'El último viaje de Robert Rylands': curiosidades de la película que consagró a Gracia Querejeta
- Adaptación libre de la novela de Javier Marías Todas las almas
- El último viaje de Robert Rylands puede verse ahora en RTVE Play
Tras su brillante debut con Una estación de paso, la segunda película de la cineasta Gracia Querejeta, rodada en Oxford y en inglés, supuso un salto cualitativo en su trabajo y en los estándares de producción del cine español de finales de los 90. La directora propone aquí una original relectura que va más allá de la novela en la que se inspira, Todas las almas, de Javier Marías. Una adaptación al cine, cuya historia se adentra en territorios que en el libro solo se intuyen.
Una inquisitiva mirada infantil al mundo de los adultos, una historia homosexual, una disyuntiva dramática y una complicada decisión moral son los ingredientes de El último viaje de Robert Rylands. El personaje que da nombre a la película es un eminente pero antipático profesor y arqueólogo (interpretado por William Franklin), un hombre que regresa de las tinieblas a Oxford ante la sorpresa de muchos y la desagradable reacción de otros, especialmente del profesor Cromer (Ben Cross) que justo a su llegada le han diagnosticado la fase terminal de una enfermedad irreversible.
Graves y complejas circunstancias humanas
La relación entre sus dos protagonistas es el punto central de la película, pero Querejeta también deja espacio a otras tramas y personajes y avanzan entre medias y dejan pequeñas incógnitas que resuenan también de forma potente. El último viaje de Robert Raylands habla también del proceso de crecimiento y maduración infantil que se abre paso entre los misterios de los adultos. Querejeta consigue dirigirlo todo con pulso, a través del recurso de flash backs. La película supuso un notable éxito y la consolidación de una cineasta capaz de extraer una intensidad dramática sin necesidad de engolar la voz.
Una "libre" adaptación con polémica
La idea de la película surge del padre y productor de la película, Elías Querejeta. Es él quien le propuso a su hija la idea de adaptar la novela de Todas las almas. En primeros contactos con el escritor, empezaron a trabajar tratando de ser muy fieles a la novela, pero se dieron cuenta de cuál era la clave de la película: preguntarse qué ocurría a partir del momento en que el personaje dice que está enfermo y que se va a morir y qué ocurre con el hombre con el que tiene el principal conflicto, ¿habían sido pareja?
En el retrato que hace Gracia Querejeta en la película, la relación entre ese hombre enfermo y ese esquivo profesor era sentimental y son una pareja gay. Sin embargo, esta no era la visión que Javier Marías tenía cuando escribió su novela, pero la historia queda lo suficientemente abierta como para que haya cabida para interpretaciones, entre ellas la que Gracia intuyó como lectora y plasmó en su adaptación.
Este fue un punto no exento de polémica. A Javier Marías la película El último viaje de Rober Rylands no le pareció digna de su novela. De hecho, el escritor denunció que la película no respetaba la intensidad de su relato, salvo la ambientación en Oxford. En todo caso, los Querejeta dejaron bien claro en los créditos iniciales que se trata de una libre adaptación de su novela.