Doña Carla prepara un gran golpe contra Íñigo y Matilde
- Matilde e Íñigo siguen buscando a Aguirre
- Doña Carla trata de despistarlos
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La relación entre Matilde e Íñigo parece estar más fuerte que nunca, y, por el contrario, la amistad entre Íñigo y doña Carla pasa por su peor momento. La reaparición de Jacobo Morcuende ha hecho que el triángulo amoroso más conocido de La Moderna se tambalee, y es que las confesiones sobre el supuesto hijo de don Jaime Morcuende han revuelto la vida de los protagonistas de la serie.
Jacobo vuelve del infierno
El falso Jacobo Morcuende consiguió escapar del cobertizo donde estaba prisionero por orden de doña Carla, y todo gracias a Aguirre que fue capaz de descubrir que el supuesto hijo ilegítimo de don Jaime estaba escondido. Él fue quien le liberó y le ofreció una alternativa, derrotar juntos a doña Carla. El problema fue que Aguirre se cegó por el odio y se dejó llevar por sus pasiones, y en un intento desesperado por tener a doña Carla, intentó violarla. Ella se liberó de él rápidamente y acertó a dispararle causándole la muerte.
A pesar de que doña Carla pudo contar con su madre, doña Bárbara, para librarse del cadáver, las cosas no se hicieron más fáciles para ella. Aguirre había desaparecido, pero en el peor momento. Jacobo le buscaba y Matilde e Íñigo estaban llevando a cabo una investigación también para dar con él. Por eso, Jacobo no duda en acudir a la pareja para contarles sus sospechas.
Así es como Jacobo aparece en casa de Íñigo para explicarle que, durante meses, doña Carla le ha tenido prisionero en un cobertizo. Íñigo al principio desconfía de Jacobo y piensa que es una locura, pero finalmente se atreve a preguntarle a doña Carla por este asunto y sintiéndose prisionera, ella confiesa que Jacobo no es realmente el hijo de don Jaime, sino un hombre que conoció al verdadero hijo de su marido y que se hizo pasar por él para reclamar su parte de la herencia.
Comienza la guerra para doña Carla
Lo que más le duele a la viuda de Morcuende es perder la confianza de Íñigo, por eso acude a acusar a Matilde de intentar ponerlo en su contra, pero no es de ella de quien debe preocuparse. Matilde e Íñigo siguen buscando a Aguirre y ya no tienen claro de quien fiarse. Por eso, el nuevo dueño del Madrid Cabaret decide comprobar si las supuestas mentiras y verdades de doña Carla son ciertas y de una vez por todas, Íñigo comenzará a sospechar que doña Carla no es como él pensaba. Entre ellos aparentemente hay buena relación, pero tanto ella como él desconfían de los pasos que da el otro.
Matilde e Íñigo siguen con su investigación gracias al detective Medina. Él es el encargado de intentar dar con Aguirre, pero sus averiguaciones le llevan siempre a Jacobo. Una idea que a Matilde no le convence. Para ella, la culpable de la desaparición de Aguirre es doña Carla y le parece que el detective Medina no está haciendo bien su trabajo, y en realidad la mayor de los Garcés está en lo cierto, porque justo al final del capítulo hemos descubierto que el detective también oculta algo.
El detective está contratado por Íñigo y Matilde, pero a su vez también está contratado por doña Carla para guiarle es falso hacia Jacobo y así evitar que la pareja se una a su enemigo. Doña Carla se guardaba un as en la manga, pero conociéndola aún le queda mucho por hacer. Ella es capaz de cualquier cosa y pronto descubriremos que está dispuesta a todo por salvarse y por separar a Íñigo y Matilde, aunque eso supongo hacer daño a Íñigo.