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Los recuerdos emotivos y 'salvajes' de Odile, hija de Félix Rodríguez de la fuente

  • La hija de Félix Rodríguez de la Fuente recuerda una infancia marcada por la pasión y la naturaleza
  • "Siempre estaré enormemente agradecida a mi padre", cuenta en El mejor de la historia

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Los recuerdos de Odile, hija de Félix Rodríguez de la fuente
Fotografía de Félix Rodríguez de la Fuente con su hija Odile Cedida por Odile Rodríguez de la Fuente a 'El mejor de la historia'

Odile Rodríguez de la Fuente es bióloga y divulgadora científica. Su vida está marcada por el legado de su padre, pese a que lo perdió cuando tan solo tenía siete años de edad y un accidente le arrebató la vida. El naturalista y divulgador es uno de los candidatos elegidos por la audiencia para concursar en El mejor de la historia, el programa de TVE que esta semana busca su último finalista. Tenemos la ocasión de charlar con su hija sobre el impacto de Félix Rodríguez de la Fuente y la relación con la naturaleza que cambió la forma de pensar de todos los españoles. Hablamos de ecologismo, protección de especies protegidas y, también, las lecciones que podemos aprender de observar a los animales.

P: ¿Por qué crees que los españoles han elegido a Félix Rodríguez de la Fuente como uno de los mejores de la Historia?

R: Me entusiasma y me emociona profundamente que tantos años después de que mi padre falleciese se le haya considerado como uno de los personajes más importantes de la historia de nuestro país. Me abruma pero lo entiendo, porque creo que si mi padre es denominador de algo es de cariño. Millones de personas se enganchaban en los 60 y los 70 al recién estrenado televisor, incluso a sus programas de radio y sus enciclopedias, para descubrir la naturaleza y verla a través de los ojos de mi padre. Era un mundo apasionado y característico el que nos hacía llegar. Muchos niños y jóvenes descubrimos la naturaleza a través de sus ojos.

P: ¿Dirías que tu padre fue un impulsor de la conciencia ecologista en nuestro país?

R: La gente no se hace cargo de lo diferente que era la mentalidad en los años 60. Existía todavía la Junta de Extinción de Animales Dañinos, una institución a a través de la cual, por ejemplo, el Estado pagaba a cualquier persona que llevase el cadáver de un depredador a un Ayuntamiento. Ese era el contexto en el que llega mi padre: no existía un Ministerio de Medioambiente, no existía legislación sobre reciclaje ni ecología, apenas existían movimientos u ONGs ecologistas. Sí, mi padre fue un promotor de estos movimientos. No en vano formó parte de la creación de SEO BirdLife o WWF (en aquella época, Adena), que fueron las primeras organizaciones ecologistas. Pero sobre todo sembró vocaciones. Voy conociendo gente a lo largo de mi vida y me confiesan que se dedican a lo que se dedican por la influencia que tuvo mi padre en sus vidas. Nos enseñó a relacionarnos con la naturaleza de una forma muy diferente.

"La gente relaciona a mi padre con el lobo"

P: ¿Qué especies animales se salvaron gracias al trabajo de tu padre?

R: Este es un aspecto un poco desconocido de la vida de mi padre. Fue activista tanto en la protección de espacios naturales como en la protección de muchas especies que estaban en verdadero riesgo de extinción en aquella época. Debido a la Junta de Extinción de Animales Dañinos, los depredadores en nuestro país sufrieron un verdadero descenso en sus poblaciones.

El primer paso que dimos en la dirección correcta fue la protección de las aves de presa en España, de hecho nos convertimos en un país pionero en cuanto a legislación de aves de presa, siendo los primeros en Europa en poner en marcha este tipo de legislación. Por eso especies como el águila imperial, el quebrantahuesos o muchos buitres no desaparecieron de nuestro país como sí hicieron en otros lugares en Europa.

Y luego yo creo que la gente identifica a mi padre con el lobo. En una sociedad eminentemente ganadera, en el mundo rural, fue muy complejo cambiar la mentalidad establecida alrededor de esta especie. No solamente por nuestra historia, sino por los cuentos que se han ido contando a los niños, caperucita roja, ha sido una especie muy vilipendiada y fue una de las primeras voces en hacernos ver que el lobo no era una especie vil y que mataba por matar, sino que era una especie muy importante para el equilibrio de los ecosistemas sino también una especie con la que nos podíamos identificar, otro cazador social como fue el ser humano en su infancia colectiva, el Paleolítico, y con la que compartimos muchísimas cosas: jerarquías sociales, aspectos del comportamiento… es una especie muy leal, muy interesante y un espejo para nosotros en muchísimos sentidos.

P: ¿Cómo fueron los inicios profesionales de tu padre? ¿Cómo llegó a la televisión?

R: En los años 50, cuando la televisión acababa de ponerse en marcha en España, mi padre gana un concurso internacional de cetrería y les debió llamar la atención la noticia. Lo invitaron a un programa para hablar de ello, con un halcón y con su perro, y habló cinco minutos en una entrevista. Recibieron tantas cartas en la televisión de la época preguntando quién era el señor del halcón y pidiendo que volviera a salir, que le ofrecieron un espacio semanal para hablar de sus temas, que era su pasión por los animales.

"El hombre y la tierra fue pionero a nivel mundial: inventaron técnicas para ver lo que nunca se había visto"

P: ¿Nos puedes hablar de El hombre y la tierra?

Él ya había hecho documentales para cine y conocía lo que era trabajar delante y detrás de las cámaras, con lo cuál sabía dónde se estaba adentrando. Su objetivo fue crear un equipo para hacer los primeros documentales de naturaleza en España. Logró un objetivo que incluso no había vislumbrado, haciendo historia de la televisión. Aquel equipo rodó muchísimo material en todos los lugares de nuestro país, en Venezuela, en Canadá, en Alaska, y consiguieron imágenes absolutamente inéditas para el cine documental de naturaleza a nivel mundial.

Lo que estaba haciendo TVE en aquella época con El hombre y la tierra lo miraban otras televisiones con lupa, eran pioneros. Aún no existía la rama de televisión de National Geographic, y desde la BBC estaban mirando a España. Inventaron técnicas para rodar debajo del agua, para poder ver lo que ocurría dentro del nido de un picatroncos, y consiguieron imágenes que nunca se habían rodado e incluso descubrieron conductas de animales que no se conocían en el mundo científico, como en el caso del lobo u otras especies como el abejaruco o el alimoche. Yo creo que fue apasionante. Además en 35mm, que no mucha gente sabe lo que suponía rodar con eso equipos, lo que pesaban, el ruido que hacían, logrando imágenes tan sumamente impactantes que dieron resultado, porque ha sido una de las proyecciones más importantes de TVE.

P: ¿Cómo era vuestra relación con vuestro padre? ¿Cómo llevabais sus ausencias?

R: Yo recuerdo a mi padre como una especie de Peter Pan, un niño con cuerpo de persona mayor. Ahora que soy madre me doy cuenta de cómo muchos adultos estamos con los niños pero sin estar realmente. Yo a mi padre lo recuerdo totalmente presente, sentía tanta curiosidad por el universo infantil y por sus hijas que le recuerdo preguntándonos cosas. Nos contaba unas historias con las que se te caía la baba: de sus viajes, de Canadá, de los inuit, esa misma forma de relatar y ese énfasis lo tenía también en la distancia corta. Era apasionante salir a la naturaleza con él.

Mi padre compensó sus ausencias porque estaba presente de verdad

Compensó sus ausencias porque cuando estaba estaba de verdad, y mi recuerdo es de su presencia. Incluso aunque fue escasa, porque yo tenía siete años cuando murió. Ahora que la vida va desvelando que los primeros cinco años de nuestra vida son los que más nos marcan, a mí mi padre sin duda me marcó profundísimamente. Tenía una forma tan apasionada de ver y de vivir la vida que a mí me impregnó tremendamente y se convirtió en mi punto de referencia. Siempre estaré enormemente agradecida a que me haya dejado esa gran lección: que debemos esperar a vivir vidas plenas y felices y a realizarnos mediante el trabajo que hacemos. 

"Recuerdo a mi padre cogiéndote y oliéndote"

Él era muy animal, en un sentido distinto al que entendemos actualmente, que suele ser despectivo. En boca de mi padre, ser un animal es uno de los mejores piropos que te pueden dar. Era muy táctil, de abrazarnos, de olernos, recuerdo a mi padre cogiéndote y oliéndote y ahora como madre lo entiendo, porque la mejor forma de relacionarme con mis hijos es oliéndoles profundamente. Realmente te llenas del otro a través de un sentido tan básico y atávico como es el olor. Era muy cariñoso.

P: ¿Cuál dirías que es su legado?

R: El hecho de que siga tan vivo, porque una persona no muere hasta que no desaparece del recuerdo, nos dice es que su legado fue su mensaje, despertar conciencias, generar vocaciones. Esa visión humanista tan apasionada que hoy poca gente tiene.

No te pierdas El mejor de la historia, que busca a su último finalista.