El Templo de Kukulcán en Chichén Itzá, un monumento a la astronomía
- El templo de Kukulcán es una demostración de la gran capacidad para la astronomía, las matemáticas y la arquitectura de los habitantes de Chichén Itzá
- Durante los equinoccios, las sombras proyectadas en el templo forman la imagen de una serpiente descendiendo que simbolizan el cambio de estación, según la cosmología maya
Pocas construcciones tienen una relación tan estrecha con la astronomía como el templo de Kukulcán, también conocido como El Castillo, situado en Chichén Itzá, en la península de Yucatán (México). Los avances en la comprensión de la civilización maya, arqueólogos y astrónomos han revelado fascinantes descubrimientos sobre este monumento que arrojan luz sobre su profunda conexión con la astronomía. Lo explica la historiadora Laia San José en ‘El Condensador de Fluzo’.
Un monumento a la astronomía
El Templo de Kukulcán ha sido objeto de estudio durante décadas, pero recientes investigaciones han desvelado su compleja relación con el cosmos. El edificio, erigido por los antiguos mayas en el siglo XII, es una obra maestra de la arquitectura que sirve como monumento a Kukulcán, la serpiente emplumada, una deidad importante en la mitología maya que representa la unión del cielo y de la tierra.
La pirámide tiene una base cuadrada de 54 metros de lado y alcanza una altura de 25 metros. Está compuesta por nueve niveles, que simbolizan los nueve niveles del inframundo maya. En la base de la escalinata norte, se encuentran dos enormes cabezas de serpiente emplumada, que simbolizan la importancia de Kukulcán en la mitología y la religión maya. Estas cabezas son elementos decorativos impresionantes que refuerzan el carácter sagrado del templo y su conexión con la serpiente emplumada.
Descubrimientos astronómicos
Uno de los hallazgos más sorprendentes es la disposición de las escalinatas del templo. Cada cara del templo tiene un total de 91 peldaños, que multiplicados por las cuatro caras de la estructura, suman 364, más uno extra en el zócalo superior. Un total de 365 peldaños que representan el número de días del calendario solar. Esta precisión en la construcción no solo refleja el profundo entendimiento de los ciclos astronómicos por parte de los antiguos mayas, sino que también sugiere un propósito ceremonial o ritual ligado al tiempo y los movimientos celestes.
Además, durante los equinoccios de primavera y otoño, un fenómeno óptico notable ocurre en el templo. Las sombras proyectadas por las nueve plataformas del edificio crean la ilusión de siete triángulos invertidos que convergen en la base de la escalinata principal, pareciendo formar el cuerpo de una serpiente descendiendo por la pirámide. Este espectáculo visual, que dura aproximadamente 10 minutos, ha sido interpretado como una representación simbólica del descenso de Kukulcán del cielo a la tierra, marcando el cambio de estaciones y la renovación de la vida.
Estos hallazgos subrayan la importancia del Templo de Kukulcán como un centro ceremonial y astronómico crucial en el mundo maya, y destacan el papel crucial que la astronomía jugaba en la vida cotidiana y las creencias religiosas de esta antigua civilización.