Así le sacaba los colores a Eva Soriano a los clientes del supermercado donde trabajaba de cajera
- La popular cómica y presentadora reveló aspectos hasta ahora desconocidos de su trayectoria profesional y sobre su vida personal
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En una noche llena de risas y ocurrencias, Eva Soriano, la genial cómica y polifacética presentadora, lo dio todo como primera invitada del décimo noveno Late Xou con Marc Giró de la temporada.
Acaba de estrenar la segunda temporada del late night que conduce, Showriano, y es una de las voces más escuchadas en las mañanas de la radio gracias al programa que presenta junto a Nacho García, Cuerpos Especiales. Pero Soriano no vino a presentar sus proyectos profesionales, se sentó anoche en el sofá de los invitados del Late Xou, para charlar distendidamente sobre su vida personal y sobre su meteórica carrera.
A la divertida reusense, que bromeaba al inicio de la entrevista sobre cómo había construido su personalidad idolatrando a Chayanne y amenazaba con ponerse a cantar en cualquier momento, entre muchos otros divertidísimos dejó atónito al público confesando que estuvo a punto de convertirse en una concursante de Operación Triunfo en el 2008 (sí, has leído bien, Soriano estuvo a punto de ser una “triunfita") y su participación en el aclamado talent show no se hizo realidad porque Noemí Galera no lo quiso.
A la invitada, que le tocó dar el do de pecho en las conocidas como ‘extraescolares' del Late Xou, no defraudó:
Una súperpoder de la Soriano
Soriano, que no siempre se ha dedicado al show business, trabajó durante una época de su vida como cajera de supermercado, experiencia profesional con la que adquirió la capacidad de saber el peso exacto de los alimentos solo con sostenerlos con las manos.
En una época en los que las fruterías de los supermercados funcionaban mediante el autoservicio, permitiendo que la clientela pesara los productos adquiridos, la picaresca de más de uno se llevaba casa algún que otro tomate de más con una etiqueta que marcaba un precio muy inferior al que correspondía. Pero a Soriano no se le escapa ninguna treta de sus clientes y, mirándoles cariñosamente a los ojos y con el rictus facial de "te he pillado", les soltaba un cariñoso "amooooor" al que la clientela no se resistía reculando en dirección hacia la báscula y corrigiendo la jugarreta del peso incorrecto. Para muestra, mirad con qué precisión acertó anoche el peso exacto de una bolsa de limones: