Los Estopa han decidido ocultarle esto a su madre y tienen buenos motivos para ello
- David y José han confesado en que hay veces que le ocultan cosas a su madre para evitar que se ponga nerviosa
- Con más de 25 años de éxito en el panorama musical, ¿son caprichosos los Estopa? ¿Tienen manías?
David y José Muñoz tienen claro que sin su familia “no serían nada”. Para Estopa nada tendrían sentido si no pudieran compartir el éxito con los suyos. Sin embargo, hay información que sí prefieren esconder, al menos a su madre. ¿El motivo?: “Se pone nerviosa la mujer”, según le han contado a Carlos del Amor en La Matemática del Espejo.
Aunque llevan 25 años en lo más alto, la madre de David y José sigue viviendo los éxitos de sus hijos como si fueran los primeros: “Cada vez está más contenta”. Sin embargo, eso, a veces, puede llegar a ser un arma de doble filo, pues además de la felicidad, también le inundan los nervios cada vez que es conocedora de cualquier triunfo de Estopa: “Cuando hemos llenado los estadios se tuvo que tomar un Diazepam (…) Se pone mucho más nerviosa que nosotros”, dice José.
Por ese motivo, los de Cornellá de Llobregat, muchas veces prefieren no contarle las cosas y hacerlo después.
“Los primeros que escuchan una nueva canción son la familia y los colegas”
Tan importante es para ellos la gente que les rodea que antes de enseñar al mundo una nueva creación, prefieren contar con la aprobación de los suyos: “Nos gusta mucho enseñar, hemos hecho esto porque cuando haces algo tienes ganas de enseñarlo, no te lo puedes callar y yo siempre llamo a alguien, incluso se la canto por teléfono,” dice David. Quien también ha confesado ser un poco pesado con estas cosas: “Soy el típico plasta”.
¿Cómo les ha cambiado a Estopa la paternidad?
Aunque en las redes sociales no hay ni rastro de sus hijos, los hermanos Muñoz disfrutan cada día de su paternidad. Desde que sus sucesores llegaron al mundo, dejaron algunas cosas de lado para poder verles crecer: “Antes girabas de una manera en la que el eje eras tú y tu ombligo y, cuando tienes un hijo, ya no se sabes dónde estás y giras en torno a su órbita,” confiesa David. “Antes íbamos a América y a lo mejor nos podíamos tirar uno o dos meses. Desde que tienes hijos, ya con dos fines de semana ya te quieres volver y ya le dices no quiero un viaje más largo de 15 días”, añade José.