Roberto Diago: confluencia del legado africano y la sensibilidad contemporánea cubana
- El artista Roberto Diago (La Habana, 1971) es uno de los máximos exponentes del arte afrocaribeño
- ‘Metrópolis’ recorre su obra en el capítulo que se emite el lunes 29 de abril a partir de las 00.55 h en La 2
El artista Roberto Diago, nieto del icono de la pintura cubana, Juan Roberto Diago Querol (1920-1955), recoge el legado de la vanguardia cubana y el conflicto de la diáspora africana. La próxima semana, ‘Metrópolis’ recorre su obra partiendo de la muestra ‘La oscuridad fue el principio’, comisariada por Omar- Pascual Castillo en 2023 para la Casa de América (Madrid), tras su paso por el Centro de Arte Juan Ismael (Fuerteventura).
Roberto Diago (La Habana, 1971) está considerado una de las figuras del arte afrocaribeño. El capítulo permite adentrarse en la expresiva iconografía del artista, poblada de figuras y paisajes en silencio. A Diago le interesa el legado de la cultura africana, llevada por los esclavos desde África hasta Cuba.
Dos entrevistas en profundidad, con Roberto Diago y Omar-Pascual Castillo, desvelan procesos poco conocidos, como la preparación de los proyectos, estudiando noticias y hechos históricos que inspiran sus impactantes instalaciones.
La oscuridad fue el principio
‘Metrópolis’ ha analizado la muestra ‘La oscuridad fue el principio’, la primera exposición institucional del artista en Madrid. Según explica su comisario, Omar- Pascual Castillo, Diago se adentra al arte desde su condición de hombre negro, urbanita, habanero, descendiente de artistas y músicos.
Heredero de un legado y portador de una cultura que lo inunda, Roberto Diago es un creador que trabaja desde diversos lenguajes: el dibujo, la pintura, la escultura y la instalación.
En palabras del comisario de la exposición, debemos invertir la lógica del relato sobre la construcción cultural: “Está la idea de que el mundo está escrito en negro sobre blanco porque lo escriben los blancos, pero qué pasaría si se supiese que el mundo de hoy día está escrito en blanco sobre negro porque el principio fue la oscuridad de África”.
Materiales del día a día y un recorrido orgánico
El artista hace uso de los materiales que el día a día en su Cuba natal le ofrece y les confiere una carga simbólica en un acto de resistencia cultural. Cada uno de esos restos está cargado de memoria. Maderas recicladas y metales de deshecho se reubican en sus trabajos para transmitir procesos de reparación histórica y curación colectiva.
En esta muestra se exponen trece piezas entre pinturas, instalaciones y esculturas. Junto al comisario, el artista ha ordenado las obras en siete conjuntos, entre los cuales se crea un espacio circundante, a modo de “paisaje”, habitado por paseantes: los de Diago (figuras silentes y acusadoras) y nosotros mismos.
A lo largo del capítulo, el artista también comparte el proceso de trabajo que sigue para concebir estas piezas y la manera en la que entiende los procesos necesarios, hasta llegar a ellas. Detrás de muchos cuadros y conjuntos escultóricos hay un concienzudo estudio de noticias y de sucesos históricos que han impactado al artista. Estos eventos son sintetizados y destilados en piezas que aúnan a la perfección: misterio, poesía y activismo.
También hay un consciente interés en que las obras sean sentidas corporalmente por los asientes, potenciándose la carga sensorial de las piezas. De ahí que las decisiones de montaje estén muy estudiadas. Cada espacio ha sido diseñado para que los visitantes se sientan parte de él, para fundirse con las obras, casi a modo de ritual, generando una conexión íntima entre las obras de Diago y los asistentes.
Influencias en la obra de Roberto Diago y proceso de documentación
Entre las muchas influencias de Diago podemos encontrar la tradición antropocéntrica del arte cubano, como es la obra de Wifredo Lam; la misteriosa pintura de su abuelo paterno, Roberto Diago; la voluminosa carnosidad escultórica de Agustín Cárdenas, la mística obra de Manuel Mendive; el neoexpresionismo de Eduardo Choco; o la investigación antropológica de José Bedia y Marta María Pérez Bravo.
El paso por el CAJI y la publicación
La exposición ‘La oscuridad fue el principio’, cuenta también con una elaborada publicación monográfica en torno a la obra de Diago, con autores como Bárbaro Martínez-Ruiz, Dr en Yale University y director de Orbis Africa Lab; Suset Sánchez Sánchez, comisaria de arte latinoamericano de la Colección del MNCARS; o Janet Batet, curadora independiente y colaboradora del Nuevo Herald de Miami.
Esta exposición individual a modo de “cosmogonía”, ancestral y contemporánea, ya se exhibió en el CAJI (Centro de Arte Juan Ismael) en Fuerteventura con alguna diferencia de piezas, y ‘Metrópolis’ aúna las dos versiones expositivas para este capítulo. En la instalación de Casa de América destaca la fuerza expresiva de la pieza de suelo ‘Queloides III’ (2023) realizada exprofeso para Madrid.