Don Cecilio cruza la línea con Marta
- Don Cecilio busca a Marta en la oscuridad de la corrala
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A pesar de las advertencias de Conchita, don Cecilio ha decidido volver a la corrala buscando a Martita. Y no solo una, sino varias veces, pero parece que su osadía no tiene límites. Y es que, en la última visita a la corrala, don Cecilio ha subido a casa de Antonia y Martita y le ha hecho una propuesta a la joven que le ha hecho enfadar.
Nunca habíamos visto a Marta así de enfadada, y eso que la pobre sufrió lo suyo con su tío Higinio, pero, al fin y al cabo, a su tío sentía que le debía mucho y le tenía en alta estima. A don Cecilio, por el contrario, le ha rechazado desde el principio por sus excesivas confianzas tanto con Conchita como con ella.
El juego del despiste de don Cecilio
Lo que parecía un tonteo con la tía de Matilde, pronto pasó a verse con otros ojos. Cecilio empezó a buscar excusas para pasarse por el taller de costura cuando no estaba doña Concha, solo con la intención de encontrar a Martita a solas. La joven no recibió de buen agrado las visitas del caballero, desde el principio le pareció un tanto extraño tanto regalo, pero con los últimos acontecimientos que han tenido lugar relacionados con el tío de Marta, don Cecilio ha visto la oportunidad de acercarse a ella con el pretexto de tener noticias nuevas sobre Higinio.
Era tan evidente el problema que incluso doña Concha se atrevió a enfrentarse a él. La tía de Matilde le reprochó su cercanía con Marta y se atrevió a amenazarle con tomar medidas si volvía a acercarse por la corrala. Ella se había percatado de lo que sucedía y de las atenciones que este le profesaba a su ayudante, y Conchita quería evitar que la pobre Martita sufriera más de lo necesario.
A pesar de las advertencias de doña Concha, don Cecilio ha seguido visitando a Marta en la corrala, pero no solo eso, esta vez ha cruzado el límite. El famoso cliente del taller de costura ha visitado a Martita ya bien entrada la noche y aprovechando que Antonia había salido. Ha escogido ese momento para declarar sus intenciones a Marta. Un momento incómodo y tenso que ha provocado que la joven terminase echando a don Cecilio.
Una confesión inesperada y una propuesta indecente
“Necesito hablar contigo”, le ha dicho don Cecilio cuando ha abierto la puerta de su casa. Marta le ha dicho que no quería saber nada, pero él se ha aprovechado de la situación que han vivido recientemente y le ha reprochado que no le atienda después de todo lo que ha hecho por ella y por doña Concha. Sin embargo, Marta le ha querido recordar a Cecilio que la tía de Matilde ya le avisó de que no debía volver por la corrala. Un momento en el que Cecilio ha aprovechado para decirle a Marta que su mentora no tenía ningún derecho a echarle de la corrala y que quizás estaba actuando así por celos.
Por suerte, Marta es muy inteligente y no se ha dejado engañar, aunque el juego ha durado poco, porque el propio don Cecilio ha terminado confesando toda la verdad segundos después. “Marta, yo no soy viudo, soy un hombre casado”, ha empezado diciendo el cliente del taller de costura. “¿Y eso qué tiene que ver conmigo?”, le ha dicho Marta. “Todo, porque yo no podría pedirte en matrimonio muy a mi pesar. Aun así, puedo seguir ofreciéndote todas las ventajas que una boda puede tener una joven como tú”, le ha explicado don Cecilio. “Está usted delirando si se piensa que yo…”, le ha respondido ella, pero él ha insistido y no ha dejado que Marta le termine de responder.
“Estoy dispuesto a alquilar un piso, para que puedas vivir tú sola con independencia. Y también te puedo dar una asignación semanal para que te puedas comprar vestidos y esos complementos que tanto os gustan a las mujeres, porque… Marta, yo estoy profundamente enamorado de ti desde que te vi”, le ha confesado finalmente don Cecilio. Marta se ha sorprendido, pero le ha dejado claro que todo eso era una insensatez y que no tenía ningún sentido lo que decía. “Estoy solo, no tengo hijos, y estoy dispuesto a dejarte todo lo que tengo el día de mañana, y te aseguro que no es poco”, le ha dicho para intentar convencerla.
“Viene a la puerta de mi casa a proponerme que sea su… su querida. Es usted un sinvergüenza. Márchese de aquí ya”, le ha dicho Marta finalmente. Aunque don Cecilio ha insistido para tratar de convencer a Marta, ella tenía muy claro que no iba escuchar las tonterías que Cecilio decía. La joven, que le miraba con cara de asco y rechazo, ha terminado echándole de la corrala.
Don Cecilio se ha marchado, pero quien sabe si volverá o cuando lo hará. Conociéndole, le veremos de nuevo en la corrala más pronto que tarde, pero esperamos que la próxima vez Martita no esté sola ante el peligro.