Ruta literaria por Dublín
- El programa 'Página Dos' visita los rincones más literarios de Dublín, frecuentados por autores clásicos y contemporáneos
- Un paseo por los lugares que aparecen en las novelas de Bram Stoker, James Joyce, Yeats, Samuel Beckett o Elizabeth Bowen
La ruta literaria de 'Página Dos' comienza en el gran corazón literario dublinés, el Trinity College. Es imprescindible visitar su famosa biblioteca y la majestuosa Long Room, que contiene 200.000 libros. Entre ellos destacan el First Folio de Shakespeare y la joya de la corona, el Book of Kells. Este valiosísimo manuscrito del año 800 contiene los cuatro Evangelios en latín, con unas ilustraciones de gran belleza y excelente técnica colorista.
Recorriendo los pasillos de la Universidad de Dublín es preciso recordar que por sus aulas han pasado autores contemporáneos como John Connolly o Sally Rooney, además de clásicos del canon irlandés como Oscar Wilde, Jonathan Swift o Bram Stoker. Del padre de Drácula existe una ruta específica que pasa por la prestigiosa Marsh's, la biblioteca pública más antigua del país, y también la iglesia de Santa Ana, Glendalough o el número 30 de la calle Kildare, donde vivió.
De la biblioteca al pub
El recorrido por Dublín sigue en el el teatro Abbey, fundado en 1904 por Lady Gregory y el premio Nobel William Butler Yeats. Por su escenario han pasado obras de George Bernard Shaw, Samuel Beckett, Padraic Colum o F. R. Higgins. La mecenas Annie Horniman fue esencial en su desarrollo y popularidad. Una de sus condiciones fue que la política no debía tener un lugar protagonista en el discurso de la institución.
James Joyce era un asiduo del café Bewley's, así como del pub Davy Byrnes, donde todavía hoy sirven los sandwiches de gorgonzola que aparecen en el Ulises. En la farmacia Sweny’s también se puede adquirir el mismo jabón de limón que compró Leopoldo Bloom el día en que transcurre la obra, el 16 de junio de 1904. La jornada acaba con un merecido descanso en la Saddle Room del mítico hotel Shelbourne, al que en 1951 dedicó un libro la escritora Elizabeth Bowen.