El asesinato de Juan de Escobedo, secretario de Don Juan de Austria: un caso sin resolver
Sólo unas décadas después de que Felipe trasladará la corte a la villa de Madrid, comienzan a surgir los grandes palacios y conventos en torno al Real Alcázar. La Casa Cisneros, la Casa y Torre de los Lujanes, el Palacio de Juan Acuña, el Palacio de Abrantes… Auténticas exhibiciones de poder de las familias que fijaban sus posiciones para ubicarse cerca del Rey con el fin de ganarse su favor y consolidar sus privilegios.
La princesa de Éboli, viuda, sin apoyos y con una lista de enemigos, regresa a la capital para asistir al entierro de su querida madre y hacerse cargo de sus hijos. Consciente de su delicada posición, busca aliados para recuperar su linaje y resolver su endeudado patrimonio, encontrando a Antonio Pérez, secretario, consejero del rey, y supuestamente el que terminaría siendo el amante de Ana de Mendoza.
¿Cuál fue el motivo del asesinato de Escobedo?
Uno de los principales miedos de Felipe II estaba en Flandes, el rey temía la posible traición de su hermano Juan de Austria. No es otro que Antonio Pérez el que recomienda a Juan de Escobedo como secretario para Juan de Austria, y así poder utilizarlo como espía. Sin embargo, este escoge el bando austríaco, convirtiéndose de repente en un personaje peligroso.
El secretario del rey Felipe II instiga contra Escobedo, y ambos intentaron envenenarle sin éxito, hasta en tres ocasiones. Finalmente la noche del 31 de marzo de 1578 serán las espadas de unos sicarios las que tengan éxito en el oscuro plan del Rey y su secretario, acabando con la vida de Juan Escobedo a escasos metros de la casa de la princesa de Éboli.
Jaque mate de Felipe II
Los rumores y las fake news no tienen edad y tras el asesinato corrió el rumor de que Ana de Mendoza había sido la inductora, a pesar de que eran parientes con habitual relación, y además uno de los protegido de su marido, Ruy Gómez de Silva. Ella instigadora y Antonio Pérez autor material.
El rey empleó lo sucedido en su provecho, las sospechas sobre la princesa de Éboli y Antonio Pérez le eliminaban de la ecuación, a pesar de haber sido quién autorizó el asesinato. Así que acusó a ambos para salir del punto de mira.
Momento y lugar equivocados para Ana de Mendoza
¿Cómo iba a saber Ana de Mendoza las terribles consecuencias que tendría su relación con Antonio Pérez? Conocerle le llevó directa a los infiernos que la devolvieron a Pastrana. Acusada sin juicio, ni pruebas, se convirtió en la cautiva del rey.
Uno de los privilegios de nobleza era que no podían ser encarcelados en las cárceles de los plebeyos, así que para cumplir la pena de prisión eran encerrados en fortalezas reales o en sus propias casas. La princesa de Éboli primero fue encerrada en la Torre de Pinto y posteriormente en el Palacio Ducal de Pastrana.
Fue la cabeza de turco en un incómodo crimen sin resolver que salpicó de sangre los nombres de Antonio Pérez, Felipe II y el de la princesa.