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Escritores migrantes: la literatura de los desplazados

  • Cortázar, Ramon J. Sender, Isabel Allende o Roberto Bolaño dejaron su hogar y escribieron sobre la herida de la nostalgia
  • Los escritores Juan Pablo Villalobos y Lucía Hellín charlan sobre migración y literatura y de las obras nacidas del desarraigo

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Página Dos - Escritores migrantes: la literatura de los desplazados

Las migraciones por motivos económicos, religiosos y políticos son cada vez más habituales en un mundo globalizado. Miles de personas dejan su hogar temiendo por su vida o buscando un futuro mejor. De ellos habla La literatura de los desplazados (Villa de Indianos), el nuevo libro de la escritora e investigadora Lucía Hellín. La autora habla él en 'Página Dos' junto al escritor mexicano Juan Pablo Villalobos, que acaba de publicar El pasado anda atrás de nosotros (Anagrama).

En una sociedad capitalista en la que impera la desigualdad, los escritores deben enfrentarse al reto de desarrollar su obra en espacios literarios que no siempre sienten como suyos. Hellín analiza en su libro los procesos de desafío, adaptación, lucha o negociación que dejan entrever los autores migrantes, así como el cambio en la mirada que expresa la realidad del movimiento migratorio.

Dos mujeres, una con un bebé en brazos y otra con una maleta, parte del archivo fotográfico del Museo de Historia de la Inmigración.

Dos mujeres, una con un bebé en brazos y otra con una maleta, parte del archivo fotográfico del Museo de Historia de la Inmigración.

Exilio, huida, precariedad

El protagonista de la novela de Juan Pablo Villalobos regresa a su pueblo natal de México después de años en el extranjero, donde ha formado una familia y lleva una vida apacible. Vuelve a la casa de sus padres para ayudar a sus hermanos a cuidar de ellos, ya mayores y con achaques. Una noche queda con un amigo de la infancia, un encuentro que lo cambiará todo.

Arraigué y mi escritura empezó a volverse nostálgica

Marcharse de un lugar significa perderse los cambios que van teniendo lugar en él. La madre de la novela acusa al hijo de haber salido huyendo para no enfrentarse a la realidad, para no ver la descomposición social que va pudriendo aquel pueblo. «Vine a hacer el doctorado a Barcelona», cuenta en el programa Villalobos, «arraigué y mi escritura empezó a volverse nostálgica. México quedaba lejos en la geografía y en el tiempo.»

Los autores que nadan entre dos culturas encuentran a veces en ese espacio intersticial un lugar de riqueza, aprendizaje y encuentro. Lucía Hellín narra el cambio de percepción de las últimas décadas: «Hasta los noventa se escribía de ello en tercera persona. Ahora el migrante no es objeto, sino sujeto que habla en primera persona, y tiene un lugar por derecho ganado en el espacio literario.»

Autores como John Steinbeck, Isabel Allende, Cortázar, Bolaño, Ocean Vuong, Chimamanda Ngozi, Javier Zamora o Valeria Luiselli han escrito sobre la herida del desarraigo. Las experiencias de racismo, hostilidad y búsqueda de la propia identidad derivadas del desplazamiento han dado lugar a obras literarias emocionantes, curativas, reivindicativas.