Lola Dueñas y Anna Castillo en una película conmovedora de madres e hijas
- La ganadora de un Feroz por La Mesías hizo de otra madre muy diferente en esta película
- Viaje al cuarto de una madre (2018), está disponible en RTVE Play
Viaje al cuarto de un madre fue una de esas óperas primas que dejaron huella en su estreno. Dirigida por Celia Rico y con dos de las actrices más potentes del cine español, esta delicada y tierna disección sobre la relación de una madre y su hija obtuvo una enorme acogida de la crítica, arrasando en los premios Gaudí y recibiendo el Premio a la Juventud en el Festival de San Sebastián, otorgado a los debutantes más brillantes del año.
La historia sigue el transcurrir cotidiano de dos mujeres. Una joven (Anna Castillo) que planea abandonar el nido en el que vive su madre recientemente viuda (Lola Dueñas). Una historia muchas veces contada en el cine, pero no con la pasmosa naturalidad con que Rico plantea el conflicto. Tan sutil y precisa. “La tragedia de la vida comienza con el vínculo afectivo entre padres e hijos”, decía Yasujiro Ozu, uno de los más grandes directores de cine, al comienzo de su película 'Hijo único' (1936). A lo largo de su carrera realizó más de 40 películas sobre el asunto. Lo importante el punto de vista, la conexión personal y la capacidad de hacerlo universal.
Conexión personal con la directora
Rico no ha ocultado nunca que la historia que se cuenta en Viaje al cuarto de una madre es la suya propia. Anna Castillo se mete en su propia piel y Dueñas en la de su madre. Ambas lo hacen desde Constantino, el pueblo de Granada en el que Rico creció y dónde también se traslado todo el equipo de rodaje. “Hay algo que me produce malestar, que siempre está ahí minándome un poco: pensar que no puedo corresponder al amor de mis padres. Y también saber que quizá no tenga que corresponderlo. Porque es imposible”, explica la cineasta sobre el origen del proyecto en una entrevista para RTVE.
Lola Dueñas, las primeras veces y engordar en el sofá
Lola Dueñas lleva en el cine desde 1996. Nunca le había llegado un proyecto de una directora española hasta Viaje al cuarto de una madre. Cuando le llegó el guion de la película, la actriz vivía en Francia. Allí había rodado con más mujeres que hombres. Y en Argentina había trabajado con con Lucrecia Marte.
Dueñas se instaló en Constantino dos meses antes del rodaje. Básicamente para aprender a coser y engordar. “Yo no paró y hago deporte y tenía que interpretar a una mujer que lleva tristísima un año y media, sentada en un sofá”, confesó en una entrevista. Se metió tanto en el personaje que tras cinco semanas de rodaje no quería marcharse de allí. A Ana le pasaba al revés, quería irse lo antes posible. Se mimetizaron en sus personajes.
¿Qué supone ser hija?
Una de las cuestiones más interesante que Rico traza en la trama de esta película es analizar la maternidad desde los hijos, desde la hija en este caso. La sociedad asume el concepto de maternidad, pero ser hija tiene unos compromisos y vínculos que muchas veces no están definidos. Una cuestión sobre la que profundiza más en la que será su segunda película, Los pequeños amores. Una historia protagonizada por Adriana Ozores y María Vázquez que se estrenará el próximo 8 de marzo y que competirá en la sección oficial del 27º Festival de Málaga.