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Eduardo Barreiros (1919-1992): el ingenio de un motor humano

  • Arturo Martín recibe a su hija Mariluz Barreiros, cuando se cumplen 32 años de su muerte
  • La gran hazaña de este empresario: transformar motores de gasolina a diésel
  • En 1992, Dulce María Loynaz consiguió el Cervantes y Sevilla se llenó de esculturas

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Eduardo Barreiros, al volante de uno de sus Dodge Dart
Eduardo Barreiros, al volante de uno de sus Dodge Dart Fundación Barreiros

Coincidiendo con el 32 aniversario de su fallecimiento, el 19 de febrero de 1992 en La Habana, Memoria de delfín recuerda esta semana al empresario Eduardo Barreiros (Ourense 1919), conocido como el Henry Ford gallego, un hombre sin apenas estudios, pero con una inteligencia y un ingenio desmedidos.

Su historia comienza como revisor en la pequeña línea familiar de autobuses de su padre, y continúa en un humilde taller de mecánica, donde sus ideas empiezan a fluir, hasta levantar finalmente un gran complejo industrial, clave en la motorización de España.

Instalaciones de Barreiros Diésel

Instalaciones de Barreiros Diésel

Su gran hazaña: la transformación de motores de gasolina a diésel. Hitos que Arturo Martín repasa junto a su hija Mariluz Barreiros Ramos, actual presidenta de la Fundación Barreiros, creada en 1997. 

Mariluz Barreiros

Mariluz Barreiros

Además, en compañía de ex directivos y ex trabajadores de la compañía, visitamos el Museo Eduardo Barreiros en Valdemorillo (Madrid), la primera muestra dedicada, en nuestro país, a una figura relevante en el mundo de la automoción. 

Interior del Museo Eduardo Barreiros

Interior del Museo Eduardo Barreiros

En 1992 nos quedamos con Mara Peterssen para recorrer unos meses en los que estalló la Guerra de Bosnia, Isabel II celebró el 40 aniversario de su coronación, Bill Clinton ganó las elecciones en EE.UU., y España acogió dos grandes acontecimientos: los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla.

Precisamente a orillas del Guadalquivir se queda nuestro artista favorito, Antonio García Villarán, para detenerse en algunas de las muchas esculturas que por aquel entonces se instalaron en la ciudad, como “El Huevo de Colón”. 

Y de Sevilla a Cuba, para conocer con Ángeles Caso a la poeta Dulce María Loynaz (La Habana, 1902-1997), ganadora del Premio Cervantes en nuestro año protagonista, una de las únicas seis mujeres que han recibido este reconocimiento desde su creación, en 1976.

Dulce María Loynaz Muñoz (La Habana, 1902-1997)

Dulce María Loynaz Muñoz (La Habana, 1902-1997)

En el capítulo científico, Luis Quevedo nos invita a abrir el libro por la página de Robin Dunbar (Liverpool, 1947), un antropólogo y psicólogo británico que en 1992 propuso la existencia de un límite cognitivo en el número de personas con las que podemos mantener relaciones sociales estables, aproximadamente 150.

Con Lucía Sancho abrimos la tercera hora de programa, para revivir los éxitos que saboreaba la esquiadora española Blanca Fernández Ochoa (Madrid, 1963-2019), la primera mujer en conseguir una medalla olímpica para España, el bronce en eslalon en los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville.

Blanca Fernández Ochoa en su comparecencia ante la prensa

Blanca Fernández Ochoa en su comparecencia ante la prensa

A Barcelona 92 regresa Marta Belenguer para poner en valor el momento dorado que atravesaban compañías de teatro como Comediants, La Fura dels Baus y Tricicle.

Pero para dúo, el formado cada semana por David Zurdo y JPelirrojo en Memoria de delfín. En su Historia Mínima, el primero de ellos nos pondrá Centralia en el mapa, una población de Pensilvania reducida a un pueblo fantasma en 1992, a raíz del incendio de su subsuelo treinta años antes. Y el segundo nos lleva hasta Zimbabue para escuchar a una artista que en aquella época se coló en la lista Billboard americana: Rozalla Miller.