Escuela de Padres | Ser una buena madre, sin dejar de ser hija

• Descubre las terapias colectivas con la psicóloga Elisenda Pascual
• Las charlas reales que pueden verse en Esto no es Suecia, en versión extendida
• Tienes todos los capítulos de la serie en RTVE Play

Esto no es Suecia - Escuela de padres: La familia

RTVE Play recupera de forma independiente, en cápsulas versión extendida, todas las terapias colectivas con la psicóloga Elisenda Pascual que pueden verse dentro de la serie Esto no es Suecia. En esta Escuela de padres los participantes plantean dudas y cuentan sus experiencias a la terapeuta para aprender a educar de la mejor forma posible a sus hijos y criarlos respetuosamente. En el capítulo 5, abordan el choque entre la familia que se crea una vez que vivimos la maternidad y la paternidad propias y la familia de origen de la que venimos.

Al convertirse en padres y madres, tu casa pasa a convertirse en un nuevo hogar familiar. A veces, puede pasar que este nuevo acontecimiento haga tambalear los cimientos de tu familia de origen (todos somos hijos). La búsqueda de nuevos referentes, en ocasiones, alejados de los que recibiste por parte de tus propios padres, puede crear algunos conflictos.

“Lo que pasa es que los padres y madres se transforman en bisagras, entre de dónde venís y lo que, a partir de ahora, creáis. Estas bisagras o fronteras suelen ser lugares de tensión”, comenta Elisenda. Para ella, la clave pasa por gestionar de dónde vienes y a dónde nos dirigimos.

¿Crisis vital u oportunidad vital?

Como se comentaba en otros episodios de Escuela de Padres, los hijos nos hacen enfrentarnos a un espejo de cómo somos y también de cómo hemos sido criados. “Si tenemos un mínimo de apertura y de conciencia, es normal que haya algo que se nos remueva por dentro”, apunta la terapeuta.

Una especia de crisis vital que, sin embargo, debe entenderse como una oportunidad para poder reflexionar hacia dónde se quiere avanzar y cómo se quiere construir la relación con nuestros propios hijos que no tiene porque ser la misma que cómo hemos sido criados.