Ramón Gener viaja hacia atrás en la historia del piano 31887
- El curioso nombre que tenía la calle donde Ramón compró el piano
- La "locura total" que Carme Riera introdujo en la redacción de la novela
Todos tenemos algo a lo que tenemos especial cariño y evidentemente, hablo de cosas materiales. Esa chaqueta de piel que heredaste de un familiar y que solo te pones en "ocasiones especiales" o ese anillo que lleva generaciones perteneciendo a tu familia. ¿Os imagináis que ese objeto tuviese un ojo par poder ver toda su historia? Ramón Gener recorre la vida de su piano en Historia de un piano 31887.
Pepa Fernández recibe en No es una día cualquiera a Ramón Gener para presentar su libro y contarnos algún que otro entresijo de una obra que promete mucho. Esta es la primera novela que escribe el autor y con ella ha logrado el prestigioso premio Ramón Llull de las letras catalanas. «Se la enseñé a algunas personas y me dijeron: "hay que presentarla a un premio". Y yo pensé: "Bueno, voy a presentar la novela. Total, que la presenté al Ramón Llull y gané».
Ramón ha hecho algo realmente complicado mientras redactaba la noticia. Todo fue a raíz de un consejo de Carme Riera. Y el caso es que ha escrito la novela de forma simultánea en español y en catalán. «Me dijo: "tienes que hacer esto". Y dije: "bueno pues lo voy a probar". No lo voy a hacer nunca más. Ya se lo he dicho también a ella porque es una locura total», explica Ramón sobre el consejo de la escritora. Ramón iba página a página, acababa una en un idioma pasaba a la otra hoja y hacía lo propio al revés.
Historia de un piano 31887
El libro cuenta la historia del piano, no del instrumento en sí, sino del que Ramón tiene en su casa. El piano en cuestión es un Grotrian-Steinweg. "Lo compré muy destrozado, muy hecho polvo. En una pequeña tienda del barrio de Gràcia en Barcelona, en una calle que, coincidencias de la vida, se llamaba y se sigue llamando calle Santa Tecla", cuenta el autor sobre dónde compró su piano.
Ramón llevaba mucho tiempo detrás de un piano de cola, de uno que tuviese "un sonido especial" pero tras años de búsqueda no lo conseguía. De repente un día dio con ese "antro" pero al entrar no vio nada especial. El hombre que regentaba la tienda descorrió una cortina para dejar al descubierto su piano, el que sería su compañero de vida. Sus malas condiciones no hicieron dudar a Ramón que sabía que debía ser ese. Esa marca, ese sonido, ese piano.
Lo cuidó como pudo ya que no tenía dinero para restaurarlo. Hasta que un día, en plena pandemia, decidió que era el momento de hacerlo. Lo llevó donde Jesús, un personaje del libro y también de la vida real, que es su hombre de confianza en lo que a pianos se refiere. Cuando sacó las capas de pintura, Jesús consiguió el número de serie de ese piano, el 31887. Gracias a ese número pudieron descubrir que "el piano era muy antiguo del año 1915, es decir, fabricado en plena Primera Guerra Mundial y que venía de una ciudad que se llama Brunswick". El piano había vivido por distintas partes de Europa como Francia, Inglaterra o Polonia, desde donde llegó a Barcelona.
Pero también descubrieron que dentro de ese piano había algo inusual, raro, que no sabían como había llegado ahí. Ramón, lejos de quedarse con la duda, cogió el coche y se fue hasta la fábrica de Alemania para poder averiguar algo más sobre el piano y por qué tenía "eso". Averiguó quién fue el primer propietario, para quién lo compró o donde vivía. Y así nació la aventura de Ramón en la que ha viajado hacia atrás en la longeva vida del piano 31887 que nos cuenta en su novela.
La música de su literatura
Ramón y la música forman un binomio vital, la música sobreviviría sin Ramón pero Ramón no lo haría sin música.
En su libro aparece, por ejemplo, el "Improptu" en La bemol de Schuberth. Y cuando preguntamos por esa elección, Ramón nos cuenta que el piano "siempre demanda la belleza" y que con este libro tiene un objetivo. "Más allá de que la gente sintiera que el piano no es el piano de Ramón ni el piano de todas las personas que han pasado antes de Ramón y que transitan todo el siglo XX y todos los desastres del siglo XX, sino que la gente pudiera entender que el piano también es suyo, que el piano es de todo el mundo y que el piano va escogiendo su camino. Y que todas las músicas que van apareciendo en el libro, a mí lo que también me gustaría es que la gente pudiera, de algún modo, hacérselas también suyas", explica el autor sobre la novela que le ha llevado a ganar el Premio Ramón Llull.
El catalán nos explica que no habrá playlist ni "un maldito código QR" para buscar las canciones que aparecen en su libro aunque su objetivo es que sus lectores tengan ese gusanillo por escucharlas. Aunque el no propondrá ningún atajo porque cree que lo bonito es el camino, que sea individual y que cada uno pueda vivir su propia experiencia.
Otras canciones que aparecen en Historia de un piano son "Sonata de piano" de Frank Bridge, "Canción a la luna" de Dvorak, y ya no digo más para que las descubráis por vosotros mismos en este libro, que como el piano 31887, es de todos.