'Taxi', curiosidades la escalofriante película de Carlos Saura que contó con el ganador de tres Oscar
- Una historia sobre el racismo y la xenofobia en el Madrid de finales de los 90
- Taxi (1996), ya está disponible en RTVE Play
El lado más oscuro y cruel del ser humano siempre ha sido un retrato fascinante para el cine. Carlos Saura pone el foco en esta faceta del alma humana en Taxi, una historia con la que el director aragonés nos advertía, ya a finales de los 90, de los peligros de la ultraderecha en España. La película, que ahora puede verse en RTVE Play, descubrió a una descomunal Ingrid Rubio, en su primer papel protagonista, tras su debut con Pedro Olea en Más allá del jardín. La actriz, que entonces tenía 21 años, se mete aquí en la piel de una joven llamada Paz a la que su padre quiere meter en vereda, tras suspender sus exámenes, obligándola a aprender con él la profesión de taxista. Paz no tarda en descubrir que su padre es un hombre violento y xenófobo, miembro de una banda de ultraderecha.
Ambientada en el Madrid de finales de los 90, Saura regresa al asfalto, tras Deprisa, deprisa, para explorar la brutalidad que acecha a nuestro lado, dentro de nuestra familia. El odio al otro que la protagonista descubre en su idolatrado padre o en el joven del que se enamora, al que da vida el actor Carlos Fuentes, -otro de los rostros que despuntaban en aquella época, pero al que perdimos la pista- desata este thriller dramático. Ambos forman parte de una banda que trata de tomarse la justicia, haciendo patrullas para "limpiar" la calle de quienes consideran que son escoria para la sociedad. Mirada directa a una España entonces mucho más intolerante ante la que Saura solo podía enfrentarse con su cine. El director, llego a declarar en una entrevista para La Vanguardia que una de las razones por las que hizo la película fue porque España se estaba "haciendo cada día más fascista e intolerante".
Un thriller intenso y perverso
Taxi se adentra en las oscuridades de la sociedad. Urbana y racial, tiene una combinación muy equilibrada entre el thriller estadounidense y el drama cañí que Saura venía haciendo desde Los Golfos. Para algunos críticos, se trata de una joya poco valorada del cine español de los 90, en buena parte gracias al talento que derrochó en ella Ingrid Rubio, ganadora de la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián por su actuación. El arrojo con el que carga a la protagonista es total, Rubio se tomó muy en serio a su personaje, metiéndose en cuerpo y alma en el papel. Rubio aceptó, incluso, perder su cabellera. Muy pocas actrices del cine de hoy aguantarían un plano corto con la dificultad que conlleva el citado corte de pelo, un rapado de verdad con el que asumió el riesgo y materializado de forma impecable frente a la cámara.
"Me estaba dejando pelona, pelona"
En la charla con Elena Sánchez en Historia de nuestro cine, la actriz contaba cómo vivió aquel momento, durante el rodaje de la escena con Carlos Saura. “Me dijo: Ingrid esto es un único plano, fijo, subjetivo y miras a cámara. Vamos, que no la podía cagar. Me metí en la situación, Paz es una chica perdida, pero claro yo lloro desde el personaje, pero también algo de Ingrid porque me estaban dejando pelona”, confesaba.
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Una película del Madrid cañí
Una especie de Taxi Driver o American History X a la española con final lorquiano y toques flamencos. Saura dota de oscuridad al guion escrito por Santiago Tabernero y cuenta con la fotografía del ganador de tres premios Oscar, Vittorio Storaro (Apocalipsis Now, El último emperador y Rojos). El rodaje de la película se realizó íntegramente en Madrid, en diversas localizaciones como el Palacio de Cristal y el monumento a Alfonso XII en el Parque del Buen Retiro, las inmediaciones del Pirulí y el Viaducto. Una historia de raíz cañí (y un poco gata) a la que le ponen banda sonora canciones de Mano Negra y Gipsy Kings y para la que compusieron la banda sonora Manu Chao y Malou (un destacado nombre en la rumba, productor de El Fary, de Peret o Andy y Lucas).