Enlaces accesibilidad

La Bailarina, una joya vegetal a descubrir en el carmen Rodríguez-Acosta de Granada

  • El pintor José María Rodríguez-Acosta diseñó un carmen en Granada para retirarse a su ciudad natal y encontrar un refugio inspirador
  • Este emblemático carmen fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1982 y se considera como uno de los mejores ejemplos de jardín moderno de España

Por

La Bailarina, una joya vegetal a descubrir en el carmen Rodríguez-Acosta de Granada
La Bailarina del carmen Rodríguez-Acosta de Granada.

El carmen de la Fundación Rodríguez-Acosta es un edificio que surge dentro de un jardín enigmático, lleno de pasadizos, galerías y terrazas. Fue construido a principios del siglo XX como refugio para el pintor José María Rodríguez-Acosta (Granada, 1878-1941) quien se encargó de su diseño con la ayuda de su amigo el arquitecto Modesto Cendoya, autor del Hotel Alhambra Palace.

Su situación privilegiada, en la colina del Mauror –o la de los aguadores–, cerca de Torres Bermejas y de la Alhambra, en el antiguo barrio judío del Realejo, brinda una excepcional vista panorámica de Granada. Además, ejemplifica una simbiosis perfectamente equilibrada entre arquitectura, arte y naturaleza.

La joya vegetal

Conocido como ‘carmen blanco’ la diversidad de especies botánicas casi se circunscribe al ciprés. Según explica Manuel Casares Porcel, doctor en Biología, en el programa ‘Jardines con historia’ esta predominancia se debe a la tradición de su uso en la jardinería local y a que, en la fecha de su construcción, este árbol se pone de moda entre los intelectuales. Sin duda, constituye un árbol emblemático frente al jardín sevillano donde proliferan los frutales y el naranjo, en particular, en opinión del experto. El pintor toma al ciprés como un elemento más de la construcción. En este punto, cabe llamar la atención sobre la que se considera como una joya vegetal del jardín: la denominada ‘Bailarina’.

Representa una tradición de la jardinería granadina y está documentada por fotografías del siglo XX donde se aprecian una, dos o más bailarinas con diferentes formas, organizadas en un cruce de caminos o situadas en torno a una fuente, aunque no en todos los casos documentados. Este elemento, que se podría denominar construcción vegetal, consiste en atar las copas de ocho cipreses a los que se van sacando las ramas laterales y se van atando a su vez para conformar una suerte de bóveda que recuerda a los nervios de las bóvedas góticas.

Su denominación surgió durante la realización de un estudio sobre el ciprés realizado por varios especialistas botánicos, como relata Casares Porcel, que se inspiraron en el cuadro titulado ‘El Jardín de la Bailarina’, una obra de Santiago Rusiñol. Sin duda, es un elemento que añade simbolismo al jardín remarcando su carácter enigmático.

Fuente de La Bailarina

La fuente del jardín enigmático.

Otras especies

El rosal del templo de Psiquis, setos de arrayán, el rosal banksiae, las glicinias sobre la pérgola y la variedad de glicinia china, durillo, tejo, naranjos y varios ejemplares de pomelo completan el verdor de este singular jardín.

La complejidad de la construcción del carmen radicó, a lo largo de los catorce años que duraron las obras, en el trazado de este espacio verde. Se combinan elementos arquitectónicos y vegetales de diferentes estilos. Así, mientras que las celosías y los cipreses recuerdan el pasado nazarí, la exedra y las esculturas invitan a dirigir la mirada hacia el mundo clásico. Para Casares Porcel, “el pintor construye con el ciprés”, un árbol que da forma a paredes vegetales y que también protagoniza un bello rincón, la denominada Glorieta del Ciprés.

“A pesar de la variedad de elementos y formas, nada es caprichoso y todo está sabiamente ubicado para crear un conjunto coherente y único”, apunta la historiadora y paisajista Mónica Luengo, presentadora del programa ‘Jardines con Historia’, de La 2 de RTVE.

Tesoros arquitectónicos

El carmen reúne esculturas antiguas repartidas por diferentes rincones del jardín y que, en su mayoría, proceden de derribos de las construcciones que originó la demolición de casi el 20% de la ciudad para trazar la Gran Vía granadina. Destaca la escultura romana del S. I que representa al dios Baco y que preside el Jardín del mismo nombre dando forma al carácter misceláneo de este espacio verde. Una pieza notable es la reproducción de la Venus Itálica creada en 1805 por el escultor italiano Antonio Cánova y requisada a los Médicis por el ejército de Napoleón. De especial relevancia es el magnífico son la estatua de Venus y el friso, ambas piezas del escultor Pablo de Loyzaga. El último de estos elementos es una copia del original de Donatello que corona el acceso a un secreto jardín, una galería de más de 300 metros que recorre el subsuelo del carmen.

Se desconoce la función para la que fueron construidos estos pasadizos subterráneos. Algunos investigadores apuntan a que podrían ser de origen romano y encuentran su relación “con la gran mina de oro que se extendía bajo el Cerro del Sol. Siglos más tarde, en época musulmana, servían como almacén y seguramente también como refugio en tiempos de conflicto”, asegura Luengo. A día de hoy, sigue siendo uno de los atractivos más enigmáticos del carmen Rodríguez-Acosta.