Los artistas Sommerer y Mignonneau conectan arte, naturaleza y tecnología en Azkuna Zentroa
Noticia Metrópolis
‘Metrópolis’ se acerca en su próxima emisión a la obra de Christa Sommerer y Laurent Mignonneau, artistas e investigadores, pioneros en el denominado arte de la interfaz. La exposición ‘The artwork as a living system’, actualmente en el Azkuna Zentroa de Bilbao, se presenta como una retrospectiva que recorre sus más de tres décadas de trabajo conjunto. Desde los años 90, exploran las conexiones entre arte, naturaleza y tecnología a través de instalaciones interactivas y obras multidisciplinares abiertas. Estableciendo vínculos entre lo natural y lo artificial, nos invitan a reflexionar sobre la complejidad de la vida en un mundo cada vez más dominado por la tecnología.
Esta muestra es una idea original de la gestora cultural e investigadora Karin Ohlenschläger, comisariada junto a Peter Weibel y Alfred Weidinger. Tras su paso por Alemania, Austria y Bélgica, llega a Bilbao para cuestionar la percepción del entorno. Refleja el aspecto central de su trabajo: la obra de arte entendida como un sistema vivo, dinámico y en constante evolución.
La obra de arte como sistema vivo
Christa Sommerer y Laurent Mignonneau son pioneros en el arte de la interfaz, una forma de expresión artística que se centra en la creación de experiencias interactivas entre el espectador y la obra de arte a través de interfaces tecnológicas. Estas interfaces pueden incluir dispositivos como pantallas táctiles, sensores de movimiento, realidad virtual o realidad aumentada, que involucran al espectador en el proceso creativo. Para ellos, la obra de arte es algo vivo, en constante cambio y evolución.
Este dúo creativo fusiona intereses comunes, aunque con orígenes bien dispares: Mignonneau, graduado en videoarte de la Academia de Bellas Artes de Angoulême, e interesado por el arte sonoro, y Sommerer, con una formación en botánica, antropología y escultura en Austria y Alemania. Sin embargo, su colaboración ha generado un corpus de obras que fusionan sus diversos conocimientos en experiencias interactivas que desafían las percepciones y conexiones con el entorno natural y tecnológico.
Del analógico al digital
Desde sus primeras creaciones en la década de 1990 hasta sus piezas más recientes, Mignonneau y Sommerer han experimentado con la tecnología de cada época, abordando temas que van desde la física cuántica o la ingeniería genética hasta la crisis climática, desde la vida artificial hasta la cultura del selfie.
Su primera obra conjunta, ‘Interactive Plant Growing’ (1992), explora el principio del crecimiento de organismos vegetales virtuales y su modificación en tiempo real en un espacio virtual 3D. Los espectadores pueden influir en el crecimiento de estas plantas virtuales tocando plantas reales y transformando su energía, mediante algoritmos, en un paisaje virtual dinámico y cambiante, evidenciando el impacto de sus actos en el medioambiente, tanto real como virtual.
La muestra, comisariada por Karin Ohlenschläger, Peter Weibel y Alfred Weidinger, destaca la evolución del trabajo de Sommerer y Mignonneau a lo largo de los años, desde sus primeras investigaciones sobre la vida y la evolución virtual, a través de obras tan representativas como ‘A-Volve’ (1994) o ‘Phototropy’ (1994), donde el público podía crear criaturas e interferir en su comportamiento, hasta sus incursiones más recientes en la economía de la atención y la crisis climática, con obras como ‘The value of art’ (2010) o ‘Acqua ma non troppo’ (2023).
Otra de las piezas destacadas de la exposición es ‘Portrait on the Fly’ (2015), una instalación interactiva que juega con la obsesión contemporánea por la autoimagen. Al situarse frente a un monitor, los espectadores se encuentran rodeados por un enjambre de moscas digitales que intentan reproducir sus rasgos faciales, dando lugar a una reflexión sobre la fugacidad y la impermanencia de la identidad en la era de las redes sociales y la cultura del selfie.
La tecnología a cubierto
A pesar de ser una obra, y una exposición, eminentemente tecnológica, no se ve ningún dispositivo electrónico, quedando la compleja tecnología que lo hace todo posible, en un segundo plano. Con esta filosofía, en obras como ‘Haze Express’ (1999) o ‘Lifespacies II’ (1999), los autores desafían a repensar la relación con el arte, la tecnología y la vida misma y a plantear otros futuros posibles y más sostenibles que integren naturaleza y medioambiente a partir de la convivencia entre especies. A través de la interactividad y la experimentación, invitan a explorar los límites de la creatividad y la percepción en un mundo cada vez más dominado por la tecnología.
La exposición ‘The artwork as a living system’ se puede visitar en Azkuna Zentroa Alhóndiga Bilbao hasta el 26 de mayo de 2024.