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Andrea Quintero, la hija de Jesús Quintero que siguió sus pasos: "Me hace sentir orgullosa"

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Conocemos a Jesús Quintero a través de su hija Andrea

Andrea Quintero, la hija mayor de Jesús Quintero, es la encargada de introducir la figura de su padre en El mejor de la historia. Nacida en 1992, siguió sus pasos cursando estudios de periodismo. Actualmente dirige su fundación, la Fundación Jesús Quintero. Guardiana del legado de su padre, Andrea nos emociona al contarnos cómo era El loco de la colina cuando se apagaban los micrófonos: un hombre sensible, enamorado del mundo y de lo humano, ávido de aprender, que sufrió altibajos emocionales de los que se reponía gracias a su profundo amor por la vida, siempre visible en toda su obra.

Los inicios de Jesús Quintero en la profesión y un apodo que lo siguió siempre

"Yo creo que la vocación lo encontró a él de una forma un poco fortuita. Le encantaba el teatro y fue en unos ensayos en un teatro donde un hombre que trabajaba en radio alabó su voz, diciéndole que se oía hasta en la última fila", cuenta Andrea sobre los inicios de la carrera de Jesús Quintero. El periodista autodidacta se introdujo en la profesión a través de unas oposiciones con las que entró en RNE en Huelva, con un trabajo de reportero. "Pronto empezó a definir su propio estilo y dejarse llevar por su intuición, cogiendo aprecio a las entrevistas y el ambiente intimista de un estudio de radio".

Su primer programa fue El hombre de la roulotte, un formato ideado por él en el que iba por toda España en una roulotte entrevistando a gente estrafalaria. "Siempre le interesó lo que tenía que decir la gente a la que normalmente no se escuchaba", explica Andrea. Quintero se convertiría en el descubridor de algunos personajes clave del entretenimiento en nuestro país, como El Risitas, personas de a pie cuyo brillo supo detectar.

Tras este formato y un programa musical, llegó el programa que le consagró como uno de los mejores periodistas de España. Al principio se llamó Para mayores sin reparo, un título que él detestaba y por el que probablemente no lo hayas reconocido. "Este nombre se lo impusieron un poquito y una noche, escuchando una canción de Los Beatles, The Fool on the Hill, dijo en uno de sus soliloquios: me siento como un loco en una colina. Ese terminaría siendo el nombre de su programa y ese álter ego que le acompañaría siempre". 

La razón de sus silencios

El estilo de Jesús Quintero estuvo caracterizado por los tiempos de escucha, por el espacio que dejaba a sus entrevistados y en los que surgían intervenciones mágicas. "Las pausas y los silencios en televisión surgieron para mi padre de forma orgánica. Los silencios siempre están presentes en las conversaciones que importan de verdad; cuando escuchas lo que el otro tiene que decir, eso tiene un impacto en ti, y es normal tener que callar y digerirlo. Él empezó a descubrir que en ese silencio hacía que el entrevistado se sintiese cómodo o, incluso mejor, un poco incómodo, y siguiese hablando. Era una cosa orgánica, que le salía de dentro, escuchar lo que el otro había dicho y continuar desde ahí la conversación", explica su hija. Andrea siguió los pasos de su padre: ella también es periodista.

La última entrevista de Rocío Jurado, 'El loco de la colina'

¿Por qué estudió periodismo Andrea Quintero?

"Mi padre insistió mucho en que yo hiciese periodismo", cuenta la hija de este icono radiofónico y televisivo. "Creo que tenía un poco de envidia de que yo acudiese a la Facultad de Comunicación, porque mi padre es la persona que más ha leído y estudiado sobre comunicación. Pero fue autodidacta totalmente, leyendo a Capote, a Kapuscinski... pero no fue a la universidad. Era muy intuitivo y tenía mucho sentido de la justicia", explica.

"Creo que para él era muy importante que sus hijas tuviésemos el mismo respeto por la profesión. Mi hermana no estudió periodismo pero también tiene clarísimo la importancia que tiene y unos valores definidos al respecto". La hermana de Andrea, Lola, estudió políticas y sociología y es una apasionada de las causas sociales, como también fuese El loco de la colina. "A mi padre le encantaba preguntarme qué estábamos dando en la universidad, discutir y llevar la contraria a los profesores en alguna ocasión. Uno de los consejos que me daba era que, a pesar de las aulas, tuviese muy claro que el periodismo se aprende en la calle y hay que cultivarlo cada día. Me decía que desarrollase mi intuición y mi interés propio, mi propia voz". 

La mejor entrevista de Jesús Quintero

El periodista no tenía una entrevista favorita: era de sacarle el jugo a todo lo que hacía, a todas las interacciones que tenía, de valorar toda conversación. "Todo dejaba una semilla: le encantaba entrevistar a los anónimos, a los presos, por supuesto entrevistar a Borges para él fue un gran placer, las conversaciones con Antonio Gala, con Rocío Jurado disfrutaba mucho… Tuvo grandes entrevistados y gente corriente que le dieron grandes lecciones. 'Sofía la enamorada', por ejemplo, fue una chica anónima que llevó a Qué sabe nadie que hablaba con una vehemencia del amor que sentía por su pareja… nadie sabe quién es esa persona, pero lo que dice es algo con lo que todos nos identificamos".

Dar con este tipo de entrevistados era de lo más emocionante: "A mi padre le interesaba la conversación, mucho más allá del personaje".

Andrea dirige la Fundación Jesús Quintero y es la responsable de su archivo, compuesto de un material de valor incalculable. "Todavía no hemos podido cuantificar exactamente el número de entrevistas que hizo mi padre, creo que la cifra sería algo desorbitado. Solamente en tres años de el loco de la colina en radio, en la ser, son unas 500 entrevistas. En el archivo audiovisual tenemos más de 10 mil horas de entrevistas en televisión. Y luego no contamos las entrevistas off the record, porque al taxista con el que iba también le hacía una entrevista y esta le dejaba un poso", bromea Andrea.

Para ella, si tuviese que elegir, el trabajo imprescindible de su padre es Trece Noches con Antonio Gala, las trece entrevistas sobre trece temas que el periodista mantuvo con el escritor y que para Andrea son "una compañía para la vida": "son verdaderas obras de arte, lecciones de vida y pura filosofía, con humor, con gracia y que desprenden amor y sabiduría". 

¿Cómo era Jesús Quintero fuera del foco y los micrófonos?

"Mi padre era una persona extremadamente sensible", cuenta Andrea Quintero al equipo de El mejor de la historia. "Le conmovía la belleza, tenía una gran intuición para dejarse llevar por ella e inspirarse por ella. Para mal también: se revolvía muchísimo con la injusticia, con la falta de empatía, con el llanto, con la necesidad ajena. Era una persona que no era impermeable a nada en la vida, todo le dejaba huella. Era muy humano", dice emocionada.

"Era una persona profundamente agradecida con la vida. Siempre tuvo altos y bajos, porque era una persona muy sensible y eso te da momentos de gran fidelidad y también muchas tristezas. Es bien sabido que mi padre atravesó grandes depresiones. Pero su profundo amor por la vida era algo que en sus peores momentos siempre lo rescataba, y también su gratitud con el mundo y con la belleza que hay detrás", cuenta.

"Mi padre era El loco de la colina dentro y fuera del plató. El plató era un lugar donde ser más él, ser más libre, menos coartado todavía, pero en casa era igual de rotundo con sus sentencias, igual de acertado, de afilado, igual de sensible. Y era igual de personaje, porque es que era un personaje. Yo tengo anécdotas divertidísimas".

Un recuerdo de Jesús Quintero

"Uno de los primeros recuerdos que tengo de mi padre es que era un poeta, destilaba poesía, la palabra era un rasgo más de su personalidad. Yo tenía seis o siete años, veníamos paseando a la vuelta de una cena por Santacruz (tengo muchos recuerdos de Sevilla con él) e hizo una oda al olor de los naranjos que yo recuerdo mirarle y pensar que no era normal, que no era normal la vehemencia y la pasión que tenía por la vida, y esa facilidad para contagiarla".

"Recuerdo también algunas de estas locuras maravillosas. Él vivía muy cerca de la Giralda pero entonces aún no se iluminaba, y tenía dos focos en la terraza para iluminarla él. Era extravagante, su manera de ser, porque era totalmente libre. Hacía con pasión y en base a su intuición. Todos los recuerdos que tengo de él, incluso los negativos, tienen ese poso de pasión y de determinación que lo rodeaban a él". 

¿Por qué está en El mejor de la historia?

Jesús Quintero es uno de los 50 candidatos que concursan en El mejor de la historia, porque España lo ha elegido en una votación popular en la que participaron alrededor de 40.000 personas. ¿Por qué opina su hija que el público ha tomado esa decisión?

"Yo creo que mi padre fue pionero en concebir la entrevista periodística como una conversación, que surgiese de la curiosidad genuina. Él decía que haberle preguntado a un político, un deportista o un anónimo lo que la señora que sale a la calle a las ocho de la tarde con una silla quiere preguntarle a esa persona. Eso nos da una lección de verdad, de saber lo que es la gente de verdad", dice.

"Creo que mi padre forma parte en el imaginario colectivo como alguien casi familiar, con quien se empatizaba mucho por su curiosidad genuina, su sonrisa, su carcajada, esa forma de sentirse libre y él mismo. Eso inspiró a muchas personas. Cuando lo paraban por la calle, mucho más del fanatismo, la gente lo agradecía. Él respondía con mucha gratitud y timidez. A mí me hacía sentir muy orgullosa".