¿Qué claves podemos seguir para afrontar la ansiedad?
- ¿Qué es la ansiedad basal?
- ¿Cómo actuar ante un ataque de ansiedad?
Todos hemos padecido ansiedad. Sí, lo cierto es que todos hemos sentido esa sensación alguna vez, es algo natural. Ahora bien, ¿sabemos gestionarlo? En Tras la tormenta invitamos a la psicóloga Ana de Luis para que nos cuente algunas claves y consejos que podemos seguir para afrontar la ansiedad.
La ansiedad es un sentimiento de angustia cuyo origen es el miedo. Y todos hemos sentido miedo en algún momento. Según el Ministerio de Sanidad, el 17% de las mujeres y el 9% de los hombres padecen ansiedad. Uno de los miedos más comunes que nos generan esta angustia es el miedo al futuro. Pero independientemente de cual sea el miedo o la preocupación, todos tenemos alguno.
¿Es malo tener miedo? Realmente no, simplemente una emoción como otra cualquiera y que nos acompaña desde que nacemos. En el principio de nuestra vida ya conocemos esta sensación y no debemos olvidar que el miedo tiene una función: nos protege.
¿Cómo podemos gestionar la ansiedad?
Ante un miedo, una angustia o la ansiedad hay un primer paso importante que es no rechazarlo, no hacer como si no existiese o como si no pasara nada. El primer paso que debemos tomar es ser conscientes de que pasa algo y tratar de abordarlo.
"Nos puede ayudar a entendernos más y viviéndola podemos aprender a gestionarla de forma correcta", explica Ana.
Lo que podemos dejar claro es que de la ansiedad se aprende. Es algo que nos hace conocernos más a nosotros mismos y que trabajando en ello, nos puede enseñar a hacer cambios en nuestra forma de vivir. La vida que, a menudo, llevamos es fugaz, rápida y alocada. Y cambiar este ritmo de vida por algo más calmado y tranquilo puede ser muy beneficioso para nuestra salud.
¿Cómo podemos reconocer la ansiedad?
Aunque suene repetitivo, la base de esta emoción es el miedo pero hay muchos síntomas o formas en las que se puede manifestar.
Uno de los síntomas más comunes es el bloqueo emocional. Este colapso nos hace creer que no somos capaces de superar esa situación, pero sí lo somos. Siguiendo con síntomas mentales, otro que se manifiesta comúnmente es la anticipación, esa sensación de visualizar e imaginar escenarios catastróficos. «Tiene mucho que ver con el "y si". "¿Y si pasa esto? ¿Y si pasa lo otro?". Y todo este miedo o este desbordamiento emocional al final conlleva una dificultad para hacer frente a las situaciones y para controlar nuestra propia conducta», explica nuestra psicóloga.
Nuestro cuerpo también lo sufre. La ansiedad puede provocar taquicardias, sudoración o temblores.
También se debe hablar de los famosos "ataques de ansiedad". Para explicar esto lo primero que debemos saber es que todos tenemos un nivel de ansiedad, esto se denomina "ansiedad basal". Imaginemos que esta ansiedad basal la tenemos en un vaso y va creciendo. Cuando el vaso se desborda es cuando sufrimos el ataque de ansiedad pero antes de esto, ya hemos experimentado muchos otros tipos de ansiedad con los que hemos podido detectar que "algo no iba bien".
Estos ataques de ansiedad son realmente incómodos y tienen momentos de dolor severo. Se siente un profundo miedo "a morir" pero también se sienten presión en el pecho y ahogo, sensaciones que se pueden confundir con un infarto.
Si estás sufriendo un ataque de ansiedad debes intentar mantener la calma, identificar qué te pasa e interiorizar mensajes positivos como "voy a estar bien", "no pasa nada" o "mi cuerpo puede con esto". Es decir, cultivar un diálogo interno. También ayuda estar acompañado de alguien de confianza.
Si eres testigo de un ataque de ansiedad es importante que hagas compañía, que lances mensajes positivos al paciente y que trates de tranquilizarlo. Mantener el contacto visual es muy importante para que el paciente vea que no está solo y que no va a pasar nada. El contacto físico, en la espalda o el pecho, es importante para que se sienta acompañado.
En caso de sufrir cualquier síntoma de estos u otros como insomnio, una preocupación excesiva por algo o que se altere nuestro estado natural, se debe acudir al médico para intentar poner remedio cuanto antes. En este tema cada caso y cada persona se debe tratar de forma individualizada.
¿Qué tipos de ansiedad hay?
Hay diferentes tipos de ansiedad. La más común es la ansiedad generalizada, que se caracteriza por "vivir en un estado de alerta constante".
La ansiedad de separación es esa inseguridad a estar alejado de una persona concreta.
El mutismo selectivo es la incapacidad que tenemos para hablar en momentos y lugares concretos.
La agorafobia es el miedo a estar en espacios abiertos, aglomeraciones o espacios cerrados. El problema es la sensación de poder quedarse atrapado, sentirse avergonzado o indefenso.
La fobia social es el miedo a interaccionar con personas que no pertenecen a nuestro círculo cercano.
Estas son algunas de las más comunes aunque también existe la ansiedad postraumática que nace a raíz de un suceso, la ansiedad inducida por sustancias como las drogas o fobias específicas como la que se puede sentir a volar, a algún objeto o animal.
¿Cómo actuar ante la ansiedad?
Lo primero que debemos decir es que es complicado lidiar con este problema. Una de las primeras cosas que deberíamos tratar de hacer es observarnos a nosotros mismos, ver en qué momentos nuestro sistema se pone alerta y tratar de identificar cuáles son los desencadenantes de este problema. Es decir, una de estas claves es observar en qué momentos, en qué lugares o con qué personas esta ansiedad crece o decrece. Observarnos.
Otra clave que podemos tratar de experimentar es sentir y reconocer esa ansiedad en nuestro cuerpo. No debemos rechazar esta sensación por el hecho de ser desagradable sino que podemos ser capaces de interiorizarla y desde ahí, comenzar a transformarla. Sentirlo.
Otro paso que debemos dar es el de aprender a gestionar nuestras emociones. Tomar conciencia de cómo nos sentimos y así no dejaremos que estas emociones tomen el mando de nuestra vida. Tomar conciencia.
El control de la respiración es algo que también puede ayudar mucho a calmar nuestro cuerpo en momentos complicados. Respiración.
Evitar lo que nos puede agravar esta situación como el café, el té o el alcohol. Evitar.
Hay muchas cosas que se puede hacer para tratar la ansiedad. Todas estas son solo algunas pero también, por supuesto, está la terapia y el tratamiento con profesionales. Es importante saber que todo tiene una salida y que en esta vida, nada es para siempre.