La manipulación de las emociones: el instrumento político más efectivo
- Los políticos manipulan las emociones de la ciudadanía para lograr sus objetivos y obtener el poder por la vía fácil
- El filósofo Carlos Javier González explica cómo los partidos captan la atención y los sentimientos de las personas en 'Para Todos La 2
El poder político ya hace tiempo que no usa el castigo directo ni la represión para ejercer de manera efectiva sus funciones. Las nuevas técnicas para tener controlada a la ciudadanía se relacionan con la manipulación de las emociones para hacer creer a la gente que vive en libertad. El filósofo Carlos Javier González explica cómo los políticos controlan nuestros sentimientos y atención y qué consiguen con ello en 'Para Todos La 2'.
La polarización: menos reflexión y más fanatismo
El sistema actual provoca que las personas se adhieran a idearios políticos en un contexto donde la opinión pública queda partida en dos extremos opuestos por la polarización, lo que obliga a los ciudadanos a posicionarse sin tener que reflexionar ni cuestionar sus propias convicciones. Esta adulteración emocional impide a la gente pensar con su propio criterio y priva al pueblo de tomar decisiones informadas. Son cada vez más los individuos que se decantan por una opción política desde la desinformación y/o el fanatismo.
La política recurre con asiduidad a emociones primarias como el miedo, el enfado y la esperanza para controlar y dirigir el comportamiento de la gente. Se insta a las personas a pertenecer a un bando u otro e incluso defender y menospreciar sin ningún tipo de consideración a figuras políticas. La segmentación y desunión social divide a los ciudadanos y acentúa las diferencias entre ellos, genera desconfianza y recelo entre los miembros de una comunidad política y los convierte en enemigos. Al mismo tiempo, la élite política arrincona y desatiende todo aquello que los une. Es importante ser conscientes de la ansiedad y el alarmismo constante que generan las élites políticas mediante el control de las emociones de la gente.
El enfrentamiento político: el circo para desviar la atención
Mediante la manipulación de los sentimientos, los políticos adulteran el criterio de los ciudadanos. Así, desvían la atención de los problemas cotidianos y reales de la gente para dirigirla a enfrentamientos intrascendentes entre partidos políticos. De esta manera, las formaciones transforman a las personas en adeptos o detractores de un conflicto estratégico donde los competidores buscan el mismo fin: llegar al poder.
El escenario político de la actualidad tiene los mismos componentes que un gran espectáculo de masas. Los políticos consiguen dirigir nuestra vista a lo más llamativo para que olvidemos los asuntos relevantes y preocupaciones de la sociedad. El enfrentamiento entre partidos políticos se ha convertido en algo habitual y el mensaje que emiten estos es que la única forma de vivir es ser hostiles entre nosotros. La ciudadanía debe recuperar el foco atencional, omitir el ruido político que impide fijarse en lo verdaderamente importante y recapacitar antes de posicionarse al servicio de intereses económicos y de poder.