Murió atormentado por la muerte de su hermano sin haberlo conocido: la verdadera historia de Dalí
- La personalidad excéntrica de Dalí podría tener su origen en la muerte de su hermano mayor
- Los pilares del tiempo dibuja la historia del artista a través de su vida personal
El 11 de mayo de 1904 nace en Figueres (Girona) Salvador Felipe Dalí i Domènech, pero no fue el primer Salvador de su familia. Su hermano mayor, bautizado como Salvador Galo Anselmo, había muerto nueve meses antes, con apenas dos años de edad.
Esta terrible pérdida causó tanto dolor a sus padres, que quizá por eso decidieron ponerle el mismo nombre, como un burdo intento de burlar o esquivar a la muerte. Estos sucesos marcaron por completo su vida y pudieron tener mucho más que ver, en la creación del ahora considerado como el padre del surrealismo, de lo que puede parecer a primera vista.
Durante años el pequeño Salvador creyó ser una copia de su hermano fallecido. Según parece, cuando tenía cinco años de edad, los padres de Dalí le llevaron a visitar la tumba de su hermano fallecido. La creencia de ser la reencarnación de su hermano llegó a causarle una crisis de personalidad, tal vez se sintiera como un reemplazo y para reafirmarse comenzó a comportarse de manera excéntrica.
Confesó en algunas entrevistas que todas las excentricidades que había cometido en su vida así como todas las exhibiciones incoherentes procedían de la trágica obsesión de su vida. "Para diferenciarme del hermano muerto tenía que cometer todas esas excentricidades para afirmar que yo no era el otro hermano muerto, que yo era Dalí, el Dalí vivo".
Una de las imágenes recurrentes en la obra de Dalí son los huevos, los hay en el Museo Dalí en Figueres y en su casa en Portlligat, en Cadaqués. Para él, simbolizan la esperanza y el amor y aludía al recuerdo de su hermano. En una ocasión recreó a su hermano a partir de una fotografía utilizando los puntos de Ben Day típicos del fotograbado y en ese mismo cuadro aparece el enésimo homenaje de Dalí a la obra El Angelus de Millet, que siempre ligó a la memoria del primer Salvador.
El padre de Dalí también se llamaba Salvador, era abogado y notario, y su madre, Felipa Domènech era su apoyo emocional y artístico. También tuvo una hermana, cuatro años menor que él: Anna María. El carácter tradicional de su padre nunca casó con su forma de ser y mantuvieron una relación tormentosa. La cual se acrecentó con la muerte de su madre y tras ello el matrimonio de su progenitor con su tía Carolina, hermana de la fallecida.
Dalí nunca se lo perdonó y su relación se convertirá en una tragedia griega en la que se solaparán situaciones imposibles con acontecimientos explosivos, él lo desheredó y repudió en varias ocasiones. Estos actos dejaron una profunda y dolorosa huella en el artista que se vio reflejada en algunas de sus obras, como "Retrato de mi padre" en 1925, en la que Dalí retrató a su padre de manera hostil, reflejando en su obra el temor que sentía hacia su figura, y plasmando su mirada severa e impenetrable.
Es curioso cómo el mito y la realidad se funden hasta confundirse, tal vez sus extravagancias fueran un síntoma de locura, tal vez era una imagen alimentada por sí mismo, pero la verdad es que no dejó indiferente a nadie.