vida. En el documental explican por qué fue tan importante sacar adelante aquel tema de forma póstuma, una canción de la que Nino solo había escrito el estribillo, pero acabaría tomando forma, tras su muerte, con los arreglos de uno de sus cómplices más cercanos, Juan Carlos Calderón. “Esta canción te inyecta tanta vitalidad que está claro que esto tiene que ser estimulo para muchísima gente. Eso algo muy grande”, cuenta Juesas.
La gran canción de Nino que jamás se escuchará
Hecho de retales y de canciones que lograron conservarse con mucho esmero, a finales de 1973, pocos meses después de su muerte se publicó … y volumen 5 (1973), el disco póstumo de Nino Bravo. Un trabajo en el que se incluyen éxitos como América, América y Laura y Mona Lisa, versiones de los temas de Frank Sinatra y Nat King Cole.
Para ese mismo disco, Nino también había estado trabajando en una idea para versionar el Himno al amor de Edith Piaf. Algo de lo que también hablaron en aquel último viaje en coche. En Nino Bravo, vivir (2023), Pepe Juesas cuenta que el músico se puso a tararear la melodía de aquella canción. Nadie sabrá jamás que podía haber hecho con ella, porque no llegó a materializarse de ninguna manera, pero algunos de los miembros de su grupo que sí llegaron a escucharla, cuentan que su particular himno al amor era “arrollador”. Un adjetivo que persiste para recordar toda su obra. Nos queda, desde luego, su himno a la vida, Vivir.
Letra de Vivir
Pensar en el pasado y ser felizSer felizHablar con uno mismo y sonreírSonreír
Soñar que entre los hombres hay amorHay amorEs vivir, es vivir, es vivir
Llorar porque te aflige un gran dolorGran dolorLuchar por conseguir una ilusiónQué ilusión
Reír porque la dicha te alcanzóTe alcanzóEs vivir, es vivir, es vivir
Pensar, hablar, soñarLlorar, luchar, reírSentir, amar, sufrirEso es vivir, vivir
Pensar, hablar, soñarLlorar, luchar, reírSentir, amar, sufrirSoñar lo que fue nuestro
Beber en las pasionesCaminar siempre adelanteAunque tengas que sufrir
Eso es vivirEso es vivir, vivir
Pensar, hablar, soñarLlorar, luchar, reírSentir, amar, sufrir
Soñar lo que fue nuestroBeber en las pasionesCaminar siempre adelanteAunque tengas que sufrir
Eso es vivir
Un documental y un homenaje
El programa 'Imprescindibles' de RTVE estrenó 'Vivir' el documental dirigido por Miki Blanco y Pilar Ávila que recuerda la vida y la carrera musical del artista valenciano el pasado mes de abril. Ahora, el debate sobre el mismo en 'Lazos de sangre', último de 2023, puede verse en RTVE Play.