Orgullo, mitología e ingenio: la literatura de Irlanda
- El programa 'Página Dos' viaja a varias ciudades de Irlanda y dibuja una genealogía de escritores de la isla
- Autores clásicos como Oscar Wilde o Seamus Heaney entroncan con Maggie O'Farrell, Emilie Pine o Ferdia Lennon
Éirinn go Brach. Irlanda para siempre. Una frase popular que recoge el sentimiento de profunda lealtad del ciudadano irlandés hacia su lengua, cultura y paisaje. «No quiero ir al cielo. Ninguno de mis amigos estará allí», dijo Oscar Wilde. Pero en algún lugar misterioso, o al menos en las bibliotecas, las grandes voces irlandesas se encuentran y forman un diálogo a través de los siglos. La vanguardia lúcida de James Joyce; la poesía de Seamus Heaney y el teatro de Lady Gregory; el descaro de Colm Tóibín y la maestría de Maggie O'Farrell.
Emilie Pine es profesora de la Universidad de Dublín. Su primera colección de ensayos fue el best seller Todo lo que no puedo decir (Random House / L'Altra), que ella describe en 'Página Dos' con crudeza como «seis historias sobre alcoholismo, abortos, violaciones, depresión y silencio. Y también sobre encontrar fuerzas, trabajar duro y aprender a alzar la voz.» Cuando su madre escuchó esta explicación, se asustó tanto que le contestó: «Está muy bien que lo escribas, pero ¿tienes que publicarlo?».
Sí: Emilie Pine sentía una necesidad irrefrenable de contarlo al mundo. Ahora más que nunca era necesaria esa mirada sobre las adicciones, la violencia sexual y las distintas formas del amor. La nueva literatura irlandesa esgrime una sinceridad radical sobre temas que antes eran tabú en su sociedad, como el alcoholismo familiar o la vergüenza de no poder quedarse embarazada. El pacto de silencio no protegía a las mujeres, las ahogaba.
Rutas por Dublín y Belfast
El viaje del equipo de 'Página Dos' pasa por la casa natal del Seamus Heaney, el poeta irlandés más conocido después de Yeats, y Nobel de Literatura en 1995. «No se me ocurre ningún caso de un poema que haya cambiado el mundo», dijo en una de las entrevistas del premio, «pero la poesía sí puede cambiar la percepción de lo que ocurre en el mundo.»
En Dublín, ciudad de nacimiento de Oscar Wilde, Seán O’Casey, Kate O’Brien o Ian Gibson, la visita tiene paradas en el Teatro Abbey, el Trinity College, la Marsh's Library (la más antigua de Irlanda) o el café Bewley's, donde solía hacer parada James Joyce.
La excursión a Belfast visita la estatua dedicada a C.S. Lewis, autor de la saga juvenil Las Crónicas de Narnia. El conflicto político arraigado en la historia de la ciudad se refleja también en novelas como Milkman, de Anna Burns, o Los incendiarios, de Jan Carson. En la Queen's University puede verse la placa que recuerda a otro gran poeta y novelista de la ciudad, Philip Larkin. Las grandes rocas de Cave Hill inspiraron, dicen, a Jonathan Swift para escribir Los viajes de Gulliver. Los escritores entrevistados despiden al equipo de 'Página Dos' con slán, una palabra gaélica que se traduce como «ve seguro».