'Memorias de África': las dos escenas que han pasado a la historia y otras curiosidades
- La película de Sydney Pollack con música de John Barry ganó siete premios Oscar
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Sydney Pollack había arrasado con Tootsie en 1982, que fue un éxito de crítica y público. Durante dos años trabajó en su nuevo proyecto y junto al escritor Kurt Luedtke dieron forma al guion de Memorias de África. La parte central del texto se basa en el libro de Karen Blixen, que firmaba como Isak Dinesen, pero también cogieron detalles del cuento Shadows on the Grass, de la misma autora, y Los árboles de llamas de Thika, de Elspeth Huxley. La elección de los lugares para filmar fue relativamente fácil, aunque los productores tuvieron que negociar mucho para conseguir los permisos.
Hollywood adora las leyendas y sabe venderlas igual que bien que sus películas. Se ha hablado y escrito mucho sobre las actrices que optaron al papel protagonista. Blixen publicó su famoso libro en 1937 y Greta Garbo, que tenía 34 años, se mostró dispuesta a hacer la película. Pero el proyecto se puso en marcha y se arrinconó varias veces, y se llegaron a interesar por él directores como David Lean, Nicholas Ray y Orson Welles. Se le llegó a ofrecer a Robert Redford y el actor puso sobre la mesa el nombre de su amigo Sydney Pollack, quedándose él con el papel de Denys Finch Hatton, el amante de la protagonista.
"Meryl Streep es poco sexi"
Pasaron 45 años hasta que Memorias de África pasó de ser un proyecto a ser una realidad y la Garbo, con 79 años y retirada desde 1941, no era una opción para el papel. Se ha dicho que el papel de la baronesa se le ofreció a Audrey Hepburn, que tenía 55 años, y llevaba años sin rodar. Los estudios propusieron a Meryl Streep, que era una de las actrices del momento: atesoraba cinco nominaciones a los Oscar y había ganado en dos ocasiones. Además, acababa de estrenar Silkwood, en la que interpreta a Karen, el mismo nombre de la baronesa Blixen. La actriz tenía 36 años, una edad más acorde con el personaje, pero a Pollack no le parecía lo suficientemente sexi para el papel. El día de la prueba demostró a todos que podía hacer el papel que se propusiera, y logró convencer a todos. “No sabía que esa era una parte enorme del personaje de Karen Blixen, pero lo era, y era una historia de amor. Fui a mi audición usando algo muy escotado. ¡Barato, pero funcionó!", contó años más tarde Streep.
Klaus Maria Brandauer siempre fue la primera opción de Sydney Pollack para interpretar a Bror Blixen. El director había visto su interpretación como el malvado Maximilian Largo que se enfrenta a 007 en Nunca digas nunca jamás y estaba impresionado. Michael Kitchen interpreta a Berkeley Cole, que mantiene una relación con Mariammo, una mujer nativa. Este papel que interpreta la top model somalí Iman, que fue la mujer de David Bowie.
Una granja en África
La película se filmó en Kenia e Inglaterra, donde se rodaron las escenas ambientadas en Dinamarca. El país africano, poco acostumbrado a Hollywood, no flexibilizó sus normas y restricciones, sobre todo en lo relativo a las armas y los animales. El gobierno keniano, que no permite que los civiles tengas pistolas y escopetas, aceptó que se usara una pistola hecha con papel maché. El uso de leones para algunas escenas tuvo que solucionarse de otra manera: llevarlos en barco desde California.
"Yo tenía una granja en África, a los pies de las colinas de Ngong". Así empieza el libro y con esta frase nos situamos geográficamente en el lugar donde transcurre gran parte de la historia. Y allí se rodó casi todo el metraje de la película, un lugar situado a 20 kilómetros de Nairobi. Es la tierra de los kikuyu y son ellos quienes trabajan la plantación de café que explotan el barón y la baronesa. Hay un momento en el que la protagonista visita su reserva y se entrevista con el jefe. La escena la rodaron con un nieto del rey Kikuyu.
Rodando con leones e hipopótamos
Las medidas de seguridad fueron extremas y se optó por usar dobles para las escenas más peligrosas o complejas. La escena en la que la baronesa se enfrenta a un león la rodó una doble, pero el director no quedó satisfecho y le pidió a Meryl Streep que la hiciera ella, asegurando que el animal estaría atado por las patas traseras y que ella no estaría nunca cerca. Pero no fue así y la actriz, látigo en mano, tuvo que lidiar con el león. Unos dicen que el animal se soltó y otros que Pollack decidió no atarlo para dar más veracidad a la escena y que el miedo que ella transmite en la película es real. En la historia vemos varias escenas con leones y para mantenerlos a raya llegaron a utilizar extintores.
Las escenas filmadas de noche fueron una pesadilla, ya que los focos atraían a todos los insectos que había en varios kilómetros a la redonda. Los insectos se colaban por todas las rendijas, y sentían especial atracción por la piel de la actriz. En más de una ocasión rodó, sin pestañear, sabiendo que tenía un bicho recorriendo su blusa o, lo que es peor, su cuello.
La escena más romántica
Y luego estaban los hipopótamos, uno de los animales más peligrosos. Los actores los tuvieron relativamente cerca, incluso en la secuencia más romántica de la película, cuando Robert Redford lava el cabello a Meryl Streep. Es, sin duda, una de las escenas preferidas del cine, un momento que ha hecho historia. El actor ensayó varias veces, pero el director no lo veía convincente. J. Roy Helland, el fiel peluquero y maquillador de la actriz, le dijo. "Bob, mira y hazlo así".
Se hicieron cinco tomas y la quinta fue la definitiva, la que vemos en la película. "En ese momento me sentí enamorada y amada. Es como una escena de sexo, una escena muy íntima si no fuera por los hipopótamos que había al lado". Cuando Denys lava el cabello a Karen, recita un verso de La rima del antiguo marinero, el poema de Samuel Taylor Coleridge: "Reza bien quien bien ama, al hombre, a la bestia y al pájaro".
Esto es lo que se lee en la lápida de la tumba del verdadero Denys Finch Hatton, que murió el 14 de mayo de 1931, tras estrellarse su avioneta y arder en llamas. Kamau, su sirviente, iba con él y murió también. Otra de las escenas más bellas de la película es el vuelo en avioneta que hacen Karen y Denys, agarrados de la mano y elevándose hacía el cielo sobre cientos de flamencos rosas.
El hombre que realizó la secuencia fue sir Henry Dalrymple-White, que fue piloto durante la Segunda Guerra Mundial y cuando el conflicto terminó se instaló en Kenia, donde voló a diario hasta que cumplió 80 años. Murió nueve años después en Nairobi.
En la película vemos la secuencia del entierro. En un momento, Karen, que está desolada, coge un puñado de tierra y en lugar de echarlo en la fosa junto al ataúd de Denys se lo echa en la cabeza, la misma que su amante lavó con dulzura y amor. Es, sin duda, uno de los momentos más emotivos y es casi imposible verlo sin soltar alguna lágrima.
Estreno, críticas, premios y un título para Meryl Streep
Memorias de África se estrenó el 22 de diciembre de 1985, el año en el que se celebraba el centenario del nacimiento de Karen Blixen. La cinta arrasó en taquilla, llegando al primer puesto en la lista de ese año y los críticos alabaron el trabajo de Pollack y de los actores, en especial el de Meryl Streep, un nombre que empezó a sonar a Oscar. El equipo llegó a la gala avalado por los premios logrados a ambos lados del Atlántico y compitió en once categorías, el mismo número que El color púrpura. Finalmente, se llevó siete estatuillas (El color púrpura no obtuvo ninguna), pero ni Meryl Streep ni Klaus Maria Brandauer tuvieron premio: Geraldine Page, por Regreso a Bountiful, y Don Ameche, por Cocoon, se los arrebataron. La actriz, eso sí, salió reforzada y el de Karen Blixen se convirtió en uno de sus personajes más queridos por los admiradores. Además, dejó claro que podía interpretar a cualquier mujer, independientemente de su nacionalidad, y desde entonces tiene el título de la actriz de los mil acentos. No es único que tiene. Con Memorias de África logró su sexta nominación al Oscar y ya tiene 21 nominaciones. Solo ha conseguido tres, los mismos que Ingrid Bergman y Frances McDormand, y uno menos que Katharine Hepburn.
John Barry tenía tres Oscars cuando ganó el cuarto por la banda sonora de Memorias de África, considerada una de las 25 mejores partituras para cine de todos los tiempos. Barry es una celebridad en Hollywood y entre otros trabajos destacan las bandas sonoras que hizo para las películas de la saga de 007: es el autor del verdadero sonido Bond.
Memorias de África ya está en el catálogo de RTVE Play, junto a títulos nuevos como El punto sobre la i, Todos estamos invitados, Concursante o Close. La oferta de contenidos de cine, series y documentales y programas se renueva cada día.