Cuando Córdoba era universal: datos que desconoces de la ciudad
- Un paseo culinario por una ciudad que fue centro del mundo en el siglo X
- El programa hace una parada en Bodegas Campos para degustar la famosa mazamorra cordobesa
Córdoba, la ciudad milenaria que fue el centro del mundo en el siglo X, es la segunda parada que realiza Adrienne en su viaje De Tapas por España. Tras visitar Barcelona, se desplaza hacia el sur de la península Ibérica en busca de los secretos de una ciudad cautivadora. En este capítulo reflexiona sobre el pasado de la urbe, siempre tan ligada a su río, el Guadalquivir, y cómo su vega le ha surtido de excelentes verduras a lo largo de los siglos. De hecho, existe una frontera, la del Guadalquivir, que hay traspasar cruzando el imponente puente romano. Un paseo que lleva al viajero hasta la espectacular mezquita que emerge grandiosa al final del camino.
Córdoba fue fundada por los romanos en el siglo II a.C., y pronto adquirió gran relevancia convirtiéndose en la capital de la provincia Bética. Era una de las únicamente catorce provincias senatoriales (que podían designar gobernador) que existían en todo el Imperio Romano. Destacaba desde el punto de vista económico (exportaba aceite a Roma) e intelectual (fue patria de Séneca o Lucano, entre otros).
Mazamorra cordobesa, plato de origen romano
En el plano gastronómico, merece mención especial la amplísima oferta gastronómica de la ciudad y sus profundas raíces. Entre esos platos de gran tradición se encuentran el salmorejo, rabo de toro, una ensalada típica del invierno elaborada a base de naranja y bacalao, espléndidos vinos, encurtidos o el original dulce manolete. Platos imprescindibles para conocer de cerca el arte culinario cordobés.
Adrienne vive en primera persona este mundo de sabores ancestrales con la sorprendente mazamorra. Se cree que es de origen romano porque en el Tratado Culinario de Apicio se incluye un plato elaborado con un majado de pan, aceite, vinagre, agua y ajo. Cuando en el siglo XVIII se empezó a cultivar el tomate en España, se añadió esta hortaliza a la mazamorra para enriquecerla y suavizar el sabor a ajo, apareciendo el salmorejo, por eso esta sopa fría se considera el antecedente del salmorejo. Adrienne saborea en Bodegas Campos este legendario plato, y lo hace de la mano del jefe de cocina Nacho Sánchez, quien le desvela que a la base de vinagre, pan y almendra, ellos le añaden aceite de oliva, gelatina Pedro Ximénez, gambitas de Huelva y una crema helada de manzana. ¿El resultado? Un espectacular plato que destaca por su suavidad y cremosidad.
La Mezquita, símbolo de la Córdoba cosmopolita que dominó el mundo
Si Córdoba tiene muchos sabores que la definen, hay un monumento que la señala dentro de España: su mezquita-catedral. Es fácil sentir admiración por este templo que acogió a musulmanes, primero, y a cristianos después. El catedrático de Geografía e Historia Juan Ortiz la define como el reflejo de la época de mayor esplendor de la ciudad donde convivían en perfecta armonía musulmanes, cristianos y judíos. Hasta dos siglos después de la entrada de los musulmanes en la península Ibérica por Gibraltar en abril del año 711, la mayoría de la población de Córdoba era cristiana (mozárabes). "Esta es la etapa más brillante de Córdoba, cuando había tantos campanarios cristianos como minaretes musulmanes", afirma Juan Ortiz.
La Córdoba de los siglos IX y X era una ciudad cosmopolita, próspera, brillante. Tenía una extensión similar a la actual (1.254 km2), e incluso más, su población era parecida a la de hoy en día (326.000), podía presumir de tener alcantarillado e iluminación nocturna, contaba con universidades y bibliotecas, había muy poco analfabetismo y tenía una tremenda vitalidad económica, cultural y científica.
Aquella Córdoba plural se convierte en un elemento clave en la historia de la humanidad, siendo el puente que conectaba Europa y Oriente. El contexto propicio para que las universidades cristianas pudieran conocer el mundo musulmán, donde pervivía la importantísima cultura greco-romana. Mientras que en el Mediterráneo oriental y en el norte de África la herencia de Roma y Grecia seguía presente, no ocurría lo mismo en la Europa occidental. Un ejemplo de como Córdoba florecía en todos los sentidos lo tenemos con las lecciones de filosofía aristotélica que Averroes impartía en el patio de la mezquita.
Adrienne culmina este segundo viaje De tapas por España asomándose a esos coquetos patios, auténticos vergeles urbanos, y paseando por sus estrechas callejuelas. Un laberíntico trazado urbano donde a cada paso le espera una sorpresa como ocurre con la plaza del Potro. Este llamativo espacio está dominado por una fuente renacentista rematada con un potro que le da nombre, y que hasta el mismísimo Cervantes incluye en su gran obra. En El Quijote se mencionan los "agujeros de El Potro", aunque es curioso porque no eran huecos en el suelo de la plaza sino los fabricantes de agujas que allí trabajaban.