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La fascinación de Alfonso X por la arquitectura islámica

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Castillo de San Marcos
Castillo de San Marcos

El Puerto de Santa María debe su nombre a la devoción de Alfonso X por la Virgen. La patrona está representada en el escudo de la ciudad, evocando la leyenda de cómo la Virgen de los Milagros visitó al rey en el Castillo de San Marcos, para ayudarle a conquistar la ciudad.

Y el rey así lo hizo, y repobló y organizó esta ciudad bañada por el mar. Un hecho histórico reflejado con sus palabras, en las conocidas “Cantigas de Santa María”. Ahora es la patrona de la ciudad. 

La fortaleza de la bahía gaditana

Este monumento es un viaje directo al corazón, nadie queda indiferente después de visitar El Castillo de San Marcos. Este santuario fortaleza de la ciudad custodia en su interior una mezquita del siglo X. 

La fortaleza gaditana que defiende la desembocadura del Guadalete, ha pasado por chapa y pintura en distintas ocasiones a lo largo de los siglos, aumentando en tamaño y fuerza. Una de las grandes reformas en la sacristía y el muro exterior, durante los siglos XV y XVI, coincidió con un período dorado debido al descubrimiento del nuevo continente. 

El Castillo de San Marcos tuvo un papel esencial en la historia y es probable que fuera el alojamiento de personajes tan importantes como Alonso de Ojeda, descubridor de la desembocadura del Amazonas, Juan de la Cosa que dibujó el primer mapa con la silueta de américa, o incluso Cristóbal Colón. 

Restos islámicos del interior del Castillo de San Marcos

Restos islámicos del interior del Castillo de San Marcos

El tesoro islámico que sobrevivió en El Puerto Santa María

Alfonso X fue quien convirtió la antigua mezquita de la fortaleza en la primera iglesia del Puerto de Santa María. La capilla se convirtió en un lugar de peregrinación y hogar de la talla de la Virgen de Santa María del Puerto. Y ocho siglos después, tenemos la suerte de poder ver lo que veía Alfonso X, atravesando los muros de la historia con el escáner 3D de Los pilares del tiempo, mucho más.

Además de sabio, parece que el monarca también era un hombre con sensibilidad artística y gusto, sobre todo por la arquitectura islámica. Siendo cristiano y aunque modificó el castillo, redirigió las torres del castillo de la Meca al norte, e incluso escondió símbolos de otras religiones, no destruyó el Mihrab que alberga el Castillo de San Marcos. Algo similar a cuando protegió la estructura de la Torre del Oro y la de otro Mihrab en Extremadura.

Barril de tradición en el Castillo de San Marcos

Este Bien de Interés Cultural, descansó de su largo y arduo trabajo de fortaleza y renovándose como archivo, depósito de materiales, casa de vecinos…  Y actualmente su recuperación también consta de actividades culturales, como eventos, exposiciones pictóricas, o  visita a zonas de la fortaleza, como las antiguas caballerizas.

Gracias al escáner 3D en Los Pilares del tiempo podemos ver como las antiguas cuadras se transformaron en una bodega de arquitectura de “bodega jerezana”, perteneciente al “Marco de Jerez. Pero no sólo alberga cultura vinícola, el Castillo de San Marcos es, actualmente, sede de la Cátedra Alfonso X el Sabio. 

La fascinante personalidad del edificio y la poderosa relación con la ciudad, consiguió que Cecilia Böhl de Faber la utilizara como escenario de su novela: “Un servilón y un liberalito” bajo su pseudónimo, Fernan Caballero.