Una ruta por el París de Julio Cortázar
- 'Página Dos' visita los espacios más importantes de la vida en París del escritor argentino Julio Cortázar
- El novelista nació en Ixelles (Bruselas) en 1914 y fue un niño enfermizo que no paraba de leer a Julio Verne, Victor Hugo o Poe
¿Qué fascinaba tanto a Julio Cortázar de París? Su luz sofisticada, sus vecinos improbables, los edificios destartalados y la herencia modernizadora de Haussman. El respeto atávico a la cultura, y a la literatura en especial. El escritor llegó a la ciudad en 1951. Tenía 37 años, y su carrera profesional todavía no despuntaba.
Cortázar seguía visitando con regularidad su Argentina natal hasta que, a principios de los años setenta, fue oficialmente exiliado por la junta argentina, que se había opuesto a varios de sus cuentos. Uno de sus primeros relatos publicados, Casa tomada, apareció en 1946 en una revista dirigida por Jorge Luis Borges.
En París trabajó como intérprete para la UNESCO. Tradujo a Poe, Defoe o Yourcenar. En 1963, su segunda novela, Rayuela (Alfaguara), sobre la búsqueda existencial y metafísica de un argentino en la vida nocturna de París y Buenos Aires, consagró el nombre de Cortázar. Aunque es un maestro del relato corto, las cuatro novelas de Cortázar muestran innovación de la forma, y exploran dilemas sobre el hombre en sociedad.
París, la ciudad de Rayuela
A lo largo de sus años de expatriación en París, Julio Cortázar vivió en varios barrios. Algunas de las viviendas eran realmente modestas, con baño compartido al final del pasillo y un hornillo como cocina. Fueron años de pobreza económica y gran libertad creativa. Al final de los setenta, los derechos de autor de sus libros le permitieron comprar su propio apartamento. El piso, en lo alto de un edificio de un barrio de mayoristas, podría haber sido el escenario de uno de sus cuentos: espacioso y atestado de libros, con las paredes forradas de cuadros de amigos.
En 2013, con motivo del cincuenta aniversario de Rayuela, el Instituto Cervantes de París presentó la exposición Rayuela: el París de Cortázar, y editó un catálogo que no sólo incluía ensayos y fotografías de la muestra, sino también las Notas para un diccionario Cortázar-París-Rayuela, un glosario firmado por el escritor y crítico de arte Juan Manuel Bonet, director del instituto parisino en ese momento. Más de 400 entradas que dibujan a un escritor único y nos hablan de personajes, lugares y una época irrepetible en arte, música y literatura.