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Apodos reales: Juana "la Loca", Felipe "el Hermoso" o Enrique "el Impotente". ¿Por qué se les llamó así?

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Juana la loca, Felipe el hermoso o Enrique el impotente. ¿Eran así realmente?
Juana la loca, Felipe el hermoso o Enrique el impotente. ¿Eran así realmente?

¿Es que Juana I de Castilla estaba loca y Felipe I era verdaderamente hermoso? Lo primero podemos confirmar que no y lo segundo es subjetivo. Sea como sea, se les apodó así y no de manera casual. ¿Qué pasó? ¿Qué hay detrás de esos apodos reales? En Ahora o Nunca, el magacín de La 1 de RTVE, hablan de estos y de algunos otros motes que se les ha puesto a figuras de la realeza como Isabel “la Católica”, Juana “la Beltraneja”, Pedro “el Cruel” y muchos más.

Juana "la Loca", Felipe "el Hermoso" y Enrique "el Impotente". ¿Eran así realmente?

Según la historia Juana de Castilla estaba tan enamorada de Felipe I, "el Hermoso" (apodo que le puso Luis XII de Francia tras quedarse fascinado al verle), que su cabeza le llevó a actuar de forma excéntrica, primero por los celos que tenía al verle con otras y, más tarde, por el dolor que sufrió tras su muerte. A partir de ese momento, muchas figuras de alrededor de Juana comenzaron a difundir la creencia de su locura, hasta que, a finales del siglo XVIII, el movimiento artístico del romanticismo terminó de afianzar el apodo de "la Loca".

Antes que Juana, quien nunca reinó de verdad, había reinado el hermanastro de Isabel "la Católica" (apodo que responde a su vocación por el catolicismo), Enrique IV, conocido como “el Impotente”. Pero, ¿por qué su mote? Como han explicado en el espacio de La 1, los opositores del rey decían que su hija Juana, apodada como "la Beltraneja", no era verdaderamente su hija, si no del noble Beltrán de la Cueva. Aunque la historia siempre estará en duda, ¿sería realmente impotente?

El rey campana, Pedro el ceremonioso o Pedro el justiciero: motes marcados por sucesos

Pasando a los motes que responden a sucesos, es importante destacar a Ramiro II, “el Monje”, dado que vivía en un monasterio. Pero más allá también es conocido como “el Rey Campana”, pues dicen que un día degolló a unos nobles rebeldes y usó sus cabezas como badajos de campana.

Pedro IV de Aragón, “el Ceremonioso”, tenía fama de astuto, era escritor y amaba las ceremonias y las grandes escenas, también montarlas en público, o eso dice la historia, ya que una vez rompió en público una ley que le gustaba y como la rasgó con un puñal, también se le llama Pedro “el del Punyalet”.

Otro Pedro, Pedro I de Castilla, era llamado “el Cruel” por sus enemigos, y “el Justiciero” por sus partidarios. Su carrera fue cortada por su hermano, Enrique II, “El Fratricida”, que lo mató con sus propias manos. Los amigos de Enrique lo llamaban “El de las Mercedes”, porque les hizo muchos regalos.

Otros apodos con historia

Y, ¿cómo olvidarse de Felipe IV o el mítico Pepe Botella? El primero fue apodado como “el Rey Grande” o “el rey Planeta” por lo extenso de sus dominios, aunque en realidad, no salió de nuestro país. Por otro lado, Pepe Botella era el sobrenombre de José I Bonaparte, el hermano de Napoleón que reinó en España durante la Guerra de la Independencia. El mote, dicen, que es debido a un supuesto alcoholismo.