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La increíble historia de Aníbal González, el hombre que modernizó Sevilla y la vistió de gala

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Aníbal González, el arquitecto de Sevilla
La Plaza de España de Sevilla es la gran obra de Aníbal González

Era una ciudad cerrada con un enorme casco histórico, una ciudad intramuros, una olla exprés a punto de estallar. Hasta que llegó él. Hablamos de Sevilla y de Aníbal González, la ciudad conocida en el mundo entero y el hombre que la transformó. RTVE recorre la vida del arquitecto, desde que salió de casa para estudiar en Madrid hasta su muerte, un hecho calificado de capricho del destino.

El programa 'Imprescindibles' hace un fiel retrato del arquitecto de Sevilla a través de sus obras más relevantes, desde el diseño y configuración de la Exposición Iberoamericana de 1929 hasta la monumental Plaza de España. Su huella es colosal, tanto como la deuda que la ciudad tiene con el hombre que lavó su cara y la modernizó.

Aníbal González, un imprescindible

El programa Imprescindibles estrena el documental Aníbal, el arquitecto de Sevilla, dirigido por Paco Ortiz. A través de imágenes y testimonios, el espectador viaja a la capital andaluza para ver y disfrutar de su legado y, de paso, repasar la historia de la ciudad.

Para comprender la dimensión de su gesta, viajamos atrás en el tiempo para detenernos en la Sevilla de 1900. La ciudad no era la misma que ahora, un imán para turistas de todo el planeta. Sevilla comenzó el siglo XX quedándose en el XIX. "Era la ciudad con el segundo índice de mortalidad más alto del mundo, solo por detrás de Madrás, en India", señalan en el documental. Aquella ciudad no se parece en nada a la que vemos ahora y en parte se le debe a Aníbal González. "Modernizó la ciudad con la imagen que Sevilla tenía de sí misma. Redefinió su imagen, sin traicionar su espíritu", dicen.

Retrato de Aníbal González.

Retrato del arquitecto de Aníbal González

La exposición de 1929

La idea de hacer una exposición ultramarina en Sevilla nace en 1909 y un año más tarde se convocó un concurso para elegir al arquitecto que llevaría a cabo el diseño. El sevillano Aníbal González, un visionario, se impuso al logroñés Fermín Álamo con su proyecto regionalista, basado en la historia y el clima (atendido a la luz y el color).

Los pabellones se dispusieron en torno al Parque de María Luisa y al lado se hizo la Plaza de España, símbolo de la diversidad arquitectónica de España que reunía los tres ejes estéticos y culturales de González: el neomudéjar, el renacentista y el gótico. En el documental se cuenta todo el proceso de diseño y realización, y los cambios que se produjeron en el proyecto inicial y que dieron forma a la plaza que conocemos hoy. Como por ejemplo los puentes, que de dieciocho pasaron a cuatro, uno por cada reino. La Plaza de España se compara con el Sacré Coeur de París y el Big Ben de Londres, y se dice que mantiene un diálogo con el cielo.

El trabajo de González no creó un impacto en la ciudad, al contrario: el arquitecto interpretó la ciudad. "Sevilla no quería salir del barroco y Aníbal hace que una Sevilla humilde se vista de gala". El esfuerzo titánico, físico y mental, hizo mella en él y su salud se resintió. Pero lo que más daño le hizo fue que le apartaran de su proyecto, relegándole a director artístico. Esta desacreditación fue un duro golpe para él y tomo una dolorosa decisión: dimitir.

Plaza de España de Sevilla, una de las grandes obras de Aníbal González

Plaza de España de Sevilla, obra de Aníbal González

Un atentado que pudo costarle la vida

Pero los problemas solo acababan de empezar. El 9 de enero de 1920 le dispararon tres balas, pero no murió. El destino le tenía prevista otra fecha: el 31 de mayo de 1929, tan solo unos días después de la inauguración de la Exposición, 'su exposición'. Sevilla entera se echó a la calle para despedir a su arquitecto, nombrado 'Hijo Predilecto de la Ciudad de Sevilla'. Pero hizo mucho más.

El hombre que construyó casas para otros no tenía casa propia. Toda su vida vivió de alquiler y tras su muerte se hizo algo insólito: se pidió a los sevillanos que dieran un donativo para hacer una casa para su familia. Y Sevilla se volcó. Los restos de Aníbal González descansan en el cementerio de San Fernando, pero su imagen, en forma de estatua, y su espíritu están en la Plaza de España. Junto a ella se sientan Guille y Manuel, el escultor y el nieto del protagonista. Juntos comienzan a contar la historia de Aníbal González, el arquitecto de Sevilla.

El documental de Aníbal González se suma otros que ha emitido el programa Imprescindibles, como los dedicados a Nino Bravo, Salvador Dalí, Rosa María Calaf, Paco Roca, Enrique Morente...