El Plan Marta: mujeres españolas enviadas a repoblar Australia en los años 60
- 800 mujeres españolas fueron reclutadas para participar en el Plan Marta con el propósito de cubrir la demanda de mano de obra en una Australia despoblada
- Bajo la promesa de un contrato de dos años y un salario atractivo, las “Martas” embarcaron en esta aventura sin saber que iban a hacer trabajos domésticos
En un recorrido por la historia de la migración española durante el régimen franquista, nos encontramos con relatos que trascienden las fronteras del tiempo para revelar las complejidades y las duras realidades enfrentadas por aquellos que decidieron buscar oportunidades fuera de su país. En este contexto, emerge una historia poco conocida pero igualmente impactante: el Plan Marta. El historiador Javier Traité lo explica en 'El Condensador de Fluzo' dedicado a los procesos migratorios.
El Plan Marta
Durante los años 50 y 60, España se encontraba inmersa en una etapa de autarquía, con un régimen dictatorial que buscaba aliviar las tensiones internas, promoviendo la emigración como una vía de escape para la población. En medio de este panorama, alrededor de 800 mujeres españolas fueron reclutadas para participar en el Plan Marta.
Bajo acuerdos entre los gobiernos español y australiano, estas mujeres fueron enviadas para trabajar como sirvientas y contribuir a la repoblación del territorio australiano. El régimen estuvo de acuerdo con la idea y pusieron a la Comisión Episcopal de Migraciones y al Instituto Español de Emigración al frente del reclutamiento de voluntarias. Y así fue como se originó este plan que operó entre 1960 y 1963.
El avión de las novias
Bajo la promesa de un contrato de dos años y la posibilidad de ganar un salario atractivo, estas mujeres emprendieron un viaje hacia lo desconocido, dejando atrás su tierra natal en busca de un futuro mejor. Sin embargo, la realidad que encontraron al llegar a Australia distaba mucho de la imagen promocionada.
Conocido popularmente como “El Avión de las Novias”, el traslado de las primeras participantes del Plan Marta fue todo menos glamuroso. Después de un agotador viaje de cuatro días, las “martas”, como se les conocía, fueron asignadas a trabajos domésticos en condiciones difíciles y desconocidas. Se supone que el gobierno australiano recibió a las primeras con unos bailes y cantos de otros inmigrantes griegos o españoles, pero lo que más y peor recuerdan las “martas” fue que de ahí las metieron en unos barracones sin ventanas llenos de otros migrantes hombres. Después las llevaron a una iglesia, allí las pusieron a todas en círculo, donde iban entrando distintos australianos y australianas que las miraban, elegían a una de ellas, y se la llevaban. Más de una dijo haberse sentido como ganado.
La soledad de las Martas
Alejadas de sus familias y sumidas en trabajos domésticos exigentes, se enfrentaron a la soledad y la nostalgia mientras luchaban por adaptarse a una cultura y un idioma completamente nuevos. Además, el aislamiento geográfico solo agravaba su sensación de desarraigo. Toda la comunidad española estaba dispersa por la vasta geografía australiana. No tenían ocasión ni de formar gueto, porque estaban cada una en una granja o casa, o una congregación religiosa, repartidas por toda la región.
Spanish Club
A pesar de las dificultades, las “martas” encontraron formas de resistir y perseverar. La creación de espacios como el Spanish Club en Sidney se convirtió en un refugio donde podían reunirse, compartir experiencias y sentirse parte de algo más grande. ¿Pero, por qué no volvían a España? Los billetes de avión eran tan caros que esta posibilidad estaba prácticamente descartada. Así que la mayoría optó por casarse y formar su propia familia en Australia, como única manera de escapar de aquella situación.