El director Seiji Ozawa nos ha dejado a los 88 años
- Ozawa estuvo al frente de la Sinfónica de Boston y la Orquesta de la Ópera de Viena
- En 2010 tuvo que suspender todos su compromisos a causa de un cáncer
- El japonés era una de las batutas asiáticas más importantes de occidente
El director japonés Seiji Ozawa, una de las batutas asiáticas más importantes de occidente, nos ha dejado a los 88 años, en Tokio. El maestro falleció el 6 de febrero debido a una insuficiencia cardíaca, tras sufrir, desde hacía años, graves problemas de salud a causa de un cáncer. La Orquesta de la Ópera de Viena, que dirigió desde 2002 hasta 2010, lamenta su perdida y lo define como "uno de los directores de orquesta más importantes a nivel internacional de los últimos 60 años, que al mismo tiempo, dio forma y coescribió una parte de la historia de la orquesta".
En Radio Clásica, hemos querido recordar al director con este programa de Grandes ciclos, en el que podrás escuchar al Seiji Ozawa dirigiendo Fuegos artificiales, op. 4 y La consagración de la primavera de Igor Stravinsky.
Seiji Ozawa
Nació en 1935 en la entonces ocupada Manchuria (ahora Shenyang, al noreste de China). Casi 10 años después, en 1944, regresó con su familia a Japón, donde comenzó su formación en piano y despertó su interés por la obra de Johann Sebastian Bach.
Tras romperse dos dedos en un partido de rugby su carrera dio un giro y pasó de la interpretación a la dirección de orquesta, tras quedar profundamente conmovido por una interpretación del Concierto para piano nº5 de Beethoven.
En 1973, después de dirigir varias orquestas en su país natal, Ozawa pasó dirigir la Sinfónica de Boston, donde estuvo durante 29 años, e hizo historia al convertirse en el mandado más largo en la historia de las orquestas estadounidenses.
Entre 2002 y 2009 pasó a ser responsable de la Orquesta de la Ópera de Viena, donde finalmente fue sustituido en el cargo por el austriaco Franz Welser-Möst en 2010, cuando comenzó a sufrir frecuentes problemas de salud a causa de un cáncer que le hizo suspender todos sus compromisos durante cerca de un año.
Después del diagnóstico de cáncer, Ozawa y el novelista nipón Haruki Murakami se embarcaron en una serie de seis conversaciones muy íntimas sobre música clásica en la casa del escritor y que forman parte del libro Música, sólo música (2011).
Reconocido en su país como Persona de Mérito Cultural en 2001, Ozawa recibió en 2008 la Orden a la Cultura de Japón y en 2009, la Orden al Mérito de la República de Austria.