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Sin techo y sin trabajo: el 'Ocaso y fascinación' de Eva Baltasar

  • La nueva novela de Eva Baltasar, Ocaso y fascinación, reflexiona sobre la soledad y crueldad de la gran ciudad
  • La protagonista limpia casas, algo que la propia escritora hizo un tiempo mientras era estudiante

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Página Dos - Eva Baltasar presenta 'Ocaso y fascinación'

Un trabajo precario, una habitación realquilada y un título que acredita su valía. La protagonista de Ocaso y fascinación, la nueva novela de la escritora barcelonesa Eva Baltasar, es una adulta funcional que ha marcado todas las casillas posibles. Ha hecho lo que tocaba en cada momento sin rebelarse, ha puesto de su parte. Y, sin embargo, de un día para otro pierde su techo, se queda sin trabajo y no sabe a qué agarrarse para flotar.

Ocaso y fascinación (Random House / Club Editor) indaga en la fragilidad de la vida contemporánea en la gran ciudad. Ahora tienes, ahora no tienes. La narración es cruda y asfixiante, ambigua, deprimente y esperanzada. Se habla de educación, expectativas, privilegios, desigualdades, una ausencia salvaje de horizontes vitales. La protagonista empieza a limpiar casas para salir a flote económicamente. Su comportamiento obsesivo y onírico, fascinada por el mundo de la intimidad ajena, la va transformando en otra persona.

Precariedad en una sociedad líquida

La escritora Eva Baltasar (Barcelona, 1978) está en un magnífico momento creativo, tras el éxito de su tríptico de novelas sobre la maternidad: Permafrost, Boulder (con la que fue finalista del Booker) y Mamut. Sus poemarios hablan de la experiencia de habitar el propio cuerpo, de la maternidad o de la construcción de un imaginario íntimo como refugio para soportar la realidad.

La ciudad es sanguinaria: fabrica solitarios y los obliga a convivir

La protagonista de la novela trabaja como limpiadora, una actividad que la misma Eva Baltasar ejerció mientras era estudiante. Entrar en la casa de un desconocido, el lugar donde este es más vulnerable y transparente, es un ejercicio de observación muy atractivo para un escritor. El anonimato de la acelerada vida urbana empuja a la crueldad. «La ciudad es sanguinaria», apunta Baltasar en 'Página Dos'. «Fabrica solitarios y los obliga a convivir. Estamos yendo hacia una masa empobrecida sostenida por una élite.»